La Fuerza Armada Nacional Bolivariana: ¿garantía de estabilidad política a largo Plazo?

El juego Político en Venezuela hoy se mantiene en una especie de forcejeo, presiones de todo tipo van y viene desde el exterior, de igual forma desde los sectores políticos de derecha que hacen vida en el país. Todos estos sectores apostando específicamente a la ruptura del hilo constitucional; los inquisidores del siglo XXI tienen sus miradas puestas de manera directa en las fuerzas armadas, y buscan su punto de quiebre, desean el potosí venezolano y están aventurados. Se encuentran acompasados por un andamiaje semiótico y una estructura económica muy fuertes que logran filtrar sus ingresos a través de distintas ONGS.

La situación no le pierde pista al proceso de de la Chile de Allende 1970- 1976, una historia que fácilmente se puede cotejar con el contexto histórico de el presente venezolano en muchos sentidos; sin ninguna duda, la bienvenida del sector militar a un proceso de cambio que busca la conquista de la organización de base por encima de la institucionalidad, complica un poco más el asunto para el Estado, esto porque aún hoy, luego de 15 años de empujar un proceso distinto, existen corrientes del mismo bloque progresista que no les agrada la idea de esta alianza (¿?), mientras que por otro lado, sectores de extrema derecha, siguen atizando este punto para proyectar al Estado Venezolano como un gobierno militar y autoritario, dejando de lado el concepto de autoridad.

Con relación al tema militar, existe una visión marxista que plantea lo siguiente: “las fuerzas armadas son un grupo de represión al servicio de la burguesía”, pero aun así durante el gobierno del presidente Chávez se creó la unión cívico militar, ahora, esto se contrapone a la cita de inicio del párrafo, pero no le resta vigencia a la visión marxista. Entonces ¿garantiza la FANB la continuidad del proyecto bolivariano a largo plazo?

Siendo esto un elemento contradictorio, militar y población civil como fenómeno atípico dentro de la visión clásica del Estado, existe, y pareciera tener forma. Sin embargo hay que revisar; un artículo muy interesante para mí fue el escrito por Danny Monsalvez Aranada, desde ahí podremos hacer contrastes con las condiciones actuales del país y de la participación de las fuerzas armada en el gabinete de Allende. Aranadar relata muy bien los hechos que se suscitaron en un ensayo de 33 hojas, desde las difíciles situaciones económica que enfrento Chile, la participación de los partidos de extrema derecha, hasta lo que llevo al el presidente chileno a establecer fuertes lazos con el sector militar

Aunque a diferencia de Allende el presidente Chávez vino del sector militar, las difíciles situaciones no faltaron. Ahora, nuestro actual presidente Nicolás Maduro Moros, al igual que el presidente chileno del 70, se ve en una situación similar, precisamente por no ser de ese sector, no porque no posea e liderazgo, sino por la estructura que aun se mantiene dentro del componente armado.

La apuesta para consolidar el proyecto transformador, en mi opinión particular, tiene que ser e basada en el proyecto original de la revolución, desligar totalmente a los sectores que se desviven por la institucionalidad y afianzar la estrategia armada de los sectores organizados (milicias y pueblo armado), esto como sector de defensa real bajo un proceso que exigen cambios profundos, económicos, políticos y sociales. Las fuerzas armadas, aun con el pueblo, son estructuras verticales y el contexto geopolítico así como nacional nos obliga a establecer una organización dirigida por la población y horizontal.


primeramosqueda@gmail.com


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