Andrés Giussepe: Hugo Chávez le dio un giro de 180 grados a la política petrolera de la Cuarta República

Andrés Giusseppe

Andrés Giusseppe

Credito: Aporrea.org

3 de febrero de 2014.- El proyecto bolivariano que emprendió el presidente Hugo Chávez cuando asumió el poder en 1999, no hubiera sido viable si no hubiera tomado el control de la industria petrolera que hasta entonces estaba manejada por una tecnocracia totalmente alejada de un proyecto que tuviera como centro los intereses nacionales.

“Chávez le dio un giro de 1800 grados a la política petrolera y su accionar fue determinante para el nuevo rumbo del sistema de precios internacionales de los hidrocarburos, al defender la política de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP)”, manifestó el economista Andrés Giussepe, quien ha realizado variados estudios en la materia en su trayectoria profesional.

Cuando asciende al poder, un día como hoy hace exactamente 15 años, recibe un país con una economía nacional e internacional deprimida: el precio de la cesta petrolera venezolana alcanzó el nivel histórico más bajo desde 1973, al ubicarse en 7,98 dólares por barril, recordó el especialista.

Las reservas de hidrocarburos del país estaban por los 78 mil millones de barriles y en proceso de descenso por el agotamiento de los pozos, debido a la irracional explotación de las compañías internacionales que operaban mediante contratos de servicios en conjunto con las filiales de Petróleos de Venezuela (Pdvsa). Hoy superan los 316 mil millones de barriles, precisó.

“Recibió el país que estaba patas para arriba, con un desmoronamiento institucional que tenía como telón de fondo privatizar la industria petrolera. Era tal el desbarajuste que Venezuela se convirtió en el centro de las controversias dentro del seno de la OPEP. En las postrimerías de la Cuarta República, el Ministerio de Energía y Petróleo tenía como política el enfrentamiento con los países de la organización”, se lamentó el economista venezolano.

RECOMPONER LAS RELACIONES

Consciente de esta situación y de lo que significaba, el líder del movimiento V República y presidente Constitucional se rodeó de expertos en la materia y de inmediato se propuso recomponer las relaciones con la organización y a rescatar la disciplina y el respeto por sus fundamentos.

Estos fundamentos de la OPEP se basaban en los principios de soberanía, autodeterminación de los pueblos y defensa de los intereses de los países miembros. Fue con esas cartas, agregó Guissepe, con las que el Comandante convocó una reunión de la organización en Caracas.

Fue entre el 27 y 28 de septiembre que se celebró la II Cumbre de Jefes de estado y de gobierno de la OPEP. “La recuerdo porque el entonces ministro de Energía venezolano, Alí Rodríguez Araque expresó, en aquel entonces, que el mayor logro había sido reunir a los mandatarios de los países después de la primera vez, hace 25 años”, rememoró Giussepe.

La organización había cumplido 40 años el 14 de septiembre de 2000 y había logrado reunir a los jefes de Estados una sola vez en 1975. Destacó palabras que el presidente Chávez dijo en el discurso inaugural de la conferencia en el salón Venezuela, en el Círculo Militar: La OPEP se levanta de nuevo para lograr precios justos.

Giussepe relató que el Mandatario Nacional calificó el encuentro como un acontecimiento trascendental para los intereses del pueblo venezolano y de los pueblos árabes. “Con ese don de liderazgo convenció a los países miembros de asumir una política que pusieran por encima los intereses de la organización y lo logro”, asestó.

A pesar de la inestabilidad en el mercado mundial por las manipulaciones provocadas por la negociación de petróleo a futuro, en el año 2000 los precios del crudo llegaron a valores que sobrepasaban los 13 dólares por barril y comenzó un ascenso hasta llegar hoy a promedios alrededor de 100 dólares.

LA DERROTA DE LA MERITOCRACIA

Aunque las cosas en el mercado internacional mejoraban, el panorama de la industria en el país “no era color de rosa”. En la práctica las operaciones las controlaban las empresas transnacionales, la operatividad de Pdvsa se había reducido al mínimo y, lo que resultó peor, la “meritocracia que manejaba la estatal petrolera, hacía lo imposible para que el Poder Ejecutivo “no metiera sus narices dentro”, relató el economista.

Ante lo oposición firme de la tecnocracia petrolera que manejaba a su antojo la industria, Chávez siguió con su plan de establecer los valores de un plan nacionalista y progresista. Fundamentado en los poderes de la Ley Habilitante que le confirió la Asamblea Nacional (AN), aprobó el decreto con fuerza de Ley Orgánica de Hidrocarburos por medio de la Gaceta Oficial Nº 37.323 del 13 de noviembre de 2001, la cual entró en vigencia el 1 de enero de 2002.

“Por primera vez en el país desde 1878, año en que se comenzó a explotar el petróleo en Venezuela con fines comerciales, una ley establece el aprovechamiento integral de las reservas de hidrocarburos, sea petróleo o gas, como base fundamental para el desarrollo nacional, donde el concepto de Seguridad Nacional es el elemento fundamental y cuyas competencias y responsabilidad recaen sobre el Estado venezolano”, sentenció Giussepe.

Con esto se le asestó un duro golpe a la meritocracia que defendía los intereses de las multinacionales. La normativa le da un vuelco “contundente a la estrategia continuada de Pdvsa de internacionalización o capitalización hacia afuera, al proceso de apertura petrolera y, evidentemente, frenó la entrada masiva de las compañías transnacionales por medio de contratos de servicios que afectaban al interés nacional”, aseveró el economista.

Además. Revirtió el programa de desarrollo y comercialización de la orimulsión, que era una entrega burda de los crudos pesados y extrapesados de la Faja Petrolífera del Orinoco, a la estrategia expansionista de la producción y a la política de desconocimiento de la OPEP como organismo fundamental para la defensa de los precios, agregó.

Inmediatamente la meritocracia reacciona y comienza un proceso de movilización de las fuerzas opositoras al Gobierno del presidente Chávez que se desembocó en el golpe de Estado el 11 de abril de 2002.

Como fracasó la intentona, el presidente Chávez aprovecho la debilidad de la industria para ir cambiando la junta directiva. La meritocracia reaccionó con un sabotaje petrolero en diciembre de 2002, que se extendió hasta febrero del 2003. El Presidente volvió a derrotarlos y salieron de la industria 20 mil personas, entre la nómina mayor, profesionales y técnicos.

“Aunque los daños que le deparó esa tecnocracia apátrida a la industria fue irreparable. Se comenzó un proceso de recuperación de las operaciones de la industria que marcaron el comienzo del control de Pdvsa por el presidente Chávez”.

REVISIÓN HISTÓRICA

Giussepe dijo que esta visión de una manera sucinta de este proceso pudiera llevar a engaños de una supuesta arbitrariedad del Gobierno Bolivariano, “pero no fue así. Ellos (meritocracia) tenía un proyecto a largo plazo para privatizar a la industria y Chávez dio al traste con eso”.

Su revisión histórica lo conduce a concluir que en Venezuela se realizaron, a partir del año 2002, un conjunto de reformas estructurales en la industria petrolera y en la política exterior, en línea con la planificación nacional, que condujeron a un proceso de distribuir la renta petrolera al pueblo para “que le llegaran esos recursos a la población, que nos se quedara en el perverso sistema de reparto de la Cuarta República”.

En el contexto internacional, comenzó la construcción de una propuesta de integración regional como la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), Petrocaribe, Petroamérica y la diversificación de los mercados hacia el Asia.

Estas visiones chocaron por completo con la política petrolera de la Cuarta República. Sin irse muy lejos en el tiempo, Giussepe recordó el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, que le dio continuidad al programa de internacionalización de Pdvsa, pero también, a partir de 1992, se toma la decisión de volver a abrirles las puertas a las compañías transnacionales y sus grandes capitales en el negocio petrolero venezolano, para que nuevamente, como en los tiempos de las concesiones, llevaran a cabo la explotación y desarrollo de grandes lotes de terreno en el país.

Entre estas modalidades de negocios elaborados por las multinacionales, se destacaron los convenios operativos, asociaciones estratégicas para la producción de crudos, convenios de asociación para la exploración y outsourcing para actividades de servicio. A esta estrategia de negocios se le denominó proceso de la apertura petrolera.

PLAN SIEMBRA PETROLERA

El economista Andrés Giussepe expresó que para comprender el giro de 360 grados que dio la política petrolera de Hugo Chávez es fundamental considerar lo que fue el Plan Siembra Petrolera.

Este proyecto estratégico fue diseñado y planificado para la puesta en marcha de seis grandes proyectos de desarrollo diseñados en dos etapas: una a ejecutarse entre el período 2005-2012 y otra en la etapa comprendida entre 2012 y 2030. Los seis ejes fundamentales de este plan son los siguientes:

1.- Magna Reserva: Tiene como finalidad la cuantificación y certificación de las reservas probables de petróleo crudo que posee Venezuela en la Faja petrolífera del Orinoco, estimadas en 235 millones de barriles.

2.- Proyecto Orinoco: Busca el desarrollo de la Faja petrolífera del Orinoco, para la cual se dividió esa vasta zona en 27 bloques para ser explotadas con esfuerzo propio y asociaciones con otras empresas privadas. Este proceso va ir acompañado del desarrollo social de zonas aledañas a la Faja.

3.- Proyecto Delta-Caribe: Este proyecto se propone desarrollar el gas costa afuera en las áreas de la Plataforma Deltana, en la fachada atlántica venezolana, en las aguas ubicadas al norte del estado Sucre, al oriente de Venezuela; así como las inmediaciones de la Península de Paraguaná, al noroccidente del país.

4.- Refinación: Se plantea aumentar la capacidad de refinación en Venezuela en aproximadamente 700 mil barriles diarios en el mediano plazo, para la cual se tiene contemplado la creación de los siguientes centros refinadores: Cabruta (con capacidad de 400 mil barriles diarios de crudos extrapesados), batalla de Santa Inés (50 mil barriles diarios) y Caripito (50 mil barriles diarios destinados a la producción de asfalto).

5.- Infraestructura: Se ha estimado construir más llenaderos y poliductos para garantizar a todo el territorio nacional el suministro de combustibles. De igual forma se tiene previsto desarrollar la construcción de gasoductos con fines de exportación.

6.- Integración: Para darle cumplimiento a la proyección internacional de Venezuela como una potencia energética, se prevé desarrollar una serie de inversiones en varios países latinoamericanos, para así consolidar el proceso de integración regional en materia energética que ha venido, impulsando el gobierno de Hugo Chávez Frías desde el año 2000, para la cual se tiene planificado suplir de forma directa volúmenes de crudo y productos a países del Caribe, por medio de lo acordado en Petrocaribe, y con la ampliación de la capacidad de refinación en esa zona. De igual forma, con lo suscrito en Petrosur y con la concreción de la firma de varios acuerdos con los gobiernos de Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia, Colombia, Nicaragua y Cuba, para el desarrollo de asociaciones estratégicas en materia petrolera.


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