Las colas a ritmo psicológico...

Para alguien desapercibido, mejor dicho, descuidado, desinformado y alienado el tema de las colas son única y exclusiva responsabilidad del gobierno, sin siquiera permitirse profundizar un poco sobre un tema que tiene muchas aristas, pero una sola causa, el capitalismo como sistema socioeconómico, político y cultural y con lo que Chávez mucha veces citó, "la lógica capitalista" y los reflejos condicionados de una masa de ciudadanos y ciudadanas que desesperan ante una campaña tan agresiva como "efectiva" en el sentido de generar temores en la población a la hora de crear una sensación de inseguridad, muy propia del sistema capitalista. En un sistema capitalista desde que nacemos vivimos en un mar de incertidumbres, salvo aquellos que pertenecen a la burguesía y tienen todo lo material garantizado, heredado, entre otras cosas, el "derecho" a seguir explotando a los y las trabajadores y trabajadoras.

El pueblo en el capitalismo no sabe si mañana tiene donde vivir y donde comer, depende de un 15 y un último, si la quincena se retrasa o se elimina la catástrofe es inminente. Ahora bien, esto afecta aún más a quienes se meten en la mente el sueño de algún día ser burgueses, es decir, sectores de la clase media que tiemblan ante la posibilidad de no volver a comer arepas aunque en época de abundancia de harina expresen cosas como: "yo no como arepa porque me engorda", "no gracias, arepa no porque estoy a dieta", no obstante, en estas épocas de guerra económica son las mismas que se acercan aun buhonero y le dicen "no tienes por allí un bulto de harina, no importa el precio, te pago lo que sea"...

La cola en sí se ha convertido en el mejor instrumento del capitalismo en Venezuela para captar la mayor cantidad de recursos y de paso a precios especulativos; ciertamente no todo llega a sus manos... ese terrible temor a quedarse limpios lleva a gente del pueblo a convertirse en expertos "bachaqueros" a la hora de coadyuvar, seguramente sin querer, a la guerra económico-psicológica que desata el imperialismo contra la Venezuela Bolivariana.

Los temores que crea el capitalismo, inseguridad social, económica y dependencia absoluta al dinero como única razón de la existencia... el ser humano no existe para vivir y convivir sino que existe para hacer dinero, lo contrario te lleva al fracaso absoluto, en la lógica capitalista, esto crea una inercia que debemos sacudir en revolución con consciencia y formación de todo el pueblo. Aquello de Descartes de "pienso, luego existo" Cogito ergo sum, se convierte en la sociedad de hoy en algo así como "hago dinero, luego existo" y por consiguiente, quien no tiene acceso a la acumulación de dinero, es decir, los que somos asalariados somos presa fácil de las campañas psicológicas que exacerbaban la guerra económica e incrementan las colas, no hay que negarlo, la burguesía y el imperio encontró un lado muy lucrativo de la siembra de temores que ellos han hecho en la humanidad.

Basta observar una aglomeración de personas para oír estas respuestas... "yo no se que van a vender pero algo será porque hay cola, por eso estoy aquí", en pocas palabras, los burgueses nos someten a una paranoia colectiva y un terror constante y pretenden con ello "matar dos pájaros de un solo chinazo", acumulan capital a montones y desestabilizan al gobierno... como diría algún vagamundo, "eso es placer sin pecado".

Las colas en Venezuela no son precisamente un reflejo de la escasez propiamente dicha, es producto del desorden y la falta de planificación propia del capitalismo. El capitalismo no produce para satisfacer necesidades, produce para acumular capital al máximo y generar situaciones de zozobra que lleven a la masa a adquirir cosas aún cuando no las necesiten, necesidades creadas. Ciertamente la revolución intenta y lucha para cambiar el modelo: producir en base a una planificación y de acuerdo al consumo requerido, sin embargo, las distorsiones del capitalismo y las locuras por acumular capital nos lleva al contrabando, acaparamiento y el bachaqueo, propiciado por los burgueses pero ejecutados por gente del pueblo mismo que lamentablemente se presta para eso. Es tan cierto esto de que el capitalismo no produce para satisfacer necesidades sino para acumular ganancias cuando vemos que escasea la leche líquida normal pero vemos los anaqueles abarrotados de yogurt y otros productos derivados de la leche: lo vivimos con el famoso "arroz saborizado", una trampa de magnitudes colosales de los capitalistas para robar al pueblo obteniendo ganancias groseras.

¿Qué hacer?... Esta es la gran pregunta en toda revolución ¿Cómo combatir toda esta paranoia desaforada que incorpora incluso a las bases que apoyan la revolución? Pues estamos llegando al llegadero y la burguesía y las circunstancias nos llevan a radicalizar, acelerar el proceso de transformación del modelo económico y eso significa confrontación con la burguesía y el imperio. No es casual entonces que en medio de la partida de ajedrez donde estamos jugando el imperio amenace directamente con una intervención, aunque después reculan y dicen que no, cosa que nadie les cree... "al imperialismo no hay que creerle ni un tantito así" nos recomendaba El Che, pues no pensarán que a estas alturas del juego vamos a creerle al departamento de estado aquello de que "no nos quieren invadir"... Si estamos ante una situación donde necesitamos apretarle las tuercas a la burguesía comercial usurera con medidas que incluyan expropiaciones, si aunado a ello intentamos organizar al pueblo en comunas, UBCHs, Círculos de Lucha, Hogares de la Patria, etcétera, este esfuerzo no solo será para ganar elecciones, tiene que ser para hacer una revolución en todos los ámbitos y el económico no escapa a ello y llegó la hora de hacerlo ya. En este orden de ideas, el tema de las colas se resuelven con una economía planificada en base a la producción de bienes de consumo que requiere la población, además del incremento de la producción a través de la reactivación de la agro-industria, pero esto no es algo que se logra de la noche a la mañana, necesita tiempo, entonces no queda otra que responder a la agresión burguesa e imperialista pisándo sus intereses económicos, lo contrario es dejarnos acorralar en una lógica perversa que solo beneficia a la burguesía.

La realidad es que dependemos de las importaciones en alta medida, esto lo observa la burguesía, que se babea por ponerle la mano a los dólares de la república y la revolución tiene que impedir el saqueo de nuestros dólares por parte de esta burguesía. Volvemos a lo de la planificación, tiene que ser milimétrica, sin fallas. Para que esto sea posible se requiere de revolucionarios claros y comprometidos al frente de las instituciones encargadas de velar por la salud económica de la república, en todos los ámbitos.

Así como es menester vigilar a la burguesía parasitaria de cerquita y con mucho celo en todas sus actividades, al menos hasta tanto la república recupere su función en la economía y se ponga tierra de por medio a esta burguesía apátrida, saqueadora, especuladora y ladrona, la vigilancia es vital, sine quo nom, para que las cosas marchen y nada más adecuado que al frente de esta batalla esten nuestros mejores cuadros, comprobados y comprometidos, insobornables e incorruptibles. En este sentido las campañas informativas son importantísimas. Ningún venezolano ni venezolana puede desconocer que estamos como estamos gracias a unos burgueses que especulan, contrabandean y nos roban lo que el gobierno revolucionario con esfuerzo viene haciendo en materia de protección del ciudadano a través de salarios dignos.

Ciertamente nuestro pueblo está dando la batalla, tiene esperanzas en su revolución y confianza en su gobierno, de lo contrario la violencia que propicia la burguesía campearía en las calles, no obstante, en horas de ataque burgués el contraataque bolivariano debe ser fulminante. En contraataque liberamos la FANB,, en contra ataque liberamos PDVSA, en contraataque tenemos que liberar la economía más allá de las guerras psicológicas que desde los laboratorios del capitalismo, los campeones de la inseguridad, nos lanzan continuamente. Las colas deben desaparecer en una acción conjunta del pueblo y el gobierno, pero que desaparezcan para siempre, para lograrlo hay que ir contra el sistema capitalista burgués e ir creando el modelo socialista en donde se garantice a los ciudadanos el acceso a los bienes requeridos de manera tranquila y segura. Si la burguesía sigue con esta guerra, preparemos las leyes y reglamentos necesarios para dar el gran salto en lo económico y liberarnos del perverso capitalismo de una vez por todas.



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