El origen de la conciencia

“El remordimiento es el estado profundamente enfermizo que se apoderó del hombre bajo la presión del cambio más profundo que pueda experimentarse y que se efectuó cuando el hombre se encontró definitivamente encerrado en una sociedad pacificada. Todos los instintos fuerte y salvaje-el espíritu de iniciativa, la temeridad, la pillería, la avidez, el espíritu dominador que, hasta entonces, no sólo habían sido tolerados, sino francamente alentados—fueron de pronto considerados peligrosos y poco a poco estigmatizados como inmorales”.

 Hemos visto que las doctrinas de los burgueses sobre la virtud y sobre el contento los hace cada vez más pequeños: su bondad está hecha, sobre todo, del deseo de que nadie les quite nada ni les haga daño; he aquí por qué se apresuran a hacer el bien los primeros a los demás. No hay más que cobardía, y a eso se llama virtud. En realidad, gustan igualmente de hacer daño y de atacar; pero sólo dirigen sus ataques contra el pueblo que no tienen que perder, a quienes se puede doblegar sin temor. A esto se llama valor, y no es más cobardía y de la más profunda.
Estamos solitarios, porque todas sus antiguos camaradas sé han convertido en trásfugas; los jóvenes corazones se han hecho viejos, están fatigados, son vulgares e indolentes. Explican esto diciendo: “nos hemos vuelto piadosos.”

Revoloteaban en otro tiempo en torno a la Revolución y a la libertad, como hacen los religiosos y los viejos; y ya se les ve sentados junto la estufa, como refunfuñadores y santurrones. “Han comprendido su época. Han escogido bien el momento y la hora.” Porque, a la sazón, los criminales de la noche han reanudado su vuelo. La hora de los seres nocturnos ha llegado.

“Todos los deseos y todos los vicios han elegido domicilio aquí; pero también hay virtuosos; aquí hay muchos virtuosos hábiles y ocupados: muchas virtudes con los dedos ocupados en desfalcar; hombres laboriosos y burócratas adornados con pequeñas esperanzas, y padres de muchachas disecadas y sin asentaderas. Aquí hay también mucha piedad y mucha cortesía devota y bajezas ante el Dios de los ejércitos. Porque es desde “arriba” desde donde llueven los dólares y los graciosos esputos; es hacia arriba hacia dónde van los deseos de todos los pechos sin estrellas.”
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1597 veces.



Manuel Taibo


Visite el perfil de Manuel Taibo para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: