19 oct. 2015 - La Universidad Politécnica Territorial de Lara “Andrés Eloy Blanco” (Uptaeb) abrió sus puertas a cinco de los 40 estudiantes procedentes de Mali, África, que por primera vez llegan a nuestro país becados por la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho (Fundayacucho) y que representan la integración de países del eje Sur Sur, “con la esperanza de que ellos cambiarán su patria a la vuelta de 5 o 10 años”, como lo dijo la vicepresidenta para el Alba (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) y la Cooperación Internacional, Kalim D’Elia Yanes, al recibirlos en el aeropuerto “Simón Bolívar” de Maiquetía.
Los cinco jóvenes bachilleres, quienes dominan tres idiomas (uno de ellos el Banbará, su lengua autóctona) y poseen sólidos valores familiares, religiosos (son musulmanes) y nacionales, demuestran avidez por el aprendizaje. De hecho, cursan ya el trayecto inicial del Programa Nacional de Formación (PNF) en Agroalimentación, del que egresarán primero como Técnicos Superiores Universitarios (TSU) y luego como ingenieras/os en el área.
El grupo lo conforman Djeneba Sow, Awa Máriko, Sanoussi Sibide, Sidike Dembélé y Sékou Tradore, quienes se familiarizan con nuestras costumbres, cultura e ideales patrios, estos últimos comunes pues proceden de un país socialista desde que Mali obtuvo su independencia de Francia en 1960.
Manifestaron que es la primera vez que salen de su tierra luego de un largo viaje de 14 horas, vía Lisboa–Caracas. En la capital de la República, donde llegaron en mayo de este año, estuvieron concentrados en la sede de la Escuela Latinoamericana de Medicina “Dr. Salvador Allende” (Elam), en Filas de Mariche, estado Miranda, aprendiendo el español, costumbres y culturas venezolanas.
“Nos es común el sistema socialista bolivariano; sentimos que aquí se habla mucho de revolución y del comandante Chávez. En nuestro país no se dice mucho de nuestro modelo político –que sólo giró hacia el capitalismo entre 1992 y 2002– pero lo sentimos, lo convivimos”, comentaron.
Estos jóvenes, con edades entre 19 y 22 años, salieron becados después de realizar un examen de conocimientos, una vez culminado el bachillerato y sujetos a condiciones de soltería y mayoría de edad (18 años).
Expresaron su afición al deporte; practican fútbol, básquet y artes marciales. También hablaron de las tradiciones culinarias de su país. Cultivan arroz, maní o “tigá”, en lengua nativa, además de papa, cebolla, maíz y hortalizas. Uno de sus alimentos proteicos es la “vaca”, que es todo tipo de carne, excepto cerdo, pues el credo de Alá se los prohíbe. Aunque no tienen salida al mar, poseen la fortuna de ser un territorio abundante en agua, irrigado por los portentosos ríos Níger y Senegal, que les provee el pescado.
De igual forma, señalaron que la agricultura en Mali, junto con la pesca, forma parte de la base económica de la nación africana; carecen de maquinarias, técnicas y personal especializado, que ellos y el resto de los estudiantes malienses (otros cinco cursan Agroalimentación en la UPT del Alto Apure “Pedro Camejo”) aspiran a desarrollar una vez concluidos sus estudios en Venezuela.
Uno de ellos, Sanoussi Sibide, precisó: “Quisiera ver creada una universidad agroalimentaria en mi país”. Ese sería el aporte de estos muchachos para construir el modelo de patria que, como en Venezuela, se construye cada día y que tiene en la juventud su principal motor y esperanza de continuidad en el tiempo.
