Escribo estás líneas desde un sentimiento de “responsabilidad” que me ha aflorado, radicalmente, desde la muerte de nuestro VALIENTE CHÁVEZ y que se afianza después de los resultados obtenidos en las elecciones del 14-A (en las cuales logramos una victoria indiscutible, por supuesto) y más aún, después de lo que ha sido el resurgir frontal del fascismo en nuestro país con la figura de Capriles Radonski a la cabeza.
Es así como debo hacer mención que en todas las instancias y distintas sedes de los organismos públicos contamos con compañeros, que como yo, tenemos un profundo compromiso con la memoria del Comandante Presidente para materializar el Plan de la Patria que él nos dejó y desde ésta, nuestra trinchera de lucha laboral, debemos hacernos oír y no seguir de manera cómplice, cediendo espacios al enemigo, al infiltrado, al saboteador, especialmente los que se disfrazan de “rojos-rojitos” para acceder a cargos de responsabilidad y toma de decisiones y desde allí, socavar las bases chavistas y sabotear la buena gestión que debemos desarrollar desde la Administración Pública como instrumento de gobernabilidad; “ apropiándonos de la Administración Pública en todos sus ámbitos, logramos una verdadera gobernabilidad”.
Tenemos como tarea la misión “Eficiencia o Nada”, pues, nos anotamos a la “eficiencia” y le dejamos la “nada” a los enemigos de la Patria, pero esto sólo es posible en cuanto y tanto podamos contar con un tren gerencial comprometido con este proceso revolucionario, con sus lineamientos, con sus fines, con su ideología; que permita y dé cabida a la discusión y a la formación política dentro de las tareas técnicas y propias de cada institución; lo cual nos conllevará de una vez y para siempre a la consecución de la Patria Socialista que soñó nuestro Comandante Supremo y junto con él, el camarada Presidente Nicolás Maduro, nosotros y millones de compatriotas más.
Consideramos importante resaltar que una gerencia comprometida, también nos garantizaría una gestión transparente, honesta, respetuosa, con atención y capacidad de respuesta tanto a los ciudadanos como a los funcionarios, es decir, a lo interno y a lo externo de las instituciones, lo cual, en muchos casos, nos lleva a sumar gente para nuestra causa y nuestro proyecto de sociedad.
Nos gustaría dejar bien en claro o recalcar, que nos estamos refiriendo, específicamente a los cargos de responsabilidad y toma de decisiones, en todos sus niveles; no a los técnicos y profesionales, nuestros compañeros de trabajo que no comulgan con nuestra forma de pensar y hasta de concebir la vida, pero que adquieren su sustento y el de su familia de su trabajo (sin sabotear), es decir, no se trataría, para nada, de una “cacería de brujas”, lo cual seguro, ellos, los fascistas si aplicarían, pero que al mismo tiempo, es lo que nos diferencia a nosotros, los revolucionarios.
Cito al INMORTAL CHÁVEZ: “En la revolución no podemos tener escuálidos dirigiendo instituciones; ni mucho menos, en puestos claves…Sería una bomba de tiempo.”
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