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Las mascarillas no le hicieron efecto, la ultra derecha se contagió, le empezó como diarrea, muchos creían que era el Covit, pero era la Pandemia Electoral, vuelven a sonreír, cuando ya se acostumbraban a las muecas, toman un segundo aire como los boxeadores a punto de nocaut y ya preparan sus dardos envenenados, para lanzárselos unos contra otros y luego, contra el gobierno.
Se les ve apuradito, van de un lado para otro, unos corren, otros se encaraman, van como los corre ve y dile, pegados al celular, roban cámara, se pasean de la sala al comedor, buscan desesperados programas de opinión, algunos y algunas hasta se sonríen, cuando tenían tiempo con cara de pocos amigos. Corren presurosos a sacar las corbatas de armarios enmohecidas, otros más avezados van en busca de asesores de imagen. Se les ve en un estado febril que no tenía meses atrás, más bien se veían agilaitos como abobados, medrando en la espera un milagro que les devolviera el alma y hasta la vida que se les esfumaba en los vapores de la frustración.
Así estoy viendo el panorama nacional y caminaba meditabundo paseándome por el repentino torbellino, cuando por casualidad me encontré con mi Comai Concha, adeca muy vieja, pero que se dejó de eso. ¡Hola Comai!, tiempo que no la aguaitaba, gracias a Dios la veo, que le parece el tira y encoge de sus viejos amigos, me refería en verdad, a toda la derecha venezolana. ¿Vio Ud. la declaradera? ¡Vuelven a salir de su concha!
Si mijo- me respondió- como me alegra verte y comentar. Tú sabes que yo he vivido mucho, nada me sorprende, a esos, y hacía un gesto despectivo, los conozco como si los hubiera parido. En verdad chuito, sufren de una pandemia que para ellos es itinerante, sufren de una Pandemia Electoral. Comai, ¿quiere decir Ud. que están enfermos? -Pues si- es una enfermedad que les da cada cuatro años, cuando se avecina un proceso electoral.
Me dije, habla la experiencia, la sabiduría hecha persona y le dije, ¿entonces en una enfermedad electoral? Si hijo, es una especie de tarrabasquiña y p’ ñapa constitucional, tiene sus síntomas. Cuénteme, Comai, que me ha dejado perplejo, le dije apresurado.
Si mijo, la gente se olvida, y como vienen enfermedades nuevas, como esa que llaman Covid y ahora la Viruela que llaman del mono, se les olvida que la Pandemia Electoral, tiene sus síntomas.
Nos sentamos en los restos de muro que dividía la acera donde nos encontrábamos y comenzó a hablar:
El primer síntoma es la amnesia, los afectados se olvidan de todo sobre todo de su pasado, no recuerdan sus aventuras conspirativas y golpistas, sus llamados a la violencia y el fomento del odio, no recuerdan que llamaban a la invasión de su propio país, a la muerte de los que consideraban sus adversarios políticos; se olvidan de las trampas que hacían para ganar elecciones y mantenerse en el poder, lo olvidan todo chuito. . La amnesia es general y mira que se molestan si se les recuerda el pasado.
Umm, musite, hasta yo lo había olvidado. Y continuó, el segundo síntoma, es el cambio de Piel. En eso se parecen a ese animal repugnante que llaman Dragón de Komodo, que cambia de piel cuanto está en celo. Ellos cambian también de piel y van apresuraditos a buscar la nueva, van apresuraditos al Baúl de la Comiquita del Zorro y el Cuervo, donde consiguen disfraces para toda ocasión. Uno de los más usados son los de Demócrata. Ud. los ver muy orondos, barbilla en alto, mirada en el horizonte como cualquier estatua de pueblo. Otros se presentan como nuevos mesías, salvadores, redentores y con una varita mágica prometen resolver todos los problemas. Otros y otras, cogen la manía de presentarse como defensores de la libertad, la justicia, los derechos humanos, el mundo libre. Bueno chuito, no hay disfraz que no les sea oportuno en su afán de cambiar el rostro o mejor dicho de ocultar el que siempre han tenido.
Yo asentía, escuchaba con atención, habla la voz de la experiencia. Y hay un síntoma, chuito, que se ve de lejos, no pasa desapercibida: los ojos se les brotan, se les pone como la carta de la baraja española, El Dos de Oro. Si, si los miras bien se parecen al personaje Rico Mc Pato, cuando está contando dolaritos para llevarlo a la caja fuerte. Ja, Ja, Ja, me reí y le pregunte ¿Porque Comai? Bueno, dijo ella, es lo que más les interesa, cuando hay alborotos electorales, piensan que es una veta, una oportunidad para obtener dinero, de quien sea y en comitiva, como las caravanas del Oeste, cuando buscaban el vellocino dorado, van de país en país, de empresario en empresario, de pendejo en pendejo, a pedir dinero, con la promesa de hipotecar el país, asegurando que tienen la victoria en sus manos.
Se levantó, del asiento improvisado e incómodo y me dijo, te dejo chuito, ya estarán preguntando por mí en casa, cuidado si se te pega la Pandemia, que es contagiosa y lentamente camino hacia su casa. Yo la veía y me decía, habla la voz de la experiencia. La verdad, reflexioné, es que esto tiene cara de Pandemia, 30 candidatos de la Derecha, algunos son reincidentes, y todavía buscan un Outsider. Quizás cumplen con requisitos, requisitos constitucionales, establecidos: nacionalidad venezolana, mayores de 30 años y tienen derecho a presentarse. Sobre las virtudes morales, para optar el cargo, opinaré luego.