Alzar drásticamente el precio de la gasolina: imprescindible

Hoy, con la gasolina a un precio ridículo, los venezolanos contaminan el aire por el uso excesivo de los vehículos, con ello favorecen el aumento del cáncer y de las enfermedades respiratorias

Hoy los venezolanos casi no caminan, apenas por un par de cuadras se suben a su auto, por ello la prevalencia de la obesidad es una de las más altas de América, junto a ello se tornan más proclives a las enfermedades cardiovasculares y a la diabetes.

Hoy los venezolanos ostentan una de las tasas más altas de mortalidad por accidentes viales, en buena parte como consecuencia de la extrema congestión de calles y carreteras por la enorme cantidad de autos en circulación. De paso, con ello le quitan muchas horas tanto al trabajo como al descanso

Por el ridículo precio de la gasolina los corruptos de todos los niveles la transportan por tierra a Colombia y por mar a otras naciones vecinas. El contrabando masivo de la gasolina le cuesta al país doce mil millones de dólares, con lo cual se podrían construir 600.000 viviendas populares cada año. Además junto con la gasolina sacan del país grandes cantidades de alimentos y artículos subsidiados por el estado. Miles de venezolanos son arrastrados así a la corrupción y a la delincuencia.

Irónicamente quienes pagan con un precio más alto el despilfarro del petróleo son los sectores más pobres de la población, siendo que ellos son los que menos contaminan y congestionan. Por otro lado los más poderosos, quienes conducen carros de alta cilindrada son quienes más contaminan y quienes menos pagan.

Si una persona de clase media gana diez mil bolívares mensuales y llena su estanque de gasolina todas las semanas no va a gastar más de veinte bolívares al mes, o sea el 0.2% de sus ingresos. Por lo tanto un aumento del 100% del precio no lo va a afectar en lo más mínimo y un incremento del 500% le va a significar apenas un 1% de merma en su presupuesto. Por desgracia existen muchos desubicados que sostienen que como el petróleo constituye por lejos la mayor riqueza nacional se justificaría el precio ridículo que tiene. Con ese mismo planteamiento en Argentina y Uruguay habría que pagar un precio absurdo por un kilo de carne, pero no sucede así, quizás el precio sea la mitad del que existe en otras partes, pero no se regala. En Cuba tendrían que casi regalar el azúcar, lo que tampoco ocurre. Los rusos pagan lo justo por el vodka y los chinos lo mismo con el arroz. No veo porqué la gasolina tenga que ser una excepción.

Para que se corrija la catastrófica situación actual el aumento debe ser drástico, aumentar el precio paulatina, pero firmemente a un dólar cada litro, por supuesto que simultáneamente debe ir aparejado un alza considerable del salario mínimo, que compense el alza que va a ocurrir no sólo en la locomoción colectiva sino en una gran variedad de artículos de primera necesidad por el alza del costo del transporte. También habrá que alzar en un nivel menor las remuneraciones de los trabajadores de menores ingresos. Se necesitarán varios reajustes en meses consecutivos, pues no será posible calcular con mucha exactitud de una vez el impacto de tal medida sobre la inflación.

Como resultado final el país venderá no sólo la gasolina que se va por el contrabando sino que además toda la que se va a ahorrar con el cambio de actitud del venezolano medio, el cual no va a poder continuar subiéndose al auto para paseos inútiles ni por distancias breves que pueda recorrer a pie. Además va a aumentar significativamente la utilización de la locomoción colectiva, así que se Ahorrarán millones de galones que podrán ser exportados.

Aumentar el precio de la gasolina al doble o al triple no va a servir para nada, eso sí que sería una medida populista. Lo revolucionario es tener la bolas necesarias para llevar la gasolina a un precio justo que impida el contrabando y mejore la congestión vehicular, la calidad del aire en las grandes ciudades y la salud de la población. Es imprescindible y urgente una guerra a fondo contra el despilfarro.

El gobierno ha iniciado con gran despliegue publicitario una campaña de vigilancia en las fronteras. En los 5 primeros días ha logrado requisar gasolina, alimentos, cemento, hierro y otros elementos especificados, que de acuerdo a las cantidades dadas a conocer no debe representar más allá de unos quinientos mil dólares. Si la campaña sigue a la misma velocidad al cabo de un año no se habrán ahorrado más de unos cuarenta millones de dólares, cantidad insignificante para una nación como Venezuela. Para mí no constituye más que una medida populista. Para solucionar la sangría enorme a través de las fronteras se necesitan cojones.

enesfer25@hotmail.com



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