Docencia: La profesión más humillada y empobrecida por la “V República”.

No hay que negar que durante el gobierno de Hugo Chávez millones de compatriotas encontraron en Hugo Chávez un representante fiel para sacarlos de la exclusión y darle los derechos que evidentemente, las cúpulas de aquellos políticos del período 1958 – 1998, los empobrecieron y los execraron del espacio social.

En efecto, si algo logró Chávez fue darle voz propia a un segmento de la población quienes durante muchos años vivieron en el ostracismo de una sociedad que les negaba el derecho a la alimentación, educación, salud, vivienda y por supuesto, a la revalidación de un salario justo y beneficios laborales conforme con sus capacidades.

Ante ello, ¿Quién en el escenario de querer el bienestar por los demás y con una doctrina socialista pudiera oponerse a que esos compatriotas elevaran sus capacidades y condiciones de vida? Obviamente, pienso que nadie, salvo aquellos que desean permear las capas sociales más débiles como instrumentos de una “esclavitud moderna”, y quienes durante el tiempo referido de la llamada cuarta república, explotaron a parte de un pueblo en la praxis de la ignominia y la desesperanza, hasta que llegó Chávez, cuya propensión además de las exitosas misiones, apuntaladas, fundamentalmente por las educativas, Barrio Adentro y Vivienda Venezuela, junto con una política irrestricta de aumento del salario mínimo de manera anual, lograron, sin duda, reducir los porcentajes de miseria y pobreza en Venezuela, cifras reconocidas por la Organización de Naciones Unidas y sus apéndices en Educación y Salud.

Hoy, después de la muerte del máximo líder la Revolución Bolivariana, vemos que el Presidente Maduro, junto con su equipo de gobierno siguen con la misma política de ajustar anualmente el salario mínimo (condición a la que nunca nos opondremos); no obstante, el Ejecutivo Nacional, y hay que decirlo con toda la firmeza y el reclamo correspondiente, ha minado las condiciones de otro sector importante de la sociedad referido con los profesionales universitarios en casi todas la ramas del quehacer de la administración pública (excepto los militares, por razones que habría que debatir); al punto que el “rebusque” se ha convertido en un ejercicio, si bien no degradante en la condición humana de estos compatriotas, demuestra la depauperación de millones de venezolanos(as) para quienes el esfuerzo entre sus estudios universitarios, y el de compatriotas con funciones de menor esfuerzo cognitivo, no justifica los años de formación y menos de valoración por su condición de ser; sino al contrario, se les ha venido condenando poco a poco, prácticamente a la desaparición de un mínimo de bienestar social.

Sin querer ahondar en las distintas profesiones, el recién decreto sobre el salario mínimo, llevará el mismo a partir del 1 de Septiembre de este año sobre los 2.700 Bolívares mensuales (http://www.aporrea.org/actualidad/n229964.html); y poniendo como ejemplo un caso en particular, un docente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Educación con 33,33 Horas (quienes representan más del 60% de la nómina), en el escalafón más bajo, apenas si gana 2.600 Bolívares mensuales (en condición similar están los profesores universitarios); e incluso existen casos, quienes con estudios de maestría y hasta de doctorado, ese es el salario que perciben. Y nos preguntamos: ¿Cómo puede un país desarrollarse si la carrera docente, además de ser la que menos se le exige como referencia de ingreso y permanencia universitaria, se le condena a miles de docentes a que vivan como indigentes sociales, más aún sin olvidar el efecto pernicioso de la inflación que actualmente rige en la economía venezolana?

Seguramente, ya vendrán los agoreros de oficio a defender lo que no conocen, y mencionar que los docentes se mueven por “contrataciones colectivas”, las cuales resultan inexistentes, porque cuando se realizan tales “ajustes”, ya los salarios de éstos se encuentran más que rezagados, y peor aún, han sido apartados de los presupuestos ordinarios en relación de beneficios sociales, tales como el malogrado Instituto de Previsión y Asistencia Social del Ministerio de Educación (IPAS - ME), el cual religiosamente descuenta a sus afiliados las cuotas respectivas, pero ya ni siquiera existen medicinas en sus anaqueles, e incluso, por la misma condición salarial que afecta la presencia de suficientes médicos en la administración pública, nos vemos obligados a ver a especialistas en clínicas privadas, debido a la ausencia de éstos en la estructura del IPAS.

Hoy, la docencia, se ha convertido en la profesión más humillada y empobrecida de la “V República”; razón por la cual, no tengo duda que desde el Alto Gobierno, pareciera que nos consideran la más fétida bazofia, y en consecuencia, algo así como el primer grupo humano que debe aparecer de las “entrañas socialistas” como los empobrecidos no sólo de condición económica, sino de motivación y esperanza.

¡Rodilla en Tierra a los colegas docentes!…Ha llegado la hora de crear una Asociación Unitaria de Docentes (todos los niveles y espacios de la sociedad) en el país que luche por nuestras reivindicaciones de manera general, y no como hizo la vieja democracia representativa, de la cual la autollamada “participativa” pareciera que sólo aprendió sus vicios y formas de dividirnos para seguir hundiéndonos en el lodazal humano. Mientras ellos viven como jerarcas, nosotros debemos vivir acostumbrados a negarnos las mínimas y dignas condiciones de vida.

Después preguntan por qué han venido perdiendo votos desde 2007 hasta la fecha…Quien tenga ojos que vea.

http://debatefilosoficodelser.blogspot.com/


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