Una forma impelable de establecer los precios

Siendo consecuente con mi pensamiento socialista, considero que los precios de todos los productos y servicios deben ser lo más cercanos a su VALOR, expresado éste en el trabajo requerido para su ejecución.

Todo producto o servicio tiene en sí un trabajo vivo, incorporado directamente en él (las horas-persona utilizadas, tanto de trabajadores como directores, incluyendo recesos, permisos, vacaciones, etc.), así como un trabajo indirectamente incluido (desarrollo, administración, comercialización, etc.). Fíjese que aquí incluímos el excedente que corresponde a los que trabajan en el proceso (ya no hablamos de ganancia).

Pero también incluye materias primas, partes, servicios, uso de edificaciones, maquinarias y otros, que no son trabajo vivo, pero que a su vez vienen de un proceso de producción pevio que puede descomponerse en sus partes.

Así que todo producto o servicio no es más que trabajo en última instancia.

Definiendo el valor de una hora de trabajo, podemos definir entonces el valor de todos y cada uno de los productos y servicios, si conocemos el número de horas de trabajo contenidos en cada uno de ellos. Esto puede hacerse hoy en día con las tecnologías de computación, telecomunicaciones, blockchain, etc., en forma dinámica, precisa y sencilla.

Podríamos diferenciar el valor del trabajo según las habilidades y pericias requeridas, según la preparación necesaria para ejecutarlo, pero los grandes pensadores han recomendado que esta diferencia no sea más de cuatro veces uno respecto al otro. También podríamos considerar incentivos de productividad, para premiar el esfuerzo. Para simplificar, en este bosquejo hablo sencillamente de horas de trabajo en general.

Visto esto, cada producto o servicio puede expresarse en función de la hora de trabajo. Y habría una relación justa, lógica entre los diferentes productos y servicios.

Digamos que, en un ejemplo simplificado, una hora promedio de trabajo tenga un valor de 100.000 menes por hora (un Mene es una cienmillonésima de Petro), o, lo que es lo mismo, 0,001 Petro por hora, basándonos en el salario mínimo de 1/2 Petro mensual.

Entonces, basta con establecer cuántas horas de trabajo tiene determinado producto o servicio para saber su valor.

Si fabricar un lápiz requiere una hora de trabajo, tendría un precio de venta de 0,001 Petro (3,6 BsS).

Un café servido en la barra, incluyendo todos sus componentes (café, leche, azúcar, vaso, trabajo directo e indirecto, arrendamiento del local, depreciación de la maquinaria, servicios, etc.), si representa hora y media de trabajo, tendrá un precio de 0,0015 Petro (5,5 BsS).

Si transportar un pasajero de Guatire a Caracas contiene 0,2 horas de trabajo, el pasaje tendrá un costo de 0,0002 Petro (0,72 BsS).

Estos son sólo ejemplos.

De ocurrir una variación en el valor de la hora de trabajo, al ajustar ésta, se ajustan automáticamente todos los precios de todos los productos y servicios. Por supuesto, esta metodología aceptaría un rango de holgura para considerar otros factores que afectan el valor de productos y servicios.

Por eso propongo que se considere norma constitucional que el valor de los productos y servicios se establezca en función de su valor, expresado en horas de trabajo requerido para su realización. Y que se desarrolle la metodología en una Ley Constitucional. El Ejecutivo, mediante una herramienta diseñada en blockchain, por ejemplo, puede llevar todo este control, en articulación con las fuerzas productivas y el poder popular.



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Leopoldo Alberto Cook Antonorsi


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