Andar juntos no es igual a estar unidos. Deben existir reglas claras para la convivencia y cooperación recíproca de los aliados revolucionarios. No hace falta improvisar ni descubrir el agua tibia. El Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez diseñó una Constitución que fue aprobada por nuestro pueblo y que contiene un principio fundamental de democracia interna, especialmente exigible a los destacamentos (partidos) que se precian de ser patrióticos, revolucionarios, bolivarianos, socialistas antiimperialistas y chavistas.
Por ello advertimos la obligatoriedad de que dentro del Gran Polo Patriótico se cumpla cabalmente con el legado de Chávez. Es de hacer notar que la Constitución Bolivariana, en su artículo 67 consagra que los partidos deben hacer elecciones internas para legitimar a sus directivos y candidatos a cargos de elección popular, de manera que allí está presente una clara exigencia válida para aquellos aliados del PSUV que todavía no han cumplido con este requisito cuyo valor se manifiesta en el contexto de la moral revolucionaria. Todo esto obedece a una concreta razón: Queremos que los factores de la alianza sirvan como vehículos de participación popular, no como herramientas al servicio de sectas oportunistas ni caudillos vitalicios.
La prematura desaparición física del camarada Hugo Chávez así como la estrecha victoria lograda por el nuevo presidente Nicolás Maduro hacen pertinente realizar un gran Congreso Extraordinario de carácter unitario que incluya entre sus puntos de discusión antes de las elecciones municipales, los siguientes: 1) Consolidación del Chavismo como doctrina; 2) Vanguardia Socialista y sus nexos con las bases; 3) La lucha de todo el pueblo contra el burocratismo, la ineficacia y la corrupción; 4) Táctica y estrategia revolucionarias en el plano electoral.
Más allá de los partidos, deben crearse espacios para candidaturas que provengan del pueblo no militante que hace vida revolucionaria en las infinitas formas del Poder Popular que tanto ha crecido desde el surgimiento de nuestra Constitución Bolivariana. La participación electoral de opositores será en la praxis un reconocimiento a la democracia de Venezuela y la transparencia de los poderes públicos (TSJ, CNE, etc.), pues luego de tantas difamaciones mediáticas, las bases del antichavismo retornarán al escenario democrático y se apartarán de los capos ultraderechistas que sueñan con tumbar a Nicolás.
Este nuevo proceso preparatorio en ruta al próximo 8 de diciembre debe servir para debatir en profundidad con las bases chavistas de todos los orígenes y militancias para el logro de resoluciones estratégicas y de carácter vinculante. Ello hará posible que el chavismo se reorganice estructuralmente y sea ratificado como primera fuerza nacional así como el faro antiimperialista que alumbra a los pueblos libertarios de la América Latina.
