Vencer el analfabetismo petrolero

Uno de los grandes males que nos ha traído el rentismo petrolero que se erige como una muralla china, y  que dificulta a los venezolanos el entendimiento de la Cuestión Petrolera, está materializado en el gran analfabetismo petrolero que permea a todos los sectores sociales del país, siendo el estamento universitario donde este mal hace estragos. El no conocer la materia hidrocarburera, problemas como la permanente inflación, las devaluaciones, la adicción a las importaciones, el consumo desenfrenado, la baja contribución fiscal de los empresarios criollos, etc., parecieran producto de una gran conspiración nacional y/o internacional, cuando la economía política enseña que tales fenómenos forman parte de la naturaleza de ese engendro llamado CAPITALISMO RENTISTICO, al frente del cual está una burguesía parasitaria que desde hace  mucho tiempo viene asaltando al Estado y a las clases humildes de la nación para expropiarles la renta petrolera.

El analfabetismo petrolero o ignorancia petrolera manipulada por los poderes del capital locales y externos, ha tenido en estas latitudes sus representantes orgánicos, tanto en el capo de la derecha política como el de la izquierda pretendidamente marxista. En lo que sigue nos vamos a focalizar  en develar muy superficialmente, la idea confusa que sobre el petróleo nos vendió Juan Pablo Pérez Alfonso, gran sacerdote del credo político adeco y que incomprensiblemente, el Comandante Chávez lo ha puesto como ejemplo de nacionalismo económico a las nuevas generaciones de venezolanos.

Pérez Alfonso se asomó  a la escena política nacional y a la cuestión petrolera en los debates que se dieron cuando se discutía en el congreso la Reforma Petrolera de 1943, promocionada por el gobierno medianista. A este personaje le tocó exponer el Voto Salvado de Acción Democrática al precitado proyecto de ley, argumentando que era muy poco lo que el país obtenía mediante ese instrumento jurídico. En el texto en comento, Pérez Alfonso afirmó: 

Porque si hay algo de cierto, indiscutible, como hecho de la vida real, es la situación creada y mantenida  en Venezuela por las industrias del petróleo. Cómo han expoliado ese riqueza del pueblo venezolano no obstante conocer las necesidades de ese mismo pueblo, es un hecho publico y notorio. Validadas la compañías de las debilidades de quienes  con y sin derecho han representado a la nación, actuando al margen del derecho y la justicia han realizado utilidades ilegitimas ocasionando daños cuya reparación  no puede ser borrada por una simple disposición  de una ley… 1

Tal como lo podemos apreciar en esta cita, Pérez Alfonso acusa a las empresas petroleras imperialistas de expoliar las riquezas petroleras del pueblo venezolano, afincadas en las debilidades de gobiernos no elegidos por las mayorías nacionales. Aquí expresó nuestro personaje su nacionalismo petrolero, bandera que le negó a los gomecistas y postgomecistas. Años después, a finales de la década de  los año sesenta, su interés en la defensa del nuestro principal recurso natural exportable seguía incólume, cuando escribió: “Más que otros pueblos, el de Venezuela tiene que mantenerse alerta para contener las insistentes maniobras de propios y extraños, encaminadas a continuar  y hasta intensificar el despojo de la riqueza que pertenece a la colectividad nacional”.2

La defensa a ultranza que Pérez Alfonso hizo de la renta petrolera en su origen, estuvo acompañada de la idea de que la misma debería tener como destino,  el desarrollo económico del país, recogiendo la idea que otros pensadores le habían asignado al petróleo desde los comienzos de esta actividad extractiva en suelo patrio. En tal sentido, sentenció lo siguiente: “Pero la economía venezolana tiene por base el petróleo y de él depende. Una disminución sensible de las entradas que recibe el país por la explotación de este producto, provocaría una cadena de reacciones capaces de suscitar una crisis económica y social”.3 En esta primera versión del pensamiento petrolero no hay lugar a dudas sobre  la conexión entre reta petrolera y desarrollo nacional. En sus propias palabras de finales de los años sesenta reiteraba: “Venezuela es un país en marcha, gracias al poderoso impulso que logró imprimirle su riqueza petrolera…Como se observó antes, y como todos lo sentimos y vivimos, el crecimiento de Venezuela ha sido extraordinario. El capital existente se viene multiplicando y mayor ha sido el crecimiento de los bienes y servicios que sed producen”4

A partir de los años setenta de la pasada centuria, el pensamiento petrolero de Pérez Alfonso cambió de signo y se casó con la idea imperialista de la Enfermedad Holandesa, acusando a la renta petrolera de ser la gran responsable del estado de subdesarrollo en el que se encontraba el país. Atrás dejó su bandera de la siembra del petróleo cuando afirmó:

En Venezuela, como en los otros grandes exportadores de petróleo el continuo crecimiento de lo ingresos provenientes de la explotación de esta riqueza natural, ha demostrado que no garantiza un crecimiento económico estable ni tampoco asegura el bienestar general.

Por el contrario, al romperse los límites relativamente moderados de uso eficiente del capital     se ocasiona el despilfarro con los excesos y se agravan al mismo tiempo  las dificultades en ese crecimiento económico anormal. Como resultado se llega a un proceso de crecimiento distorsionado, anárquico y, por consiguiente, extremadamente vulnerable5

En cuanto al origen de la renta petrolera también nuestro personaje dio un viraje de ciento ochenta grados, pues propuso como formula para evitar  lo que el consideró un “desastre nacional”,  lo que sigue:

La nivelación y la subsiguiente disminución de los ingresos  del petróleo serian lo único capaz de detener el excesivo despilfarro observado  en Venezuela, con todas sus fatales consecuencias. Por lo demás, esta nivelación y disminución  constituirían el estimulo más seguro para mejorar el empleo eficiente de todos los recursos nacionales, que a su vez aseguraría el proceso de corrección de nuestro sistema económico actual tan deformado y vulnerable6

Esta nueva versión del  pensamiento petrolero de Pérez Alfonso, se avino muy bien con los dictados de la Agencia Internacional de Energía, creada por los países imperialistas para quitarse de encima la dictadura de los precios petroleros,  impuesto por la OPEP a comienzos de los años setenta. Este organismo inició una campaña en contra del rentismo, utilizado como ariete la carta de la enfermedad holandés y la idea tomada de los intereses petroleros  británicos que defendía la concepción de  que los recurso naturales son patrimonio universal de la humanidad. Resulta realmente incomprensible que Pérez Alfonso propusiera una disminución de la renta petrolera, cuando las grandes mayorías del pueblo venezolano nadaban en un mar de miserias. No se dio cuenta este analista que los males de la economía venezolana no estaban en el petróleo, sino el la regresiva distribución del ingreso a la que había dado lugar este engendro histórico llamada capitalismo rentístico. Ya al final de su vida este pensador se refugió en la idea de reducción máxima de la producción petrolera y en un control del crecimiento demográfico, es decir, se cobijó en los brazos del neomaltusianismo7 Esta nueva versión de la ideas petroleras de Pérez Alfonso fue uno de los baluartes ideológicos esgrimidos por la Meritocracia Petrolera para proponer la privatización de PDVSA. En descargo de nuestro autor, también debemos decir que él fue uno de los primeros en denunciar que PDVSA se había transformado en un estado con agenda propia dentro del estado venezolano.

La Revolución Bolivariana tiene como una de sus urgencias estratégicas vencer el analfabetismo petrolero que ha venido siendo sembrado en la conciencia nacional por personajes como el que hoy demandó nuestra atención. Recordando al maestro Asdrúbal Baptista debemos decir que si bien el futuro de Venezuela no puede ser el rentismo petrolero, sin renta petrolera tampoco hay futuro.

 

NOTAS

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1.-Acciòn Democrática. Secretaría  Nacional de Cultura y Propaganda

       Acción Democrática ante la Ley de Hidrocarburos. Caracas. 1943. P.13

2.-PEREZ ALFONSO, Juan Pablo. El Pentágono  petrolero. Caracas, Revista Política, 1968, p.8

3.-…………………………………………….Petróleo, Jugo de la Tierra. Caracas, Arte, 1961. P.68

4.-IBIDEM. P117

5.-PEREZ ALFONSO. Juan Pablo. Petróleo y Dependencia. Caracas. Síntesis Dos mil. 1971. P.241

6.-IBID

7.-MAYOBRE, Eduardo. Juan Pablo Pérez Alfonso. Caracas. El Nacional.2005. p.123

 

trompizvalles@hotmail.com



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Humberto Trómpiz Valles

Historiador y profesor universitario jubilado, especializado en historia petrolera de Venezuela.

 htrompizvalles@gmail.com      @trompizpetroleo

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