Porque ya muchos no creen eso del crecimiento y prosperidad económica que unos repiten y repiten

Cuando la VP Delcy Rodríguez en su alocución en la Asamblea Nacional a propósito de la presentación del Proyecto de Ley de Presupuesto para el 2024 dijo “seguimos avanzando por el sendero del crecimiento, prosperidad económica y del buen futuro para Venezuela” se me hizo inevitable recordar los turbulentos tiempos de los años 90 en los que el gobierno de CAP II, cuando impuso el paquete neoliberal de medidas económicas, sus defensores hablaban de cifras extraordinarias de crecimiento macroeconómico, mientras el pueblo en la calle se comía un cable. Ya todos sabemos cómo termino CAP II y lo que vino después.

No son pocos los que insisten que en el país hoy hay un “crecimiento económico sostenido” y lo celebran por todo lo alto; sin pretender negar los datos y las cifras cabe preguntarse ¿Cuál es la opinión de los pensionados sobre ese crecimiento, cuando mensualmente reciben ingresos miserables?, ¿Qué piensan de este festejado crecimiento económico los trabajadores de la Administración Pública, con ingresos que no superan los $90 mensuales y casi sin salarios? ¿Puede sostenerse en el tiempo ese crecimiento económico cuando el poder adquisitivo de la mayoría es nulo?.

Según información reciente que el gobierno no oficializa, pero tampoco desmiente, para el año 2024 el salario mínimo apenas se incrementara en un 10%, mientras los ingresos a los trabajadores por bonos se incrementaran en un 70%. Ya todos sabemos que estos ingresos por bonos no inciden en prestaciones sociales, en las vacaciones, ni en otros beneficios que se consideraban en las contrataciones colectivas de los trabajadores (cuando esta figura existía porque desde 2018 anularon las CC con el Memorandum Circular 2792)

Hemos dicho que, en su momento, se justificaron medidas económicas duras, derivadas de las sanciones económicas que claramente buscaban el colapso de la economía, no es comprensible que estas medidas que afectan especialmente a la mayoría de los trabajadores se eternicen porque inevitablemente terminaran restándole respaldo de la gente (votantes) al gobierno.

No hay que ser especialista en materia de economía para saber que si bien los datos macroeconómicos indican un crecimiento teórico, la realidad en la calle es que un porcentaje minoritario puede consumir mientras una vasta mayoría, por sus limitados ingresos, carece de poder adquisitivo para satisfacer necesidades esenciales.

Mientras nos preparamos a cerrar el año 2023 la mayoría de los que han resistido lo peor de la crisis de estos años, ven con pesimismo a un gobierno que mas que respuestas concretas a los problemas, monta campañas propagandísticas intentando convencer a la gente de que el país se arregló y que quienes no respalden al gobierno son apátridas y agentes imperiales.

El 2024 puede ser definitorio, si bien estamos claros que la oposición apátrida y entreguista no tiene chance, que nadie se sorprenda si ocurre una sorpresa como la del 2015 o se repite un barinazo. La gente se cansa de que le prometan cosas y que no le cumplan.

 


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Carlos Luna Arvelo


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