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A propósito de los 300 años de la UCV, a celebrarse el 21 de diciembre de 2021, urge un debate sobre el papel de las máximas casas de estudio de cara al futuro, el tiempo apremia.
Jesús Sotillo Bolívar. Profesor de la UCV
El tópico a que haré referencia en esta reflexión, está relacionado con el papel que debe jugar la Universidad en la Sociedad y muy en particular en la nuestra. Por su puesto, que al tratar el tema en cuestión, necesariamente rozaré con uno de los mitos que se ha creado en torno a estas instituciones, y es el falso dilema entre Autonomía e Independencia.
Dos artículos de la Ley de Universidades vigente, el uno y el dos, ponen pie en tierra, para intentar responder a las interrogantes que plantea la relación Universidad-País, la Universidad-Sociedad.
En su artículo número uno se establece, que:
"La Universidad es una Comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre".
Ahora bien, cuál es el propósito de buscar la verdad, es sólo un devaneo filosófico o es una necesidad, una orientación, que permite a las universidades actuar como "Faros del Conocimiento", encaminar a toda la sociedad en la que le corresponde actuar, por esos caminos de encontrar las verdades que dan respuesta y soluciones a los problemas que pueden presentarse en un determinado momento histórico social, en cada país.
Por supuesto, que vanagloriarse de ser buscadores de la verdad, por la verdad, sin ningún propósito dirigido a beneficiar a la sociedad no tiene sentido, como no tiene sentido ninguna ciencia, ni ninguna disciplina, ninguna técnica, sino está al servicio del hombre y la mujer.
Otro artículo, va más directo al tema en cuestión, es el número dos de la Ley Comentada:
"Las Universidades son instituciones al servicio de la Nación y a ellas corresponde colaborar en la orientación de la vida del país, mediante su contribución doctrinaria en el esclarecimiento de los problemas nacionales"
Está claro y diáfano, el papel que deben jugar las universidades para en sus respectivas sociedades. Considerar que la Universidad, es un ente separado del país, de la sociedad donde le corresponde actuar, bajo el erróneo concepto de una Autonomía, que raya en una Independencia, como si tratara de un Estado, dentro de otro Estado, al estilo Vaticano, es absurdo y contraría los propósitos no sólo de la Ley sino, del sentido común.
Como Faros del Conocimiento y del saber, además de formar los profesionales que trabajaran en función del país, tarea principalísima de estas instituciones, deben también orientar la vida del país. Es decir, que sus labores teóricas, sus labores investigativas que generan nuevos conocimientos, debe estar al servicio de resolver los problemas nacionales. Una universidad que se consuma en su propia salsa, que sus investigaciones no contribuyan de alguna manera a resolver los dilemas que se presentan en las sociedades y que forme profesionales al margen de la realidad donde deben insertarse, sencillamente es una Entelequia.
Es por eso, que apropósito de acercase un nuevo aniversario de la UCV (Trescientos Años), o como la denomina su himno emblemático "La Casa que vence la Sombra", es indispensable emprender un debate sobre estos temas. Es un debate necesario, y le corresponde a los universitarios tomar la iniciativa al respecto, para que de allí se afine con más propiedad y con consenso unánime, el verdadero papel que deben jugar las universidades en el futuro en nuestra sociedad.
Continuar con la jugarreta, de Yo soy autónomo, pero trato de ignorar que los recursos para mi funcionamiento son del Estado; Yo soy Autónomo y por lo tanto no debo rendir cuentas a la sociedad donde estoy inserta; Yo soy autónomo y hago ningún aporte para intentar resolver los problemas nacionales, o Yo soy autónomo y me deslindo del país, me aíslo, convirtiéndome en un ente crítico, crítico por criticar pero sin dar ningún aporte, Yo soy autónomo pero me niego a profundizar la democracia interna universalizando el voto, es una conducta que no tiene ningún soporte lógico.
Considerar que la Universidad debe contribuir al desarrollo nacional en toda su extensión, no riñe, con que estas instituciones, desde sus funciones como formadoras de profesionales, como entes orientadores de la sociedad, también pueden asumir la crítica constructiva. Sus aportes como institución rectora en lo educativo, científico y cultural deben estar dirigidos a dar una contribución inestimable al Desarrollo Nacional, a la consolidación de una Nación, Soberana, Independiente frente al concierto mundial de naciones. La Autonomía como concepto, debe consolidar la democracia y participación interna, no es un término, equivalente a Independencia frente al Estado, eso constituiría una versión errada, porque la universidad se debe al país donde se desenvuelve y al que debe propiciarle sus mejores contribuciones, en la formación de profesionales y al desarrollo de la ciencia, la investigación, cultura y a la Educación en General. Estas reflexiones tienen todo el ánimo de estimular un debate, a propósito del Cumpleaños número 300 de la UCV, debate que considero indispensable para determinar el papel de nuestras máximas casas de estudio con miras al futuro. Un futuro donde las universidades contribuyan de manera decisiva en fortalecer a nuestro país como nación de vanguardia en el campo del saber y como impulsoras de nuestro desarrollo soberano e independiente, a la par de formar profesionales que se identifiquen con estos dignos propósitos.