Militancia y Formación

La formación de los militantes es un aspecto fundamental en un partido revolucionario. En el caso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), sus propios estatutos establecen entre los deberes del militante la continua formación y autoformación. El comandante Chávez subrayó constantemente la importancia del debate de ideas interno, la crítica y la autocrítica, guardando siempre un punto medio entre la teoría y la praxis con el fin de evitar los extremos que él denominó como teoricismo y pragmatismo, durante el Aló Presidente Teórico N°3, acerca del PSUV y su militancia.

Sin embargo, hasta ahora, se ha abandonado la teoría para darle primacía a la praxis, es decir, se ha caído en el extremo del pragmatismo, al dejar a un lado el estudio de lo teórico. La finalidad no es tampoco pasar de un extremo a otro (hacia el teoricismo), sino generar un equilibrio entre la teoría y la praxis. Desde mi percepción, los siguientes aspectos estructurales coadyuvarían a la consecución de tal equilibrio:

a) Enfatizar la formación de los militantes más allá de la formación de los cuadros. Las escuelas de formación de cuadros no llegan a las bases, y aún pueden escucharse cosas tales como que Hitler era comunista de boca de militantes del PSUV, de las que lamentablemente he sido testigo. ¿De qué sirve ser un partido atrapa-todo con una gran maquinaria electoral si nuestros militantes y los que conforman las estructuras carecen de formación ideológica? No digamos que tendrán un conocimiento sobre el partido y se expresarán como politólogos, pero sí que podrán tener una noción más profunda sobre la ideología del partido donde hacen vida, más allá de repetir hasta el cansancio consignas. La ideología es un elemento más duradero. Aprendamos del PCV, que con sus defectos como toda organización ha sabido mantenerse desde 1931 con generaciones de militantes formados ideológicamente. Las ansias de captar han hecho que se deje a un lado la formación.

b) Unido a lo anterior, es importante hacer de la juventud del partido algo más que un producto para vender al mejor estilo de cualquier empresa capitalista, algo más que repetidores de consignas sin contenido. Ocurre lo mismo que en el PSUV, cantidad antes que calidad. La captación y las actividades de la juventud deben ser algo más que una fiesta en una esquina o una caimanera. No puede excluirse la formación. La diversión pasa, las ideas perduran.

c) Hacer de los congresos verdaderos espacios de discusión, de debate de ideas y no un espacio de apariencias con conclusiones pre-elaboradas. Eso no tiene sentido. Muchos congresos se han desvirtuado hasta tal punto de ser algo similar a unas vacaciones o al que se acude para obtener una tableta, cuestión de la que he sido testigo y tengo varias historias que contar al respecto. Esta realidad hace que incluso parte de la propia militancia se abstenga de participar.

El comandante Chávez fue sin duda un gran ejemplo de formación y autoformación de la conciencia revolucionaria, exhortando a la militancia en la práctica de la misma. Si queremos que su legado permanezca, es necesario insistir en el debate de ideas y en la formación.

 



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