Hayek, Popper, Buchanan, Rawls, Friedman, Von Mises, Guerra, Palma, MUD, IESA, Ecoanalítica, todos verdugos capitalistas, todos impulsores del neoliberalismo, del salvajismo, del darwinismo social; todos destructores de sueños, de ilusiones, de anhelos, de la utopía, de un mundo más humano.
Acabaron con todo, con los experimentos económicos alternativos de Siglo XX, incluso con el espejismo keynesiano mal nombrado “estado de bienestar”, con el cual se engañó, se contrabandeó, se confundió a muchos, muchas veces, también en nombre de un supuesto progreso. Se comieron “hasta el queso que había en la mesa” y hoy, de manera descarada, con sus recetas FMI-BM, con sus encubiertos paquetes de medidas, con sus irracionales críticas a cualquier Plan de Inclusión que se adelante, pretenden copar de nuevo la escena.
Proponen “austeridad”, competencia, menos Estado, flexibilización laboral, desregulación, privatización, en síntesis, más individualismo, más egoísmo, menos solidaridad, menos soberanía.
Pero ¡no volverán!. El modelo socioeconómico de la igualdad, de la independencia, de la hermandad, de la eficiencia, de la productividad, de la democracia, de la redención de los humildes, del abatimiento de la pobreza, de la sociedad de iguales, de la felicidad, de la seguridad social, de la estabilidad política, es el que vuelve por sus fueros. Ya no a la distancia sino aquí mismo en Venezuela. Superando la experiencia soviética, exaltando los valores de la Revolución Cubana, desechando los extravíos autoritarios, el reformismo; ya no con contrabandos, sin desviaciones ideológicas.
En nuestra Patria, el tránsito hacia el Socialismo está bien delineado. Debemos construir una sociedad que produzca con eficiencia, apropiada colectivamente de los medios de producción, donde se privilegie el valor de uso de las mercancías y un consumo racional, y donde la conciencia del deber social sea la que guíe la vida en comunidad y su relación con la naturaleza.
Hoy, cuando la canalla nos ataca, cuando embiste a nuestro líder en momentos de convalecencia, pretendiendo echar por tierra todo lo que hemos avanzado en el camino de la redención, los revolucionarios debemos dar un paso al frente y profundizar. Sólo así, radicalizando las medidas económicas, sociales, políticas y de toda índole, podremos defender la Revolución, a Chávez y al Socialismo.
A problemas complejos, soluciones simples. Socialicemos, convirtamos en propiedad social los medios de producción de la oligarquía. Disciplinemos, demos un escarmiento a los acaparadores, a los especuladores, a los ladrones de dólares, a los desestabilizadores. Pechemos a quienes más ganan, aumentemos el ISLR, creemos el Impuesto al Lujo. Migremos al gas nuestro patrón de consumo energético. Seamos conscientes de nuestro rol de constructores de una sociedad socialista. Actuemos eficientemente. Privilegiemos el trabajo. Digamos no a la dádiva.
Los enemigos del pueblo asechan. Preparémonos para profundizar, para radicalizar, para defender la legalidad revolucionaria. Hemos penetrado en profundidad, atrás ya han quedado muchos antivalores, nos encontramos en un terreno difícil, no permitamos que nos perturben. Demos un salto hacia el Socialismo.
