Auditórium

La confusión política, y el sancocho-cruzado de la confusión

"Ese gallo quiere maíz"… Porfirio Díaz, cuando pensaba que alguien necesitaba un soborno… o un poco de plomo. Fin de la cita.

La política la entiendo como una noble actividad humana, que consiste en el arte de tomar decisiones colectivas o no, en pos de seguir viviendo, y transformar Venezuela.

La mayoría social descontenta de la población venezolana, existe ya debido a esta horrible crisis económica, solo hay que ser capaces de aglutinarla en torno a un proyecto, y unas ideas. El hacerlo, para bien o para mal. A pesar de que no todo en la política es digno y honesto, está tiene fuertes enemigos como el fascismo, el militarismo parasitario, el sistema capitalista de estado, varios tipos de totalitarismos, y la incultura politiquera.

Honestamente el politiquero militar corrupto cuestiona, el civilismo de la política, pero no viene precisamente de los militares respetuosos de la constitucionalidad, y del estado de derecho, la mayoría de las críticas a la correcta acción de los civiles en el manejo de la política.

El decir que todos los médicos son unos corruptos porque algunos, desvían a pacientes del sistema de salud pública a sus consultas privadas, es injusto. Afirmar que todos los mecánicos automotrices son borrachos, porque dos lo son, es incorrecto. Vociferar que todos los curas son pedófilos porque a pocos le gusta la carne tierna, es una falsedad.

Afirmar que todas las personas que están en política son unos ladrones es fascismo. Pero se le hace un gran favor a los enemigos de la política, como los enchufados, conversos, los ultra-oportunistas, y los poderes económicos de árabes, y chinos, y a las grandes fortunas provenientes del erario publico, pues saben que cuanta más lejanía del pueblo de la política exista, más resignación, y más posibilidades de dominar todo tienen, por medios ajenos a la democracia, tal, y como está ya ocurriendo, la corrupción atroz en PDVSA, y en las grandes corporaciones como la CVG, esto es simplemente, traición a la patria.

Hay que hablar de política sabiendo lo que se dice. Es una confusión de por no saber, lo qué se va a criticar, se permanezca con la boca callada. Hemos pasado de un país aparentemente apolítico, y apático, a una politización-politiquera desmadrada, y deslenguada. Estamos en la cresta de la ola de las vocaciones antidemocráticas militaristas. Judas hay como piedras, que se confiesan socialistas cuando no han aprendido todavía el camino de unos sueldos dignos, cuando no saben que pagarles dignamente a los MAESTROS y PROFESORES es el primer deber democrático. ¿Qué más quieren? A partir de ahí, sigue siendo Venezuela muy ancha. Un político de verdad nunca podrá censurar que la gente hable de los grandes temas de la vida pública. Para que la política no sea el arte de impedir que la gente se ocupe de aquellas cosas que le interesan, es preciso darle a todos los ciudadanos que lo deseen un ancho margen de confianza. Pero es un margen que el ciudadano ha de tomarse para descubrir sus verdaderos problemas. No para ensayar un discurso lleno de estupideces, pacaterias o declaraciones fatuas de cara a la galería. De otro modo se puede caer en la confusión o en la frivolidad. Y esto está sucediendo de forma alarmante hoy en toda Venezuela. Sobre todo, porque este es un país que no ha recobrado su sentido del deber, y la amputada tradición de nuestros libertadores perdida. Todavía nos queda mucho por aprender. Por ejemplo, el principio de la relatividad de los dogmas, y el agnosticismo de la duda que es uno de los fundamentos más correctos de una buena formación ciudadana de participación en la sociedad.

Me está empezando a preocupar que en una sociedad tan apática nadie quiera ser revolucionario. Que en un contexto de absoluta insolidaridad, de egoísmo claro, se finjan emprendimientos puramente propagandísticos.

Sólo ciertos milita ruchos se atreven a decir, que la palabra democracia repugna a los estómagos del «pueblo». Los demás, fascistas o estalinistas, se presentan con piel de oveja democrática. Lo grave es que muchos de ellos son simples oportunistas. ¿Y cómo separar el grano de la paja? ¿Cómo saber quién es cada quién si no se dice lo que piensa, y se limitan a repetir lo que consideran más agradable para las orejas de la galería?

Soy un viejo lector de los difíciles. La confusión política es pues muy útil para los poderosos. Se habla mucho de las puertas giratorias, y con razón, pero nunca se habla de las puertas giratorias en el sentido inverso y por cierto, esto viene al pelo. Expliquemos, hay politiqueros de derechas, de izquierdas, de centro-izquierda, liberales en varias de sus facetas. Que no defienden las causas populares, y de la clase trabajadora, y otros defienden los intereses empresariales, el poder financiero de árabes, y chinos con una visión darwiniana es decir la ley del más fuerte social y económicamente. Todas estas políticas de hoy en Venezuela tienen un posicionamiento de clase. Cuando se está con esta oligarquía del medio oriente, y asiática, y no con las clases populares y trabajadoras. Así de simple. Independientemente de las dificultadas y etapas en el tránsito hacía una sociedad más justa y digna.

Pero dicho todo esto, podemos afirmar que las personas tenemos fallos, vicios aunque sean pequeños, errores, miedos, y miserias, y nunca el total de nuestra vida es un dechado de virtud. Luego hay que señalar que la ambición en la política juega un importante papel. Claro también entre muchas actividades privadas, y profesionales liberales o artísticas. Sin ambición, es difícil en muchas ocasiones conseguir ciertas metas. No digamos entre los enchufados, y grandes tiburones de la boliburguesia.

Luego querer que en la acción política todas las personas sean santos, místicos, ascetas, y generosos hasta el sectarismo, no es real. Dar siempre argumentos a los enemigos de la democracia real. Lo que hay que hacer es lo que indicaba un pensador, que decía que a los políticos socialistas, había que someterlos a rígidos controles. Control, limitación de mandatos, y revocación de mandatos, ya que era la mejor medicina, contra la constitución de una oligarquía política corrupta, como la consolidada en pdvsa.

Hay personas aún en la revolución bolivariana comprometida con ideas de cambio, y transformación que han cometido errores, y hecho cosas malas.

Últimamente hemos tenido varios sonados casos en personas teóricamente muy comprometidas, que a pesar de las cortinas de humo, y defensa visceral de lo alto del poder, han cometido equivocaciones dignas de reprobación. Así pues se necesita un férreo control en la lucha contra la corrupción. Claro que en política lo de las dos varas de medir está muy extendido, y de eso no se libra dios, ni nadie. Así pues, creo que en el objetivo de clarificar el panorama debemos apreciar ciertas cosas. La primera es que la política la hacen seres humanos, por lo que no solo hemos de ser transparentes sino estar obligados a la transparencia, y ser controlables. Que por tanto, no todos somos iguales, ni pensamos lo mismo, ni actuamos llevados por los mismos motivos.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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