Un Ramiro Valdés para cada parroquia

La oposición no se da cuenta que es víctima del efecto boomerang de esa publicidad detractora y perversa que ellos mismo llevan a cabo en contra del proceso revolucionario, el presidente Hugo Chávez y todo cuanto lo rodea.

Cada vez que emprenden una campaña en contra del Gobierno nacional lo hacen para destruir, descalificar, ya cuando se pronuncian, la gente los asocia con algo nefasto, negativo, creo que no los quieren ni escuchar.

Con Chávez ocurre que no le dan tregua, pero en la medida que lo atacan crece como la espuma, al punto que se da el lujo de retarlos para que lo revoquen. Se da ese otro efecto publicitario según la cual entre más agredes a una persona en lugar de destruirla, la gente lo ve como una infamia hacia la víctima y termina colocándose de su lado. Más cuando es un Presidente como Chávez, que sostiene lo que dice con hechos en las comunidades, donde las misiones son prueba fidedigna de su gestión de gobierno, pero que los opositores infructuosamente insisten en querer hacer ver lo contrario.

Las estrategias opositores también hacen a sus blancos de ataques, más famosos de lo que puedan ser. Tal es el caso del general Ramiro Valdés, quien llegó al país formando parte de una comisión para ayudar a resolver la crisis eléctrica y, apenas piso tierra, los adversarios le cayeron encima con el fin de desbaratarlo, y resulta que actualmente muchos quieren tener un militar así en sus parroquias.

Porque ese es otro aspecto de la propaganda en un país como Venezuela, sobre todo en Maracaibo, cuya idiosincrasia es tan características que derrumba cualquier pronóstico publicitario. No creo que los marabinos seamos diferentes, pero aquí hay particularidades que llaman la atención, por ejemplo, al general Valdés lo acusan de haber fusilado más de cinco mil personas y aún cuando rechacemos la pena de muerte, algunos piensan que es el hombre que se necesita en nuestros barrios tomados por el hampa.

En esa campaña en contra de Valdés, historiadores admitieron que es un policía eficiente, sin embargo, pretendieron rayarlo diciendo que luchó junto al Ché Guevara y Fidel Castro, ignorando que con eso sólo consiguen enaltecerlo todavía más.

Los opositores no midieron las consecuencias y como carecen de la más mínima credibilidad, se le devolvieron sus calificativos, acusaciones e hicieron que haya gente que ahora vea al general con la simpatía que pueda ver a un actor de Holliwood.

Los enemigos del proceso desesperados ante las elecciones parlamentarias, se siguen enredando en su propia maraña.

*Periodista

albemor60@hotmail.com


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Alberto Morán*


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