Con el tiempo he entendido que Chávez siempre tuvo razón, cuando decía las cosas que decía, sobretodo ahora que la humanidad está en el filo de la navaja, y que pende de la decisión que tomen cuatro o diez personas en las partes encumbradas del mundo, donde nadie los ve, y donde nadie sabe que están.
Alguna vez dije que Fidel Castro era el hombre más avanzado de los últimos 150 años de la política mundial. También dije que Chávez era el hombre más avanzado de los últimos 100 años de la política venezolana. Aún mantengo esa afirmación. Nadie conocía la historia de Venezuela como Chávez, nadie conocía al pueblo venezolano como Chávez. Nadie tuvo la visión de lo que ocurriría en el mundo como Chávez.
Diez años después, como marxistas que somos, o que soy, es necesario hacerse muchas preguntas, porque sus respuestas son fundamentales para el devenir histórico del país. Una nación avanza en la medida en que corrige.
Por ejemplo, ¿qué pasó con el Plan de la Patria? Si acaso el proyecto más avanzado que yo haya leído en mi vida. Allí está contenido todo, es una visión sorprendente de lo que sería el país 50 años hacia adelante. Allí está contenido todo. Con razón hablaba del país potencia y yo no lo veía por ningún lado. ¿Dónde está el Proyecto Nacional Simón Bolívar? A mi juicio el plan más avanzado en materia de educación. Ese que iba a monitorear al niño desde el vientre de la madre hasta que saliera de la universidad, y que sería la comunidad la responsable de esa labor. Ese plan que fue saboteado por los propios funcionarios del Ministerio de Educación Superior, implemente para no fuera una realidad y mostrara el camino hacia el socialismo. ¿Qué pasó con la Misión Sucre? Encarnado en la Universidad Bolivariana de Venezuela, y que fue saboteado por los propios camaradas pequeño burgueses de las universidades tradicionales, que, encumbrados en sus recintos, tildaron de mediocres a los egresados de la UBV, como si los egresados de las universidades tradicionales, son distintas. Los primeros enemigos de ese proyecto, fueron los primeros "revolucionarios" militantes del Psuv, que se negaron a ir a dar clases por mendrugos. Ninguno hizo una propuesta de cómo mejorarla, sino acabarla, para quedar con la fábrica de clase media, más mediocre y más traicionera que 20 años atrás, y más corrupta, por cierto. ¿Qué pasó con Invepal? La empresa cuya misión era producir el papel necesario para toda la educación del país, y que terminó pagándole salarios a los trabajadores que fabrican un solo cuaderno. ¿Por qué a pesar de las advertencias, Venvidrio terminó siendo otro elefante blanco? La empresa que alguna vez tuvo 15 líneas de producción y hoy día no produce nada, mantenida por el Estado. La empresa que d producir 20 millones de dólares de ganancia, terminó quebrada. Empresa que, como tantas otras, les fue entregada a los militares, quienes demostraron ser tan corruptos y tan incompetentes como los civiles. Por cierto, que en el caso de Venvidrio, el responsable de la quiebra no fue un militar, sino un civil, hermano de un ministrote, hijos de un viejo militante del Partido Comunista, que, como tantos otros "camaradas", chapean a todo el mundo con que su papá fue guerrillero. ¿Qué pasó con Leche Los Andes? Empresa que en manos privadas producía 72 renglones distintos, incluyendo un queso Palmito y el yogurtin para los niños, y se fue secando como la lepra, porque sus gerentes fueron uno más ineficiente que el otro y permitieron que la empresa se viniera a menguas. ¿Qué pasó con Diana? Quien haya escuchado a Chávez cuando habló de Diana, se daría cuenta de que la concebía como la empresa del Estado que sustituiría a Polar. Una superempresa que nunca pasó de producir tres renglones, de los que la mitad se escapaban de contrabando a Colombia y la otra mitad se la repartían entre los mafiosos del gobierno. Hoy Diana es un cementerio del que nadie quiere hablar. Hace poco le pregunté a un alto funcionario ¿qué van a hacer con Diana? Su respuesta fue parca: "no me preguntes de eso que no quiero hablar". ¿Qué quedó de aquel laboratorio de genética que se montó con bombos y platillos para la cría de animales? Anzoátegui fue el sitio escogido para que en poco tiempo conociéramos la nueva raza de animales que aportarían que ahora tanto necesitan los niños y viejos del país, porque el camino a la desnutrición es extremadamente preocupante, con una población que come pasta, arroz y a veces granos. ¿Qué pasó con el sistema de salud? Concebido por Chávez -que no era médico- y que le haría un seguimiento al paciente a cualquier parte donde se movilizara. Un sistema que comenzaba por Barrio Adentro, seguía a los CDI y pasaba a Los CAT, de ser necesario. Hace poco se murió un vecino en un CDI porque no tenían una pastilla para bajarle la tensión. Peor aún, porque el médico no tenía tensiómetro. ¿Qué pasó con la Misión Ciencia? De la que siempre Chávez se ufanó para que cualquier persona aprendiera manejar una computadora, lo que, junto con la tarea de CANTV de venderle a todos los suscriptores, computadoras PC y portátiles y modem. Nunca habló del 5G pero creo que ya lo sabía. Tenía claro que era necesario aprender tecnología y que los venezolanos tuvieron acceso a la era digital. ¿Qué pasó con la fábrica de celulares chinos instalada en Falcón? La fábrica que Chávez concibió para que todo venezolano tuviera acceso a un teléfono celular más barato. Y ni siquiera internet tenemos, o tenemos un internet avesado (a veces sí y a veces no)
No son todos los que estaban, ni estaban todos los que son. Pero soy un absoluto convencido de que más de uno estuvo en el Cuartel de la Montaña para estar seguro de que estaba muerto. No se fuera a parar de allí y volver a mencionar esa mala palabra: socialismo. Una palabra que ya no forma parte del vocabulario de muchos encumbrados que ahora se preocupan por tener 1.500 dólares por un par de zapatos mientras los educadores ganan 130 bolívares, y Nicolás se empeña en decir que no hay dinero, y debe ser cierto, porque a decir de su hijo debe estar dando clases en Harvard. Pero por alguna razón nadie le cree.
Sigo llorando a Chávez como el primer día que lo lloré, cuando ese 5 de marzo escuché a una mujer gritar ¡viva el cáncer! Premonición o destino, un año después, ella misma murió de cáncer.
Más allá de las consideraciones o de los errores que cometió, Chávez fue como un orfebre. Tardó 20 años en ir formando a un pueblo para que aprendiera sobre sus derechos y cómo defenderlos. Ese que ahora pisotea el propio gobierno que él dejó a cargo del país. También fue una magia, la de entender que el camino era difícil, pero que la constancia terminaría por arrojar frutos. Y ahora es una necesidad, porque a las puertas de una guerra mundial, donde sin duda estaremos metidos hasta las entrañas, necesitamos de su capacidad estratégica y de su visión política, para que nos dijera cuál camino tomar. Por eso lo sigo llorando, porque dejar desamparado a todo un pueblo, sin nada más que un paquete de arroz y un kilo de harina, es como volver a 20 años atrás, cuando los mercales fueron la solución de la patria para el problema de la alimentación.
Dentro de diez años más, cuando se cumplan 20 de su muerte, quién sabe qué quede del Cuartel de la Montaña, con los carroñeros dentro y fuera, haciendo sombra permanente.
¿Será que Chávez nunca existió y estamos en la matrix?