Victor Alvarez: Un humanista bobalicón

El siempre socialdemócrata Víctor Álvarez, por fin se desnuda ideológicamente en su artículo Ser o no ser: ¿de izquierda, socialista o humanista?; y se declara ingenuamente "humanista". Pero, ¿cuál es ese humanismo que habla Álvarez? Pues aquel pensado por ciertos socialistas utópicos del siglo XIX, congeniados con el positivismo que iniciaba para fortalecer al capitalismo europeo. Humanismo que luego fue considerado por las corrientes socialdemócratas hasta hoy en día, para intentar avenir el capitalismo con el socialismo; determinación absurda y contranatural que han pretendido por años, fusionar dos modelos totalmente antagónicos.

Por otro lado, su amplia crítica, esbozada en dicho artículo, no hace sino pretender atomizar la sociedad al adherir el postmodernismo y el nihilismo pequeñoburgués; escribiendo que son "los movimientos sociales que interpretan mejor el clamor de la gente, el compromiso social no pasa por militar y actuar según lo ordena la línea del Partido (sic), especie de pensamiento único que criminaliza e inhibe el pensamiento libre. Cada sujeto social tiene una lectura de su propia realidad, tiene sus prioridades, sus anhelos, su propia subjetividad"; faltándole agregar a Álvarez, el egoísmo de tal sujeto social ordenado por la moral burguesa, según nos cuenta Max Horkheimer en el libro "Egoísmo y movimiento liberador, Contribución a una antropología de la época burguesa".

Además, su optimismo bobalicón lo refuerza aún más al confesar que siendo ministro entre el 2004 y 2006, no le importaba que sus colaboradores en cargos de confianza firmaran contra el comandante Chávez en el referendo revocatorio de 2004. Sólo le "bastaba con verificar que estaban bien formados, eran competentes y querían trabajar por Venezuela."

Finalmente, Álvarez es un malagradecido con la Cuba revolucionaria que tanta educación y albergue le ofreció en su juventud; para hablar mal del gobierno de Fidel y de la carrera Planificación de la Economía Nacional de la Universidad de la Habana; así como ridículamente obsesionado con la expresión "¡pim pom fuera: abajo la gusanera!" que aún resuena en su memoria, su estúpida reflexión: "si la Revolución [cubana] había triunfado justamente para liberar los poderes creadores de la gente, para hacer posible "una asociación en la que el libre desarrollo de cada uno sea la condición del libre desarrollo de todos" y así llegar a satisfacer plenamente las necesidades materiales, intelectuales y espirituales de la sociedad. ¿Por qué, entonces, la mayoría de la gente vivía sumida en semejante escasez y precariedad?"; y pare usted de contar por tanta bolsería escrita en este artículo: un auténtico bodrio político.



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Sergio García Ponce

Ex-vicerrector de Desarrollo Territorial de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV).

 sagarciap@yahoo.es

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