Sin crítica, adulando, no se defiende una revolución

El mal tratamiento del intento de golpe, la imprecisión en la denuncia, la falta de información clara, la confusión en las medidas antigolpe han producido desespero en las filas revolucionarias, y el desespero es terreno fértil para el fascismo. Es así, hemos visto en los últimos días un brote fascista que preocupa, la solución del linchamiento (por ahora escrito) abre puertas a mayores iniquidades.

A nosotros se nos ha acusado de ser cómplices del "golpe del tucano", se hacen cualquier tipo de cabriolas argumentales para demostrar nuestra culpabilidad. No vamos a hablar de la imputación, más bien nos preocupa que es un síntoma de algo más grave y que merece toda la atención: es una señal clara de que, amparada en el vacío ideológico, la falta de formación, la intolerancia a la crítica, ha prosperado una conducta fascista, gavillera, muy peligrosa. Es propio del fascismo aprovechar cualquier oportunidad para despachar la disidencia.

Nosotros sostenemos que el gobierno, sumergido en la ideología socialdemócrata, ha dado un giro catastrófico hacia la derecha, ha falsificado el Plan de la Patria, los hechos están a la vista, para muestra: la banca, las fábricas de los capitalistas cada día brotan más y cada vez son más prósperas. Sostenemos que este giro ha llevado a una pérdida de apoyo al gobierno, allí están las encuestas.

Creemos firmemente que la única vía de permanencia que tiene el gobierno es volver a Chávez, a su mandato del 8 de diciembre: Maduro, Socialismo y cuidado con el reformismo. Es volver al Plan de la Patria, al Socialismo. Lo anterior lo reafirmamos y estamos dispuestos a defender nuestro derecho a decirlo.

No es descabellado, no es un invento de laboratorios gringos suponer que este gobierno revolucionario giró a la derecha, la historia nos dice que todas las Revoluciones, con algunas poquísimas excepciones, han girado a la derecha. Y siempre lo hicieron con persecución a la crítica, a la disidencia, con el silencio de los buenos, la cobardía de muchos que debían hablar y callaron, y siempre cayeron. Entonces, la defensa de la Revolución pasa por la crítica fuerte, dura, descarnada, nunca la crítica ha hundido a una Revolución; la unanimidad, la adulación, sí han sido culpables. Recordemos al Che Guevara cuando criticó a la poderosa Unión Soviética en su apogeo, no faltarán quienes lo acusen de haber propiciado la caída del campo socialista.

El gobierno podría empezar por autocriticarse y abrir puertas a la crítica, rectificar. Esos grupos, esas opiniones fascistoides que hoy aparecen, nacen de la actitud de "gatillo alegre" del gobierno, de la soberbia, del abandono ideológico. Así acusaron de traidor a Giordani, y a quien discrepó lo aplastaron; así acusaron de "estado general de sospecha", de gamelote, de brincar la talanquera a quienes criticaron la alianza con los burgueses. Después dijeron que ellos mismos no le creerían ni el "Padre Nuestro" a un burgués. Esta conducta trajo las actitudes que hoy criticamos.

Nos preocupa que nadie salga a defender el derecho a la crítica, más bien se alegran. Por ahora están a salvo, cuando vengan por ellos, cuando el monstruo que dejan crecer los muerda, como en el poema aquel, ya será tarde.

elaradoyelmar.blogspot.com



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Toby Valderrama


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