Hoy 25 está cumpliendo tres años de muerto Fidel Castro, probablemente el hombre más avanzado de la política mundial de los últimos 150 años. Nadie como Fidel. Había cumplido 90 años y tres meses. Cuando escuché hablar de él por primera vez, yo era un niño. "En la calle de Cuba se armó un rebú, siete barberos atrás de un pelú". Era una joda que se escuchaba mucho y que yo como carajito recitaba en cualquier lugar porque me parecía gracioso. Era el triunfo de la revolución cubana, debía tener tres o cuatro años, pero recuerdo la conversaciones de amigos de mi padre que escuchaban Radio Habana por onda corta. Aún me jacto de mi prodigiosa memoria y recuerdo a ellos, militantes del MIR y del PCV, disertar en torno al proceso y en torno a lo que estaba aconteciendo en la isla caribeña.
Ya como de doce, siendo estafeta, escuchaba aquellos discursos en los que me extasiaba, cuando sintonizaba Radio Habana por onda corta en Casa de un amigo en el muy pueblerino Carúpano. Entraba de maravilla la señal allí. Por Radio Habana conocíamos parte del mundo, nos calamos la guerra de Vietnam, la sentencia a muerte de Nguyen Van Troi, que originó la película "Crónica de un subversivo latinoamericano", cuyos actores principales fueron Miguel Ángel Landa y Orlando Urdaneta.
Fidel fue el compendio y la síntesis de la interpretación de la sociedad latinoamericana. Nadie como él conocía este continente y su historia. Nadie como él tenía una visión holística del problema y de cómo salir de él. Por allá por los 80 dijo que los latinoamericanos no debían pagar la deuda al Fondo Monetario Internacional, pues ya estaba pagada con creces, y dio todo un razonamiento y una explicación pormenorizada de ello, aunque sabía que estaba arando en el mar. Nadie entendió la solidaridad como él. Nació en medio de una familia muy adinerada que vivía del agro. Su padre era un hacendado importante en la Cuba de primera mitad del siglo pasado. Él se crió entre el trabajo y los trabajadores que descalzos le enseñaban sobre ganado, siembra y la vida del campo. Aprendió a disparar desde pequeño, lo que le sirvió luego en la Sierra Maestra. Aunque en su juventud no tuvo una formación marxista, sus estudios sobre el coloniaje y la historia de los imperios, aunado a los malos gobiernos de la isla, le despertaron una conciencia social que se fue conformando en el tiempo. Por ello, ya viviendo en La Habana y estudiando en la universidad, entiende que la única forma de acabar con la injusticia, era tomando el poder. El asalto al Cuartel Moncada y la influencia del padre le salvaron la vida. Y el exilio en México le marcó el destino hasta su muerte. Desde el desembarco del Granma el 2 de diciembre de 1956, hasta la entrada triunfal a La Habana el primero de enero de 1959, marcó un hito en la historia latinoamericana. Hubo muchos héroes, pero el principal, sin duda, fue Fidel.
La construcción del todo el andamiaje político para irle dando forma a la revolución, sólo estuvo en la cabeza de Fidel, quien en un principio se enfrentó a la formación marxista del Che y todo el frente de liberales que se negaban a rotular de comunista la revolución por allá en el 62. Luego vino la participación cubana en África y la crisis económica producto del embargo que estaba causando destrozos en el pueblo cubano. En el 65 se produce el "rompimiento" político con el Che, porque las prioridades indicaban que debía salvar la revolución. Dos años después el médico sería asesinado en Bolivia que para Fidel siempre fue una aventura.
Fidel siempre me impresionó. Recuerdo, ya en los tiempos modernos, cuando comenzaban a abrirse los medios de comunicación, escuchar un brillante discurso, donde en medio de las disertaciones sobre la crisis del capitalismo, hacía consideraciones en torno al comportamiento del individuo, para referirse a que un heladero no podía quitarle un poquito de helado a una niña cuando le vendía una barquilla, por la inmoralidad que eso implicaba. Esa maravillosa capacidad de meterlo y sacarlo a uno de momentos históricos, de coyunturas políticas y económicas, de comportamientos humanos, de sociedades colapsadas, y no aburrirlo, sino obligar a uno a pensar, a reflexionar, a tratar de explicarse cosas, solo era posible que lo hiciera Fidel.
No puedo olvidar el caso de los niños de Chernobyl, cuando en 1986, una de las tantas crisis económicas de Cuba, poco antes del Período Especial, Cuba se convierte en el único país del mundo que diseñó un programa de atención a 25.000 niños ucranianos contaminados por la radiación del accidente nuclear de ese país. Muchos de esos niños, desahuciados por la medicina de otros países, hoy están vivos, gracias a la solidaridad y a la atención de un hombre llamado Fidel. En un sitio especial se construyó un hospital y viviendas para los familiares de los niños. Ninguno pagó un centavo por ellos. Sentí una gran emoción cuando por allá en el 2002, vi por televisión un concierto en Ucrania. Me llamó la atención que cuando enfocaban a los músicos, a algunos se les notaban defectos. Eran los niños de Chernobyl, hoy convertidos en profesionales, muchos ejercen y viven en Cuba.
Del Chávez que hablaba del "capitalismo con rostro humano", al Chávez que hablaba de Lenin, el Estado y la revolución, hay sin duda una gran dosis de Fidel. Fueron sin duda, sus influencias y sus largas conversaciones nocturnas hasta la madrugada, las que le dieron luces a la brillantez y la acuciosidad de Hugo. Cómo, me pregunté muchas veces, puede un tipo saber tanto de tantas cosas. Dicen que aprendió a hablar inglés en tres meses estudiando un diccionario, lo hablaba bastante mal, pero fluido y se le entendía sin problema.
Está claro que Fidel no quería ser un ideólogo. Era un observador de la vida. Un muy inteligente analizador de los hechos, un estudioso de todas las cosas que pudieran pasar por su mano. Podría hasta decirse que él, en sí mismo, era una ideología, un orfebre de la palabra, un conocedor profundo del comportamiento humano.
Ninguno de los grandes hombres de los últimos cien años de la humanidad, fue como Fidel. Todos fueron muy grandes, pero en sus respectivos campos. Ninguno tuvo la visión de 360 grados de Fidel. Es posible que, dentro de 150 años, la historia de la humanidad sea Antes de Fidel y Después de Fidel.