Roland Denis y su Pregunta en Qué_Hacer a un Congreso Urgente del PSUV

Estoy incluido en una lista (que_hacer@googlegroups.com) en la cual diariamente transcurre un debate casi parecido al que solemos ver y leer por Aporrea. Este grupo es más reducido y por lo que he visto, sus integrantes son más bien profesionales -economistas- que se organizaron con la idea de discutir la política económica del gobierno, pero ya en este grupo se filtran otros puntos de vistas y temas. El grupo es variopinto. Hay de todos.

La mañana de este miércoles -16/04/2014- al sonó la alarma de mi teléfono que me anuncia que un mensaje de un integrante del grupo está llegando. Abro el teléfono, reviso y veo, que es Denis Roland quien sin preámbulo alguno nos sugiere “una pequeña proposición [En pregunta]: ¿Quién está dispuesto a mandar a Nicolás Maduro de verdad al Carajo?... alguien por favor que lo diga”

Al principio, sentí un terremoto moviéndome el piso porque no vi nada justificatorio. Luego con más calma y respirando y sin haber leído más abajo, me pregunté: ¿Es un peine de Roland Denis para ver la fortaleza hoy del proceso y saber quiénes son los duros o quiénes están apunto de abandonar más ligeramente el barco?

Mientras pensaba en esta pregunta, el cursor de mi teléfono celular se movió y vi aparecer, no una larga lista de considerando y explicaciones, sino algo linguisticamente más apropiado. Vi aparecer “los después” de Roland Denis y ahí efectivamente está una angustia justificada que necesita ser objeto de un profundo debate. Si tuviera poder; si yo fuera un Dios, que por supuesto no lo soy, ni llegó a la condición de angelito, este tema con sus DESPUÉS, sería una agenda extraordinaria para el Congreso del PSUV. Si fuera un Dios, haría lo posible por cambiar la agenda y propondría que demos respuesta o acompañamiento a Roland Denis, trabajando cada uno de sus DESPUES.

Entiendo que Roland Denis no fija estos DESPUÉS caprichosamente. Siento que fue armándolo como un rompe cabeza que iba dándole pleno sentido a su pregunta. Su primer Después, que se resume en la idea de un proyecto que pretende (o prentendía) construir una sociedad igualitaria. Deja ese después en suspenso como diciéndonos sin escribirlo, que la situación no luce en esta coyuntura favorable para ese proyecto por la conchupancia. Alguien diría, es que el socialismo no es una línea recta. Si es así; no es una linea recta, pero tampoco una muy quebrada, que después de ganar o intentar ganar un espacio, se vea más adelante una especie de retorno, que la conchupancia nos obliga a tomar.

Un después que duele profundamente en el alma, es el después que Roland Denis lo expresa así: “Después de haber sido testigos como en medio de esa fragua extraordinaria al mismo tiempo tanto seres nuestros caían por las balas del asesinato continuo antes y después de la toma presidencial del mando constituido. Al menos cuatro centenares de dirigentes obreros, campesinos asesinados por las balas del sicariato oligárquico, tradicional y de la maquinaria del Estado, sin contar los miles que entre la tortura y la muerte dieron todo por un deseo indetenible de liberación pero que nunca tuvieron la oportunidad de ver y vivir”. Este Después duele y duele más al pensar en esta conchupancia que va armándose y que va colocándole un cadena al proyecto bolivariano.

Duele o llama a la reflexión ese “después” en el que Roland Denis nos dice de la promesa “de todo el poder para el pueblo (..) que hoy se hace todo lo contrario”. Es una ironía de la vida que en este abril, celebremos ese 13-A con esta cochupancia. ¿Dónde quedó la angustia del comandante de Comuna o nada?. ¿Está ese sentimiento y consigna presente activamente en el dialogo cochunpancia? ¿Cómo que el poder Popular no haya existido para darle legitimidad desde el proceso a este dialogo?

Otros después que duele más aún. Ese ese después, en el cual Denis Roland nos recuerda la última noche del comandante con nosotros en una alocución. Después del comandante aguantar todas las presiones, angustias que lo llevaron a acelerar su muerte por las angustia que le tocó vivir; duele profundamente esta circunstancia en la que se encuentra el proyecto. Duele un diálogo que promete hacer concesiones y es posible, si no hay un volver a la conciencia, que ese canto que nos dejó la última noche 'que estuvo con nosotros. Este: patria, patria, patria querida (....) También duele mucho



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Evaristo Marcano Marín


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