¿Era necesaria una revolución en Venezuela?

         Tal vez existan miles de respuestas explicativas para esta pregunta, cuyos signos de interrogación parecieran crujir  ante el silencio de décadas de dominación, manipulación, engaño y miseria impuesta por las clases dominantes y grupos oligárquicos que, no sólo son los dueños de los medios de producción y del poder, sino también  del pensamiento de las grandes mayorías, que terminan entregando su consciencia a la ideología alienante de la burguesía. De allí, de esa relación perversa nace todo un sistema corrupto que exprime y explota el alma de los individuos, sumiéndolos en la más profunda de las  soledades y la frustración del espíritu. Aquí hay una mutilación en la esencia de los seres humanos, pues la creatividad y las ganas de vivir plenamente se suprimen del todo y cesan las funciones cerebrales de querer ser libres de verdad. El mismo discurso dominante y toda el aparataje  manipulador logran penetrar en el subconsciente de los individuos, castrándole hasta la posibilidad de pensar racionalmente. Refiriéndonos a los escuálidos  ¡cualquier parecido con la coincidencia  es mera realidad!

        Precisamente, se hacen las revoluciones para revertir situaciones que manipulan la verdad y  truncan la vida de los pueblos. En ese caso es la ideología alienante que venda los ojos de los hombres y mujeres, quienes acaban mirando la vida a través de la mente material, que termina fracturándose ante los hechos de la realidad. Ahora bien, cuando se mira la vida y la revolución con los ojos del alma, entonces los hombres y mujeres, los pueblos reunidos en sociedad y unidos por las fibras de la patria, terminan abrazados en una pasión y una conducta inquebrantable que apuesta siempre a la liberación y la emancipación.   

             Mientras existan los enemigos de la patria, adversarios por naturaleza del bienestar del pueblo, la revolución será necesaria y, más que un canto a la libertad, será siempre una tarea permanente que debemos asumir como compromiso de vida y de lucha de clase, porque nuestro reto es derribar definitivamente las estructuras de ese estado capitalista  y, junto con ello, derrotar a la clase dominante. De allí que la conciencia de la insurgencia es el punto de partida desde donde deben partir las fuerzas para someter a esa clase política reaccionaria de la derecha, que aliada con la clase burguesa y oligarca, quieren someter a nuestro pueblo al sufrimiento y al desasosiego. El reto revolucionario es enterrar políticamente al fascismo para que no sigan haciendo tanto daño.   

          Entendemos la revolución como un proceso organizado de gran visión política para impulsar el cambio estructural en las relaciones económicas de la sociedad, en las relaciones de producción, en las relaciones humanas y la estructura del pensamiento.  En el caso venezolano, la lucha ha sido dura, donde  la ideología alienante de la derecha   a atacado con todas sus baterías a la ideología revolucionaria, queriéndola expulsar del discurso e imaginario del venezolano. No podrán.

         Ante la podredumbre de la democracia puntofijista y del sistema  político de la Cuarta República, carcomido en todas sus estructuras, con una clase política podrida en su discurso y su práctica, la revolución fue necesaria para demoler ese viejo estado. En estos17 años de revolución muchas cosas se han hecho, pero que ahora las fuerzas oscuras, agrupadas en la MUD, pretenden negarlas  a fuerza de una estúpida y miserable guerra económica. La revolución fue, es y  será siempre necesaria para salvar a Venezuela de las garras de la derecha fascista.



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Eduardo Marapacuto


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