Cuando el “final” estará las urnas, que ocurrirá en 2024

Ya los cálculos se hicieron, ayer faltando pocas horas la “candidata” se lavo la cara y como correspondía fue a donde había jurado que nunca iría, pronto se anunciará su “habilitación” y se convertirá en candidata oficial. Pero como en un teatro, nada goza de mas teatralidad que la política, es apenas un juego de personajes que representan roles y que siguen un guion preestablecido.

Esta candidata, ya muchos lo predijeron, es la mas conveniente para todos, incluso para los que desde posiciones de poder la atacan y la acusan de las peores cosas. La oposición dividida en mil pedazos y que siempre ha mentido a sus bases, apuesta a que la que más seguidores aglutina haga un milagro, el milagro que tiene años intentando lograr.

Ahora que en el mundo hay conflictos más serios, cuando las urgencias por petróleo y gas justifican la flexibilización de sanciones al “régimen”, la mano invisible del reino opositor deja claro que en 2024 aunque mantendrán su retórica, las elecciones presidenciales en Venezuela se definirán en las urnas y será una lucha cuerpo a cuerpo entre candidatos.

Los resultados del Referéndum del 3D fueron “auspiciosos” para el gobierno, para utilizar un lenguaje culto que bien utilizaría uno de los mas denostados de la revolución, pero que en los hechos deja evidencia que hace política con las neuronas. El 3D dejo claro que una aplastante mayoría de venezolanos rechaza el entreguismo y posiciones como la de la Sra. Machado, quien no dudo en posicionarse de lado de quienes en la disputa por nuestro territorio enfrentan al gobierno.

Pero allí no voto la oposición “mariacorinera” refutaran muchos, claro que lo sabemos pero también sabemos que cuando vayan a las urnas no pasaran de representar una “minoría radical y extremista” que nadie quiere porque no conviene a nadie, ni siquiera a los EE UU y a sus intereses.

Si algo ha logrado el gobierno actual es dejar de lado el radicalismo, tan es así que esto es una de las cosas que más le cuestionan hoy muchos de los seguidores genuinos del chavismo. No es casual que veamos como el gobierno negocia y negocia con actores que en tiempos pasados lucia imposible el más mínimo acercamiento. En política los escenarios cambian y lo que ayer pudo ser bueno y eficiente, mañana puede dejar de serlo.

El gobierno está muy desgastado y posiblemente mucha gente decepcionada deje de votarlo y ante la carencia de opciones, la abstención aglutine la mayoría. Aunque esta premisa es cierta, siendo pragmáticos, y si algo ha demostrado este gobierno es serlo, no les importara ser la “minoría” mas votada en 2024, con tal de lograr el objetivo político, la preservación del poder.

Pero después de dos periodos consecutivos de Maduro la gente se siente decepcionada y después de las elecciones 2024, el malestar y el descontento se impondrá. La respuesta es que este es un problema que por ahora no se lo platean quienes gobiernan, han aprendido a “no cruzar puentes antes de llegar a ellos” y mire que esto les ha dado resultados. 

El actual gobierno no es ni la sombra de lo que Chávez fue y las políticas que aplica se distancian y alejan del legado del Comandante. Pregúntenle a quienes dirigen al gobierno si esto les importa. El triunfo electoral del gobierno, que es lo más probable que ocurra, quizás oficialice una política que en los hechos ya muy poco tiene que ver con lo que se inicio en 1998 con Hugo Chávez, pero que como venimos diciendo le ha permitido a quienes están en el poder preservarlo.  

 

 


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Carlos Luna Arvelo


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