Vamos a pedirle a Francisco que nos incorpore al diálogo

Los errores tienen la propiedad de que se encadenan unos con otros. Ahí tienen el lamentable período de 1999 hasta 2006 de la oposición: fracaso tras fracaso. Y luego insistieron en el 2014 con las guarimbas. Y, claro, los fracasos son huérfanos. Aunque eso no impide que determinen ciertos cambios en la cabeza dirigente. La dirección pasó de los dueños de Globovisión y RCTV a Ramos Allúp y Capriles. Pero todavía hay por ahí (especialmente se escuchan en las colas en las urbanizaciones) los que sostienen que el error fue que la gente que no era de clase media (el sur en Valencia, el este en Caracas, etc.), no se sumó a la protesta. Que hay que retomar la guarimba, ahora que el bachaqueo, el desabastecimiento y la inflación están golpeando la base popular. Que hay colas porque la guarimba no triunfó. Esto se me parece mucho a un señor que todavía hoy en día piensa que la guerrilla de los sesenta podía tomar el poder “si aguantábamos un poquito más”. Pero es que ciertas estructuras de personalidad, sobre todo si se es bruto y paranoico, se repiten a la izquierda y a la derecha.

Lo cierto es que muchos guarimberos están esperando la seña de Diosdado y Jorge, y todos los que aseguran que no habrá referendo sin ser del CNE, para lanzarse de nuevo a las calles. Es que hay jefes chavistas que parecen de oposición. ¿Provocación? ¡Claro! El gran maestro de la provocación fue el comandante Chávez. Por eso ciertas cabezas duras no entendieron porqué no acabó echándole unos tanques a aquella Plaza Francia de Altamira, sino que dejó que se pudriera sola; tampoco entendieron por qué dio amnistía a los implicados en el golpe del 11 de abril. Menos, por qué dejó tanta prensa por ahí oponiéndose al gobierno y otras muchas “blandenguerías”. Pero era el Comandante. Para la mentalidad gomecista amalgamada con la stalinista de algunos compañeros (o sea, esa mezcla de brutalidad, sectarismo y paranoia), eso bastó para justificar una decisión. Cualquiera: era el Comandante. Y Eterno, además.

Pero Chávez es Chávez, y los demás…los demás. Por más cadenas que usted haga para cualquier cosa, cualquier ritual de juramentación, discurso, anuncio de que anunciará que anunciará, nunca será como Chávez, no sólo por la razón obvia de que usted no es Chávez, sino porque se sobreexpone mediáticamente y eso, cualquier comunicador que sepa de eso (que, al parecer, no abundan en el gobierno), le dirá que es contraproducente, que se hace ladilla, que usted termina siendo el objetivo de todos los odios. Bueno: se lo han dicho, oportuna, íntimamente, calladitos, más duro, durísimo, pero ¡nada! Igual que muchas observaciones y recomendaciones, no fueron ni serán escuchadas, porque serán tachadas de traiciones, de nacidas del “chiripero”.

Ni modo. Me pregunto para qué todavía sigo criticando y recomendándole cosas al gobierno, si sus errores ya están encadenados también. ¿Será necesario enviarle una misiva al Papa Francisco para que le den participación al chavismo crítico en el diálogo con el gobierno? Porque el sencillo, simple, mecanismo automático de ciertas mentes paranoicas, ya se activó. Usted dice algo, y ya es usted un traidor, agente de la CIA, etc. Y peor si lo que dice parece surgido de un razonamiento de izquierda. Pero aportemos una cartica al Papa Francisco. Empezaría así…

Estimado Santo Padre: Apreciamos mucho sus buenos oficios para facilitar el diálogo entre los venezolanos. Pero ocurre que a ese diálogo no están invitados todos los que son. Resulta que hay chavistas que no han sido escuchados para nada; así como, estamos seguros, hay opositores que no han sido tomados en cuenta. Ni hablar de los ni-ni, que son de diferentes tipos. Es más, en el caso de los chavistas, hemos sido insultados, amonestados, perseguidos y despedidos como en el caso de los profesores Monsonyi, Lander y otros, y antes, con la suspensión de programas de algunos comunicadores, sólo porque se permitieron hacer críticas y recomendaciones al gobierno y, últimamente, recordaron que el referendo es una institución de la democracia participativa, propuesta por el propio Chávez, y sujeta a la reglamentación del CNE, organismo que tiene la última palabra, y que afirmar que no se puede activar por nada del mundo, es asumir la representación del CNE ilegítimamente, aparte de poner en tela de juicio la legitimidad de toda la institucionalidad. Igual se contribuye a la deslegimación de la institucionalidad de la Constitución por la que Chávez veló siempre, cuando ponen al TSJ a producir sentencias muy dudosas desde el punto de vista jurídico.

Verá usted, Santo Padre, ojalá que su misericordia (se necesita una infinita como la divina), perdone a unos burócratas que creen que para poner orden y disciplina en la administración pública, hay que llamar a los militares, cuando éstos ya están ahí desde hace años, en posiciones claves, de paso, con sospecha de que robaron. Pero hay otros pecados gravísimos: entregar las reservas acuíferas en manos de transnacionales mineras en el Arco mineral del Orinoco; abrir sin consulta las Zonas Económicas Especiales al capital transnacional; pagar la deuda externa antes que solucionar la cuestión de los alimentos y las medicinas; impedir la investigación de ciertos personajes que, evidentemente, se llevaron miles de millones de dólares del país; perder el control de la economía y después acusar a una “guerra económica”, como si los enemigos debieran cuidarnos. Aquí viene un largo etcétera, que sólo puede comenzar a procesarse si Usted, su Santidad, nos invita a ese diálogo al cual usted es invitado como mediador.

Con todo nuestro agradecimiento, y mucho fervor por su últimas declaraciones que lo acercan a la teología de la liberación, lo cual ocasiona urticaria a la jerarquía eclesiástica de por aquí (sea dicho sin ánimo de chismear). ¡Un abrazo, camarada! Que la paz sea contigo ¡Amén! EL CHAVISMO CRÍTICO


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Jesús Puerta


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