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Venezuela: ¿El arrojo político sigue ausente?

"En política hay que sanar los males, jamás vengarlos". Napoleón III.

La ausencia de proyectos electorales reales no puede ser tapada por las consignas huecas de quienes la llenan panfletariamente, cuyas pataletas obligatorias, son porque reciben pagos.

Contra natura, siempre hago citas en mis artículos de opinión que me ayudan a mejor pensar, y es posible que también ayuden a quien los lea.

Un filosofo muy famoso manifestó, que en los pensamientos de Frank Kafka: "la ley no es algo que tenga un fundamento, sino que es el fundamento mismo que justifica toda forma de acción". No se investiga la ley, sino que se le obedece, la ley es impenetrable: porque no hay nada dentro del palacio, ningún secreto se esconde allí; no hay tampoco posibilidad de darle sentido. Sin fundamento, pues el infinito es meramente interminable. Así lo escribió Kafka: "Eres libre y, por lo tanto, estás perdido". No me estoy replegando de mis opiniones políticas habituales. Sinceramente, debo confesar que relato lo que esta semana de julio 2023, me ayudó a pensar mejor, porque me puso frente a una disyuntiva, que está encerrada en la libertad, que se presenta como obediencia a la ley.

En otra cita, el ser humano impresionó en esa pura inmanencia, donde: "ser y parecer, coinciden como inmovilidad y devenir". La historia ha llegado a su fin, pero ese final no es una culminación del concepto, sino el último despojo de un Espíritu que se ha vuelto "incapaz de impulsar su propio movimiento". De la extenuación, ¿qué puede esperarse? Los estrategas nos indican que no hay salida. Digámoslo de paso: nadie por ahora espere consuelos optimistas.

Hoy en esta nación quebrada varios aspiran llegar al palacio de Miraflores, como si el trabajo de recuperar la patria fuera una mantequilla.

Nuestra actualidad presente ofrece una respuesta trágica: agoniza el animal político. No se trata solo del desinterés, como suele repetirse por las ideas sobre lo social, y lo público. La cosa es mucho más grave porque se discute un argumento con fundamento, o se denuncia su ausencia, una de dos. El lado cómico es la parodia, que trabaja con su propia impotencia, y muestra el fracaso de las ambiciones políticas desmesuradas. Lo observamos como repetición en el humor mediático, y en la exageración de lo político como comiquita. El alacrán politiquero lo padece, en el contraste más violento consigo mismo; acciones, deseos, y pensamiento se cruzan en combinaciones ambiciosas, que tienen poco futuro, y su camino es escabroso y despreciable.

Sin embargo, aunque desacreditado y débil, persiste el animal político, muchas veces impotente porque sus acciones carecen de fundamento de valor, y andan erráticos, sin la base de un sentido que les dé trascendencia. Se enuncian valores como acompañamiento con marchas musicales, que los actos no ponen en evidencia. Si se pregunta en la calle, incluso en las marchas, el descrédito de lo político está siempre presente.

Los últimos acontecimientos de esta semana del 23 de julio 2023 parece inútil tratar de encontrarles un fundamento de valor más allá de las ambiciones de cada uno de los actores que actúan en el escenario, movidos por la rapacidad de que cada uno de ellos, que es más capaz que, la de los restantes para presentar un buen programa de acción inmediata.

No lo explican, pero apuestan a que su seguridad sea suficiente para convencer a los votantes que necesitan para las próximas elecciones presidenciales del 2024. Transmiten erradamente una no demostrada convicción de que conocen el camino y son capaces de recorrerlo.

La escalera de las movilizaciones. Frente a estos análisis, que preocupan a quienes todavía se toman el trabajo de leer las noticias, creen que pueden influir, apoyados en el compromiso de sus seguidores. Creen que sus movilizaciones son peldaños en un ascenso hacia el poder o, para ponerlo en términos más restringidos, hacia Misia Jacinta. Para ser exactos, hoy en este país quebrado, varios aspiran Miraflores, como si el trabajo allí fuera fácil, y ya se hubieran mostrado las cualidades necesarias para dar el salto desde un conuco, alcaldía, asamblea, gobernación. Por extensa y poblada que sea ese rastrojo, más verosímil parece el salto desde un paracaídas.

Ilusos ven tan evidente la vacante instalada en el palacio de Misia Jacinta, que parece estar en oferta. Se pasan por alto los obstáculos que desafiaron a quienes estuvieron allí. Como no valoran lo conseguido por Chávez, no se convencen de que la tarea es desmesurada para las capacidades que los aspirantes han mostrado hasta ahora. Juegan en una cancha más pequeña y conocida. Es poco, muy poco. Las elecciones en las regiones muestran desacuerdos profundos, comenzando por la forma que deben adoptar en cada municipio. El silencio de proyectos tampoco puede ser tapado por los cantos y consignas que llenan, por segundos, una plaza, cuya asistencia es obligatoria para quienes reciben dadivas y otros apoyos del Estado.

Los que asisten a las marchas recuerdan que alguna vez le auxiliaron a un familiar, y que se trata de un intercambio que debe cumplirse con quienes gestionaron ese auxilio. A eso, en términos crudamente políticos, se le llama el cultivo de una clientela.

Dispersa se ve a toda la oposición. Es agradable que proliferen los nombres que sueñan, hasta culminar en un Frente de Frentes que suena bastante realista. Porque donde un partido de este chiripero no logra consolidar una alianza con otro, suceden particiones inesperadas, bajo la falsa creencia de que el cambio de nombre y, eventualmente, el desplazamiento de un jefe aseguran la suficiente novedad como para alentar un poco de entusiasmo.

En términos generales, los países con democracias estables, tienen partidos igualmente estables, aunque se cambien las alianzas y los acuerdos. En este país es todo lo contrario de la norma.

Venezuela que hace algunas décadas pareció tener esa configuración política creíble y duradera, la ha perdido. Los nuevos dirigentes deben encontrar nuevos lugares, y crear alianzas también nuevas, puede ser la única táctica que se les ocurra. En ese sentido, María Corina se tiene más confianza, y se empeña en fundar lo suyo. La derecha liberal que representa sigue por caminos conocidos buscando establecer un liderazgo único apoyado en varios servidores, que demuestran conocer el itinerario. Que a muchos no les guste ese itinerario no afecta la posibilidad de consolidarlo entre sectores del liberalismo extremo, y bases a quienes les atraiga el populismo de derecha, que tiene un discurso entusiasta, y agresivo.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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