Venezuela, di palabras raras: arroz, pollo, leche, revolución…

Con los asaltos violentos y armados a gandolas con arroz, leche, incautación de más de 3 millones de dólares en cocaína, incendio en el CICPC, cierre de la empresa Coca Cola, despido de trabajadores, aumento del precio del pollo y la leche…parece que el proceso que aspiraba a mayor democracia para hacer posible más socialismo ha llegado a su fin.

No se trata de echarle las culpas a nadie, sino de preguntarnos ¿Qué sigue en la historia? ¿Continuar con el socialismo y Cómo? ¿Olvidarse del socialismo? ¿Tolerar el capitalismo y sus males? O ¿Hacer una nueva revolución?

El planteamiento de continuar con el socialismo ha sido repetido por un sinnúmero de conscientes e inconscientes seguidores de este proyecto social, desafortunadamente el modo como algunos plantean la continuidad del socialismo, es muy incompleto.

Por un lado, se adivina que unos hacen planteamientos ficticios y prácticamente insuficientes. La ficción de unos radica en que su planteamiento no es auténtico, es decir no se traduce en hechos reales, es decir no se defiende ni se impulsa con fuerza las transformaciones que el socialismo demanda (?).

La reflexión histórica es que cuando Chávez lo planteó e impulsó no se podía pronosticar acerca de lo que iba a venir con el nuevo gobierno. Chávez en esa época no había tomado conciencia del futuro que le esperaba a sus propias experiencias. Esto es así porque toda la filosofía política de Chávez se basó en la confianza de que el pueblo y sus dirigentes iban a continuar con el legado histórico.

La cuestión es que la historia humana no tiene que ser obligatoriamente continuidad inmediata de la experiencia anterior, pues la seriedad y la veracidad de las concepciones y condiciones anteriores, no se transmiten automáticamente a los a los nuevos líderes. Estos nuevos son responsables de su momento y de su concepción; quienes muchas veces y en el más sano de los casos, son portadores de un desconocimiento esencial de las cosas anteriores y del sentido histórico que llevan las mismas y en el sentido más cínico, están en contra del proyecto anterior y sus discursos son pseudo-planteamientos dirigidos con premeditación para engañar las colectividades y provocar en ellas una inseguridad propicia para aceptar al patrón Estado que le resolverá (ficticiamente) su situación . En esta dirección, el discurso tiene mucho en común con la demagogia socialdemócrata tradicional.

Para otros, estas experiencias socialdemócratas no han sido incógnitas, sino el problema fundamental de la situación política actual de Venezuela, que esconden intencionalmente detrás de sí, un producto pre manufacturado con la burguesía nacional: detener el socialismo y vulgarizar el chavismo.

Hay que tomar en cuenta, que ningún planteamiento ha desaparecido y el problema del desabastecimiento, y el de definir el tipo de revolución, persisten. ¿Qué va a sucumbir: el socialismo o el capitalismo? ¿Aparecerá una sociedad combinada y una concepción atravesada? O ¿Habrá una nueva revolución?



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Memo Fernández


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