Recuerdo que, en 1997, en una de las acostumbradas ruedas de prensa de los lunes del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de AD, su vocero sempiterno Luis Emilio Rondón, declaró de Acción Democrática (AD) era el partido político más grande de América Latina, pues albergaba 1.6 millones de militantes, una cifra impresionante que en verdad, para ese momento, no superaban ni el poderoso Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México, ni la intensa Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) dirigida por, quizás el más connotado, junto a Rómulo Betancourt, dirigente de la socialdemocracia latinoamericana, Víctor Raúl Haya de la Torre.
En diciembre de 1998 Hugo Chávez acaba con la poderosísima coalición de derechas que se concentró en la candidatura de Henrique Salas Römer, que recibió cientos de millones de dólares, pero que de nada sirvieron porque le sacó poco más de 1.5 millones de voto de ventaja, derrota de la cual nunca pudo recuperarse y terminó retirándolo por allá a su lujosa mansión de Brickell Key, en Miami. Un año después del apabullante triunfo de Hugo, AD suspendió su otrora Romería Blanca, realizada usualmente en la avenida México, a propósito del cumpleaños del partido, el 13 de septiembre. Ya no le quedaban militantes para que organizaran ese gigantesco acto. Todos se habían inscrito en el Movimiento Quinta República (MVR). De hecho, el primer Jefe de la Fracción Parlamentaria de ese partido en las sesiones del último Congreso que hubo en el país antes de la Asamblea Nacional Constituyente, era un connotado dirigente adeco de Barinas.
Eso me recordó que, en 1988, la organización política más grande del mundo, era el Partido Comunista de la Unión Soviética, el famoso (PCUS) Tenía 22 millones de militantes. Un año después de la caída del Muro de Berlín, en 1989, hacían un esfuerzo sobrehumano para llevar unos diputados al congreso de ese país. Ya no quedaban militantes. Hoy, podríamos decir que no existe.
Lo que quedó de AD, terminó abandonando a Henry Ramos Allup, poco después y migrando entonces al nuevo partido del chavismo, al nuevo hijo de Hugo, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) una organización conducida por militares que nunca tuvieron ni noción de política y mucho menos noción de lo que era un partido político, por lo que siempre se ha tratado como una casta militar, incluso con orden cerrado y todo. Es una organización que hizo hasta el famoso "Libro Rojo", cuyo contenido es la mejor expresión no sólo de la democracia partidista, sino del comportamiento tanto de una organización como de un militante, pero que nadie nunca cumplió. Lo evadieron cada vez más, hasta que terminó en el basurero.
Hace poco se nombraron nuevas autoridades del partido, desde los más altos cargos de dirección hacia abajo. Y en verdad quedé impresionado por dos cosas que noté de inmediato: una, que nuevamente, y como siempre, no hubo elecciones, nadie se postuló, ni siquiera para hacer la pantomima de que estaban haciendo un proceso interno con candidatos y todo, como son las democracias internas. lo segundo que me llamó mucho más la atención, fue el rescate de las viejas estructuras adecas, pero con un subterfugio: Buró Estadal y Buró Municipal, una copia al calco de los viejos Comité Ejecutivo Regional y Comité Ejecutivo Seccional de la tolda blanca. Y en verdad me estoy preguntado qué de revolucionario, como se llamaban los partidos mexicano y peruano, o de socialista, como se llama el Psuv, tiene eso. De dónde escogieron a esa nueva camada de "jefes" que no tiene ni idea de lo que es una organización política. Hace poco conocí a una de esas nuevas concejalas nombrada a dedo y mientras la escuchaba hablar, pensaba para mi cómo sería esa chica diseñando una planificación de Estado para un ministerio. Y no es una niña, debe tener treinta y algo, pero con un discurso de no más de 300 palabras, cargado de clichés, frases trilladas, adulación incontrolada, fanatismo y verborrea. Me interesó conversar con ella porque he conversado con varios y todos tiene el mismo denominador común: no tienen concepto, no tienen criterio, no saben de política, no tienen formación, no tienen visión, y, sobre todo, no tienen la más puta idea de lo que es el socialismo. Esa es la estructura partidista del chavismo. Incluso, con un agregado importante, los jefes anteriores, venían de la vieja militancia. Los que mandan ahora, son dirigentes GIF, pendientes de una selfies y de mandar retórica por tuiter. Dirigirán el país en los próximos diez años, aunque no sepan cuánto vale un barril de petróleo, ni cuál es la extensión territorial de Venezuela. Pobre Chávez.
Creo que el problema mayor, porque creo que fue un fenómeno únicamente ocurrido en Venezuela, es que nunca se diferenció el Estado del Gobierno y del partido. Siempre fue la misma cosa. Casi siempre cubrí la fuente política en mis tiempos de reportero y recuerdo los amplios y a veces agresivos debates que se daban en el país por las diferencias entre los criterios del partido y los del gobierno. Fue famosa una pelea del Presidente Luis Herrera Campins y las autoridades de su partido por la designación de un ministro de Sanidad. Y no menos polémicos fueron los debates en el CEN de AD y el presidente Carlos Andrés Pérez. Y eran más famosos los debates en el Parlamento por las decisiones de gobierno. Es decir, el partido era un monitor del Presidente, en algunos casos, un contralor. Lo fue durante toda la Cuarta República, algunos eran shows montados y otros eran agrios enfrentamientos entre sectores bien diferenciados de ambos partidos. Ejercían en esencia la verdadera función de un partido político, la contralora. Nada de eso existe ahora, mucho menos, ni siquiera una democracia disfrazada. No hay permiso para la objeción en el Psuv. El nuevo jefe pone el Buró Regional y el Buró Municipal, designa a los alcaldes y a los concejales. Incluso a las personas que dirigirán los institutos y las empresas del Estado. Es decir, un pequeño caudillo, que luego se siente con tanto poder que terminan montando tienda aparte y hablando mal del proceso. Ejemplos, ya hay cientos. Lo más trágico de todo, es que ya nadie habla de Chávez, nadie habla de construcción de la sociedad, ni de país, ni de justicia. Los negocios están primero. Incluso, muchos eliminaron la camisa roja de uso cotidiano que con tanto orgullo se ponía siempre el Nieto de Maisanta.
Caminito de Hormigas…
Excelente los operativos que están realizando en Guacara con la venta de alimentos a las comunidades. Miles de toneladas. Lástima que nada se sepa, porque simplemente no hay medios de comunicación, salvo el canal de Estado y este semanario.