En esta guerra no convencional con el imperialismo, la exigencia de la credibilidad de la dirigencia se hace fundamental, la cual, inevitablemente se aviva en la medida que el pueblo ve las victorias. Lo que en su momento fue PDVSA, una colina a conquistar raíz de los acontecimientos de 2002, hoy nuevamente es una colina perdida, que debe ser reconquistada por la alta dirigencia. La otrora PDVSA movilizada y en su medida politizada, ya no está presente.
La crisis reclama liderazgos, reclama dirección clara, y sólo se le está ofreciendo incertidumbre. El publicitado sacudón trajo el candidato natural a asumir la corporación y luego el ministerio. La falta de organización clasista de base trabajadora, como ejemplo en el ejercicio fáctico dentro de la revolución, ha dependido de la dirigencia en las instituciones. De estos cargos, ya tenemos lo del escandalazo de los cargos 99 en manos de los reaccionarios y militantes de la derecha. Aun se reclama la limpieza en PDVSA, y el Sr Eulogio, no convence con su chispoteosa declaración a favor de la reprivatización de las áreas conexas, la cual es pública en los foros internos de PDVSA, y tampoco convenció sobre la respuesta en el programa 7 preguntas sobre la limpieza en PDVSA. Sin embargo si hace esfuerzos de venderse como quién se comunica directamente con la clase trabajadora para contar con un “paragua político” para invisibilizar el desmantelamiento técnico acumulado de PDVSA, desde su gestión en la vicepresidencia en Exploración y Producción, evidenciado en la merma de un millón de barriles desde el 2008. Sólo un desprevenido puede asombrarse para declarar lo excelente y a la altura de las circunstancias.
La sustitución del Sr Eulogío, es el nuevo dilema en el gabinete, no por él en si mismo, se trata de la colina que representa PDVSA en esta guerra y que es amenazada día tras día. Si bien Jaua emplaza a Maduro sobre la declaración proneoliberal de Eulogio que atentaba con el Plan de la Patria, esté hoy diputado, no será quien lo reemplace. No será Ramírez, así hubiese magníficamente contribuido a ganar las elecciones de gobernación en Mérida, cuando este estado se daba por perdido, significaría retractarse de la verdadera intensión del sacudón. Se descarta también al ex ministro Osorio, y esta sonando Nelson Martínez.
No entender la esencia tecnológica del negocio petrolero en sintonía de la exigencia del avance político revolucionario, implica improvisar y en ese sentido, la derecha gana terreno. La realidad es que lejos de auditarse las decisiones técnicas que comprometen el destino de PDVSA, se ha dejado correr las fallas en el tiempo, y el tiempo apremia. La combinación de falta de liderazgo político y dirección técnica viene poniendo en riesgo nuestra principal industria…No será el correo interno de PDVSA el que sustituya el discurso necesario hoy ausente en esta gestión que es enemiga de la politización. Las listas impuestas para la participación en la movilización de calle no dan los resultados, y tampoco se sustituye la carencia de gobernabilidad interna en la materialización de las metas. El liderazgo necesario no debe buscar sólo culpable en las filiales o direcciones internas de PDVSA, se hace parte de la solución desde su envestidura.
