21 de septiembre de 1810: ¿Creación de la Universidad de Mérida?

Numerosas horas de discusión y ríos de tinta han sido dedicados en Mérida al origen de la Universidad de Los Andes, y aún hay quienes se empeñan en afirmar que su nacimiento se dio el 21 de septiembre de 1810, cuando en realidad hay que remontarse a 1785, con la creación del Colegio Seminario de San Buenaventura. Entre quienes insisten en asignar a 1810 como el año que vio nacer a la institución ulandina, conocida para entonces como Real Universidad de San Buenaventura de Mérida de los Caballeros, se encuentra el historiador Alí López, en cuya hoja suelta “En los 196 años de la Creación de la Universidad de Los Andes”, asegura, entre otras cosas, que la universidad referida fue uno de los primeros frutos político-republicanos de la sociedad merideña.

Vale la pena mencionar algunas partes de dicha hoja suelta, con el propósito de demostrar brevemente que López está errado en sus planteamientos respecto a la fundación de la Universidad de Los Andes:

1) López asegura que en 1810 se creó la Universidad de Mérida: “Con motivo de conmemorarse este 21 de septiembre los 195 (¿) años de la creación de la Universidad de Mérida (…)”. No hubo tal creación, sino la concesión al Colegio Seminario de San Buenaventura de la gracia de Universidad, ampliándose de esta forma el horizonte administrativo-académico de la institución fundada por Fray Juan Ramos de Lora.

2) El autor aquí mencionado sostiene que la Universidad de Mérida nació con la República: “Surgía esta Universidad en el momento de iniciarse el proceso emancipador merideño y venezolano, por lo que es posible señalar que nació con la República por acción de una Junta Defensora del Rey Fernando VII, pero que inmediatamente se convertiría en uno de los primeros actos políticos de los hombres de la ciudad que no solamente se independizaba de Maracaibo sino también de España”. Indicar que en 1810 había una República venezolana es pensar a la ligera, por no decir otra cosa; es desconocer el significado político-jurídico y fáctico de las Juntas Defensoras de Fernando VII, y restar importancia a la postura procolonialista de buena parte de la élite. De manera que para López, Mérida se proclamó independiente a la vez que seguía fiel a la Corona española. Razonamiento ilógico y contradictorio, pero útil para la pretensión de asignar un origen republicano a la Universidad de los Andes.

3) Advierte López que el monarca español se negó en todo momento a convertir al Colegio Seminario en universidad: “(…) la actitud de la monarquía española de negar el establecimiento de una Universidad en Mérida, pues desde 1800 algunos eclesiásticos y autoridades civiles habían abogado por la conversión del Seminario (…) en una institución universitaria (…), hasta el punto de que en 1806 el Rey Carlos IV no accedió a las distintas solicitudes, prefiriendo el fomento del Seminario (…)”.

Verdad a medias, considerando que en una Real Cédula de 1806 se otorgó al Colegio Seminario la facultad de otorgar grados mayores y menores con el mismo valor de los recibidos en las universidades de Caracas y Santa Fe de Bogotá: “Con el fin de remover los inconvenientes de qe. Los colegiales, y cursantes de este Seminario tengan que pasar á recibir los grados en las Universidades de Santafé, y Caracas, se confieran los grados mayores y menores en Filosofía, Teología, y Cánones (…), teniendo su valor como si fueran recibidos en las referidas Universidades (…)” (Real Cédula inserta en Historia de la Universidad de Los Andes, de Eloi Chalbaud Cardona, tomo I, pp.391-392). En pocas palabras, este documento oficial transformó de cierta manera al Seminario en Universidad, cuatro años antes de obtener la gracia universitaria por la Junta Gubernativa de Mérida.

Más allá de los planteamientos de Alí López y de otros investigadores, quienes insisten en señalar que la Universidad de Los Andes nació con la República, la verdad es que la Casa de Estudios Superiores en cuestión “tiene su origen en el periodo colonial merideño (…).Su nacimiento está indisolublemente vinculado con la Iglesia Católica y el control social que ésta ejercía. En pocas palabras, la Alma Máter andina nació en 1785 como Colegio Seminario, institución que en 1810 fue elevada a Universidad, con lo que adquirió las facultades propias de las Casas de Estudios Superiores de Hispanoamérica” (Rubén Alexis Hernández, “Consideraciones sobre la fundación de la Universidad de Los Andes”, Diario de los Andes, 24-09-2013, p. 6).


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Rubén Alexis Hernández

Licenciado en Historia, Magíster en Historia de Venezuela. Antiimperialista, izquierdista y ateo

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