Por qué es saludable saber filosofía en este momento

En este mundo, donde las certezas que tenía el hombre anteriormente se pierden ante nuevos hechos; cuando todo a su alrededor se tambalea y el hombre por ratos parece ser que no tiene de donde agarrarse para no caer; aparece la necesidad de contar con una visión del mundo que nos dote de curiosidad, de apoyo, de esperanzas y de un camino que nos permita irnos encontrando y encontrar el rumbo justo.

Sin embargo, no todos urgen de este camino. Muchos están bien siendo como son: unos son rebeldes, otros no, unos buscan cosas nuevas, otros no. Unos miran normal el mundo donde viven, otros no.

Es por estas razones que la reflexión filosófica va para quienes se sienten inconformes con este mundo donde viven y para quienes se sienten tranquilos.

Para los que se sienten tranquilos en este planeta, la filosofía podría o hacerles más placentera su tranquilidad o perturbarles el sosiego y mostrar cuan pasajero era tal descanso.

Entonces ¿A quién va dirigida la filosofía?

A los curiosos, a los que buscan algo nuevo o diferente, a los que quieren justificar su manera de hacer las cosas, a los que quieren producir ideas nuevas o fortalecer sus puntos de vista y, de fondo: a los que buscan hacer de este mundo, un mundo más humano, vivible, compartible, amable y durable.

¿Qué es eso que lograría realizar tal hazaña?

A eso es a lo que nos vamos a referir en esta charla, en este momento de reflexión. Por ello debemos poner un poco de atención, para sacarle el mayor de los provechos a estos breves momentos que se tienen la oportunidad de escuchar a alguien hablando de filosofía. Increíble, ¡verdad!

En vez de estar hablando de medicina preventiva o curativa, de política rencorosa entre ciudadanos de las mismas clases populares, o de si en Brasil cumbre de Rio+20 se diagnostica lo obvio, hacemos un espacio para meternos a los enredos y complicaciones de la filosofía, para ver hasta donde llegamos.

Ahora comencemos:

¿Qué es la Filosofía?

Algunos han escuchado este concepto, otros no.

Quienes lo han escuchado, alguna vez lo relacionan con filósofos griegos como Sócrates o con pensadores chinos o indúes como Confucio o Gandi o Madre Teresa de Calcuta.

Hasta frases divertidas mencionan, como el que dijo: “Yo solo sé que no sé nada”, “El que quiera comer pescado que se moje…” o también gustan algunos de decir: “Cada cabeza es un mundo”. Y adoptan posees de sabedores de todos los secretos del mundo.

En ese complejo mundo de ideas, actitudes y de realidades sociales y naturales es que surge la filosofía. Como un resultado de las invocaciones, solicitudes o aclaración de los fenómenos que no se comprenden; de evocaciones y nostalgias de lo que fue y ya no es. Y de utopías o sueños y premoniciones o conjeturas sobre el futuro del mundo, la vida, la sociedad, el planeta, etc. Ahí hay terreno fértil para que crezca la filosofía.

Pensar en el tiempo: pasado, presente y futuro y sus mutuas relaciones.

La filosofía se entretiene también en reflexionar sobre el tipo de mundo en el que se vive y en el que se quiere vivir.

Sobre la situación de los humanos en el planeta hoy como determinante del futuro inmediato del planeta, las sociedades violentas y las sociedades tranquilas, las guerras y la paz; sobre el papel de los hombres (en su sentido más general- hombres y mujeres) ante los acontecimientos que más afectan la vida humana, como: el deterioro del medio ambiente y la vida de la especie humana. La criminalización de las sociedades y la seguridad de los ciudadanos; el deterioro de la calidad de vida por las pandemias o calamidades sanitarias (sida, cáncer, insuficiencia renal, infartos, diabetes, etc)

La filosofía se interesa mucho y le pone atención principal a la manera en que los seres humanos piensan su mundo: como algo eterno o perecedero; como algo que se puede innovar o continuar con lo mismo; como algo auténtico, propio o algo ajeno, externo: el mundo lo pienso como yo quiero o lo pienso como otros quieren que lo piense.

“Imbécil el que se deje sorprender por cualquier discurso”, decía el filósofo antiguo griego llamado Heráclito de Efeso.

La filosofía en el terreno de las relaciones humanas nos enseña que, por sobre todas las ideologías debe prevalecer el respeto al ser humano con todo y sus ideas. Piense cristianamente o no, tenga diferencias en la manera de pensar las cosas, o tenga opiniones diferentes u opciones diferentes en todos los terrenos (opción sexual, equipo de preferencia en futbol, partido político con el que se identifique, etc) por sobre todo debe prevalecer el respeto humano.

En el plano de las ideas la filosofía nos enseña a ver el mundo desde un horizonte muy amplio. A reconocer que no solamente nuestra manera de pensar existe: en el campo de la religión la filosofía nos enseña a reconocer a otros seres humanos que en el planeta optan por creencias diferentes a las nuestras. Hay budistas, musulmanes, judíos y cristianos y dentro del cristianismo una diversidad de corrientes. Aprender a convivir con los otros seres humanos portadores de ideologías diferentes, a ser tolerantes y no pretender someter a mis criterios a los demás; sino a buscar razones para compartir o diferenciar puntos de vista y opiniones.

También la filosofía nos muestra el camino de que los problemas prácticos tienen soluciones prácticas: en casos pequeños ¿Cómo tenemos que hacer para aprender a nadar, caminar o volar? ¿Cómo tratarnos a nosotros mismos y a los otros? ¿Cómo hacer la unión en lo diverso para convertirla en fuerza constante?

También como dijimos al inicio del documento: En este mundo, donde las certezas que tenía el hombre anteriormente se pierden ante nuevos hechos; cuando todo a su alrededor se tambalea y el hombre por ratos parece ser que no tiene de donde agarrarse para no caer; aparece la necesidad de contar con una visión del mundo que nos dote de curiosidad, de apoyo, de esperanzas y de un camino que nos permita irnos encontrando aunque para ello tengamos que criticar las formas anteriores de pensar y hacer las cosas.

Hay un ejemplo que me contó un vendedor de una ferretería: cuando le vendió pintura de aceite a un señor y luego volvió a reclamar que la pintura se le había arruinado. El vendedor preguntó: _ cómo adelgaza usted la pintura? El cliente respondió como lo he hecho por muchos años. Con gas (líquido llamado kerosina). El vendedor entonces le dijo que él no tenía que ver en la manera errada con que adelgazaba la pintura, por toda la vida.

Nosotros a veces creemos que nuestras maneras de pensar o hacer las cosas tradicionalmente no se pueden cambiar y que son las más correctas hay momentos en que es necesario hacer ciertos ajustes en esas maneras y debemos estar preparados filosóficamente para que el cambio se produzca.

Por el lado opuesto, también, como dijo Heráclito que no nos dejemos sorprender por cualquier discurso. Esto quiere decir que no todo, por muy nuevo que sea es, es beneficioso para nosotros. Debemos pensar en las implicaciones que tiene adoptar posiciones o hábitos nuevos, o si debemos aplicarles algún ajuste de manera que si es nuevo no resulte dañino para nosotros.

Este es el sentido crítico de la filosofía que se puede desenvolver en una infinitud de casos.

Ahora resumiendo la filosofía es una concepción general del mundo que nos explica los fenómenos naturales, sociales y del pensamiento que posee características prácticas, críticas, de respeto humano y no sectarias.

Para enriquecer estas ideas les hablaremos de la vida de un filósofo antiguo que para nosotros tiene mucho que enseñarnos: Confucio, Heráclito, Sócrates, Protágoras, Epicuro, Los Maniqueístas, San Agustín, Boecio, Guillermo de Occam, etc.

artigamanuel@yahoo.com.mx


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