El nuevo orden mundial o corporocracia en vías de consolidación, tiene como una de las herramientas más importantes para lograr su objetivo final, a la llamada Agenda 2030 de la ONU para el desarrollo sostenible. Hoja de ruta proyectada por las élites globales en el 2015, que definen al desarrollo sostenible como:
"(…) el desarrollo capaz de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades.
El desarrollo sostenible exige esfuerzos concentrados en construir un futuro inclusivo, sostenible y resiliente para las personas y el planeta.
Para alcanzar el desarrollo sostenible, es fundamental armonizar tres elementos básicos: el crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente. Estos elementos están interrelacionados y son todos esenciales para el bienestar de las personas y las sociedades" https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/development-agenda/
Para alcanzar el fulano desarrollo sostenible, la Agenda comprende 17 objetivos, a ser cumplidos plenamente en toda la Tierra a más tardar en el 2030:
"17 Objetivos para las personas y para el planeta
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) constituyen un llamamiento universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo. En 2015, todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron 17 Objetivos como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en la cual se establece un plan para alcanzar los Objetivos en 15 años.
Actualmente, se está progresando en muchos lugares, pero, en general, las medidas encaminadas a lograr los Objetivos todavía no avanzan a la velocidad ni en la escala necesarias. El año 2020 debe marcar el inicio de una década de acción ambiciosa a fin de alcanzar los Objetivos para 2030.
Década de acción
Dado que quedan menos de diez años para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en la Cumbre sobre los ODS celebrada en septiembre de 2019, los líderes mundiales solicitaron un decenio de acción y resultados en favor del desarrollo sostenible, y prometieron movilizar la financiación, mejorar la aplicación a nivel nacional y reforzar las instituciones para lograr los Objetivos en la fecha prevista, el año 2030, sin dejar a nadie atrás.
El Secretario General de las Naciones Unidas hizo un llamamiento para que todos los sectores de la sociedad se movilicen en favor de una década de acción en tres niveles: acción a nivel mundial para garantizar un mayor liderazgo, más recursos y soluciones más inteligentes con respecto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible; acción a nivel local que incluya las transiciones necesarias en las políticas, los presupuestos, las instituciones y los marcos reguladores de los gobiernos, las ciudades y las autoridades locales; y acción por parte de las personas, incluidos la juventud, la sociedad civil, los medios de comunicación, el sector privado, los sindicatos, los círculos académicos y otras partes interesadas, para generar un movimiento imparable que impulse las transformaciones necesarias (…).
En la década 2020-2030 es fundamental la necesidad de actuar para hacer frente a la creciente pobreza, empoderar a las mujeres y las niñas y afrontar la emergencia climática" (Idem).
A primera vista, la Agenda 2030 pudiera parecer un proyecto que de veras busca el bienestar y la felicidad de la humanidad entera, intentando establecer una especie de mundo paradisíaco-perfecto. Pero evidentemente no es así; de entrada, objetivos como el de la pobreza y el hambre cero, y el pleno empleo de calidad para todos, no son más que mentiras cortesía de los perversos delincuentes que gobiernan el planeta. Salvo en los casos de antiguas culturas que practicaron el comunismo primitivo, y de algunas comunidades autosuficientes de la actualidad, siempre hubo pobreza, miseria, hambre, desempleo, pago de salarios o estipendios insuficiente para la mayoría y pare de contar. Panorama que empeoró en los últimos siglos con el surgimiento y consolidación del capitalismo, y su evolución a un liberalismo y un neoliberalismo global, que intenta consolidarse hoy día con el nuevo orden mundial corporocrático-totalitario en formación.
De hecho, el nuevo orden mundial ha logrado aumentar las desigualdades socioeconómicas en todo el mundo, lo que se evidencia, por ejemplo, en las elevadas tasas de pobreza, miseria y desempleo, en especial a partir de la declaración de la pandemia por COVID-19. Entonces, cabe preguntarse, ¿cómo es que la ONU pretende erradicar la pobreza y la miseria del planeta, y garantizar empleo pleno y de calidad para todos? Una respuesta lógica a esta interrogante, desde el punto de vista egoísta-criminal de las élites, podría ser no la eliminación de la pobreza, de la miseria y del desempleo como problemas socioeconómicos, sino de los que viven en situación de pobreza, miseria y desempleo, que al fin y al cabo representan un estorbo para los ricos y son inútiles en lo laboral y poco valiosos como consumidores. Y ciertamente hay planes elitescos claros de control demográfico, justificados en parte por la supuesta sobrepoblación de algunos rincones del orbe, y su aparente relación con el aumento de la pobreza y de la miseria. A los poderosos jamás ha interesado el bienestar socioeconómico de los de abajo, y ahora no será la excepción, por más que la Agenda 2030 parezca el pasaporte al paraíso.
Ya que se mencionó en el párrafo anterior a la pandemia por COVID-19, considérese que no es casual que haya sido declarada por la OMS justamente en el 2020, debido a que ese año debía "marcar el inicio de una década de acción ambiciosa a fin de alcanzar los Objetivos para 2030" (Idem). Afirmación de los voceros de la ONU precisamente antes de ser declarada la pandemia, razón por la que la Agenda 2030 tuvo mucho que ver con el origen de la pandemia y consecuente desarrollo de la misma. Y no podía ser de otra manera, pues esta emergencia sanitaria sin duda ha representado un punto de inflexión en la historia de la humanidad, contribuyendo a acelerar los cambios necesarios para que la Agenda 2030 alcance sus objetivos en lo relativo al supuesto desarrollo sostenible, en especial el fortalecimiento de la interdependencia planetaria (orden supranacional) y de la sociedad digital-cibernética, procesos claves para que el nuevo orden mundial pueda consolidarse.
Se evidencia que para el nuevo orden mundial criminal, la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible ha sido una herramienta muy importante de cara a su consolidación y aparente triunfo definitivo a comienzos de la próxima década. Por ahora, con la emergencia sanitaria en curso y sus consecuencias en aspectos variopintos, el éxito para los globalistas ha sido elevado, y en lo sucesivo éstos proyectarán lo que sea necesario para cumplir los 17 objetivos de la Agenda, aunque para ello tengan que continuar sometiendo a gran parte de la humanidad a una resiliencia innecesaria y a numerosas medidas absurdas, draconianas, restrictivas, discriminatorias y coercitivas que generarán siempre un impacto terrible en todos los ámbitos de la vida pública y privada. No debe sorprender si en los años por venir, surgen otras pandemias y otras amenazas reales y ficticias para la humanidad ("invasiones" extraterrestres, "ataques" de zombies y mutantes, cercanía a la Tierra de meteoritos y otros cuerpos espaciales, desastres naturales, grandes apagones, emergencias climáticas, entre otras) como excusas para que el nuevo orden mundial, por medio de instrumentos como la Agenda 2030, siga en su avance a la imposición definitiva. Inclúyase en este contexto a los conflictos militares, en especial la que podría denominarse tercera guerra mundial, como una oportunidad de oro para que las élites y los Gobiernos borren del mapa a una numerosa población de la Tierra, prosigan con la violación sistemática de derechos y libertades y la imposición de medidas inhumanas y criminales, y en el proceso generen importantes ingresos.
De manera que en el marco del nuevo orden mundial y el cumplimiento progresivo de la Agenda 2030, la desgracia de casi todos continuará siendo aprovechada por una minoría, particularmente en lo económico por medio de supuestas ayudas (financiamiento) para "solventar" las diversas crisis, estimular el "crecimiento" y "garantizar el bienestar de todos". Los delincuentes-globalistas que gobiernan el mundo seguirán haciendo de las suyas en nombre del "bien" común.