Los trabajadors y el pueblo no soportamos más la inflación

“El aumento del precio de la gasolina es injustificado y afectará a los más pobres” afirma José Bodas Secretario General de Fedepetrol – Anzoátegui

Stalin Pérez y Bodas conversando con los trabajadores

Stalin Pérez y Bodas conversando con los trabajadores

Credito: MAH

José Bodas, en acto de protesta contra la corrupción en los Tribunales de Justicia, en Barcelona, Anzoátegui

José Bodas, en acto de protesta contra la corrupción en los Tribunales de Justicia, en Barcelona, Anzoátegui

Credito: Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma

En el marco de las negociaciones del contrato colectivo único para las empresas que operan en la faja del Orinoco, entrevistamos al Secretario General de Fedepetrol en el Estado Anzoátegui, José Bodas, sobre su apreciación de la intención del gobierno nacional de incrementar el precio de la gasolina. Al respecto el dirigente sindical manifestó lo siguiente:

“Definitivamente no le encuentro justificación alguna para que el gobierno unilateralmente decida un alza en la gasolina. No puede ser que cuando el país está atravesando por una extraordinaria bonanza petrolera generada por los altos precios internacionales del combustible, al Presidente Chávez se le ocurra incrementar el precio interno de la gasolina. Los ingresos anuales obtenidos por la venta de petróleo son el doble de los estimados, ya que en el presupuesto nacional se estima el valor del barril a casi el 50% de su actual precio internacional. Es un contrasentido para la revolución, ya que significa que cuando al Estado y al Gobierno le ingresan más recursos, que deben ser utilizados para atender los graves problemas que tiene la población, entonces los trabajadores y los más pobres debemos cargar con el impacto que este aumento generará sobre los precios.

A mi me parece un disparate lo que andan diciendo algunos dirigentes de los partidos que hacen parte del gobierno, de que el aumento de la gasolina es parte de la revolución energética. Esa reflexión sólo entra en la cabeza hueca de los obsecuentes. En nuestra corriente sindical con presencia en el sector petrolero hemos hecho la evaluación y tenemos otra lógica para ver el problema. No nos parece que sea ridículo el precio de la gasolina como afirma el Presidente, lo que si nos parece ridículo es creer que los grandes magnates, los corruptos y los burócratas en este país se verán afectados por un aumento en el precio de la gasolina. Ellos tienen el suficiente dinero para pagar el litro de gasolina al precio que el gobierno estime. Ese no es el caso de los trabajadores, sobre todo de aquellos que percibimos el salario mínimo. ¿Es que acaso el Presidente no sabe que la mayoría de los trabajadores tenemos que pagar hasta cuatro camionetas para llegar hasta nuestros sitios de trabajo y por cada trayecto estamos pagando entre 700 y 1.000 bolívares lo que representa casi 33 centavos de dólar, precio que es uno de los más altos de Suramérica?

Si se compara con Argentina, en ese país el precio del transporte urbano está alrededor de 27 centavos de dólar, a pesar de que allí el litro de gasolina vale 2 dólares. Ni que decir de los precios de los artículos de la canasta básica, que se han colocado por encima de los precios que se registran en toda América Latina. Eso si es ridículo, que en un país como Venezuela, con grandes recursos energéticos, con gran bonanza, con gran recuperación económica y donde los trabajadores y el pueblo lo hemos sacrificado todo para que avance la revolución, ahora tengamos que ser los más afectados por un incremento injustificable e inoportuno del precio de la gasolina.

En vez de estar pensando en aumento de la gasolina, el Presidente debería estar discutiendo con todos sus ministros como decretar un aumento general de sueldos y salarios, ya que al ritmo que vamos, en dos o tres años todos los trabajadores seremos cobijados por el salario mínimo. A los trabajadores y los pobres no nos pueden distraer con discusiones como que hay que rebajarle el salario a los funcionarios que ganan 10, 15 o 20 millones por mes. Eso ni se discute. Si el Gobierno de verdad lo quiere resolver, lo resuelve en un minuto con un decreto que diga que ningún funcionario devengará más de 3 salarios mínimos contractuales, empezando por el Presidente y se acaba la discusión. A mi me da la impresión que con todo este escándalo sobre los altos salarios se quiere ocultar el verdadero problema del país, consistente en que la inflación, la devaluación, el congelamiento salarial y la contrarrevolución económica que desarrollan los empresarios, las multinacionales, los terratenientes, los corruptos, los burócratas y el sector financiero están llevando a la miseria a millones de compatriotas.

Pienso que los trabajadores debemos discutir una agenda de lucha que nos permita alcanzar mejores salarios y oponernos a cualquier medida de incremento de precios de la gasolina, que sin duda afectará el bolsillo de los más pobres. Esa es una de las grandes tareas y desafíos que tiene planteada la UNT para el presente año.

Tampoco podemos dejarnos confundir con la discusión sobre el impuesto al lujo, como si con eso se resolviera el problema. Para mi es todo lo contrario. Al incrementar el impuesto al lujo lo que hace el gobierno es “legitimar” que haya lujos en el país por parte de los más poderosos, de los corruptos, de los altos funcionarios de gobierno y de la burocracia. No creo que los viejos y los nuevos ricos del país, sufran si les toca que pagar 50.000 dólares adicionales por un Rolls Royce que vale 350.000 mil dólares. Ellos los pagarán con gusto y luego nos lo sacarán con mayor explotación, con mayor corrupción y con mayor abuso del ejercicio del gobierno. El lujo hay que eliminarlo y punto, en eso tenemos que ser tajantes o si no, no habrá socialismo. Antes que “legitimar” el lujo con nuevos impuestos, hay que resolver el problema del hambre, del desempleo, de la falta de vivienda, esos son los temas de la agenda del socialismo real, no del imaginario.


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