¡El excelente trabajo de FONDAS!

Uno se pregunta: «¿Para qué el esfuerzo de generar Políticas Públicas desde Abajo?, que llegan a este tipo de soberanos resultados como la Ley de creación del Fondo para el Desarrollo Agrario Socialista -FONDAS- (Gaceta Oficial AÑO CXXV MES IV – Caracas, Viernes 01 de Febrero de 2008 – Número 38.863):
Art. 1.- (...) crear el Fondo para el Desarrollo Agrario Socialista, (...) ente de gestión de la política y plan nacional de financiamiento del sector agrario y afines, dirigido a la construcción del socialismo, y se regirá en sus actuaciones por los lineamientos estratégicos, políticas y planes aprobados conforme a la planificación centralizada del Ejecutivo Nacional.

Art. 2.- El Fondo para el Desarrollo Agrario Socialista estará dirigido a crear medios que promuevan la inclusión social y que permitan la participación efectiva del pueblo en la formulación, ejecución y control de la gestión de sus políticas y resultados, que faciliten el contacto directo entre las comunidades y los trabajadores y trabajadoras del Fondo para garantizar la conformación de un sistema agrario socialista.
Art. 5.- El Fondo para el Desarrollo Agrario Socialista está al servicio, fundamentalmente, de los pequeños y medianos productores y productoras vinculados con los Consejos Comunales, (...) y cualquier otra forma de organización y participación comunitaria cuya actividad principal se encuentre relacionada al desarrollo agrario socialista. (...).,
pero en la práctica, ¡nada!».

No sólo siguen viniendo las Cartas Orden de FONDASi para abonos y plaguicidas químicos, lo cual va en contra de la Soberanía Agroalimentaria, los artículos arriba transcriptos de la propia creación del FONDAS, el art. 305 de la Carta Magna, el Plan Estratégico Nacional Simón Bolívar 2007-2013, convenios internacionales firmados por Venezuela como el Protocolo de Kyoto y las Metas del Milenio y, la expresa línea del gobierno -por lo tanto del Pueblo Soberano- de producir de manera agroecológica y soberana; así como de fomentar la democracia participativa.
Esto nos genera la siguiente reflexión: estamos comprando los mismos productos que el Imperio produce y riega en Colombia (Glifosato, por ejemplo, entre otros insumos agrícolas contaminantes que produce La Bestia) como parte de su Plan Colombia; que lo que hace este Plan es contaminar comida y matar campesinos, no combatir el narcotráfico (http://es.wikipedia.org/wiki/Plan_Colombia, un artículo, entre muchos, relacionados a este tema). Ante la delicada situación entre Venezuela y Colombia -y los intereses capitalistas cuestionados por el socialismo, representados en estas dos Naciones hermanasii-; que el Estado Venezolano promueva este flujo de dinero hacia las transnacionales de los agronegocios nos recuerda la frase de Francisco de Miranda: «En el día las exacciones de toda especie, sacadas de vuestro propio seno, no tienen otro destino, sino el de remachar más y más los hierros, con que vuestras manos están atadas» (Proclamación a los pueblos del continente colombiano alias Hispano-América).

Sino que además, los productores agroecológicos de Portuguesa (ROCA – Red de Organizaciones Campesinas Agroecológicas)iii son castigados por la Institución porque decidieron producir su abono orgánico y no darle más vida a las transnacionales de la alimentación; eso sin mencionar el beneficio que le hacen al planeta. Porque no sólo son productores de alimentos sanos; al haber sido desplazados por la oligarquía pasada hacia lo alto de los cerros de Araure y otros municipios, su principal producción es el agua y la biodiversidad. Algo que no puede ser de otra manera que agroecológicamente. Sus créditos actuales de FONDAS para Cacao, Agua y Biodiversidad, además de haber sido otorgados luego de un tedioso, burocrático y abusivo procedimiento, ahora han sido bloqueados. Pareciera ser un castigo por buscar la libertad; pareciera que ser independientes es algo que no debe ser. Porque producir abono orgánico, para lo cual los campesinos han tenido que organizarse, formarse, producir sus insumos, trabajar colectivamente y conseguir su transporte, deja sin trabajo a los técnicos institucionales mediocres que prefieren seguir aprobando cartas órdenes sin mover una pala para remover el estiércoliv. Porque es más fácil para su concepción de «clase media»v ir con la camioneta a la tienda y seguir enriqueciendo a la oligarquía con el dinero del Pueblo Venezolano.

Los campesinos, los excluídos de siempre, han decidido trabajar duro una vez más por su independencia. Pero las élites educadas, deformadas por el sistema educativo, son los cajeros que, sin ninguna capacitación -o voluntad hacia- la Agroecología sólo deciden a quién le dan el dinero del Estado y a quién no. Y, pensando de la mejor manera posible, claro, darle el dinero a los campesinos que con su accionar cuestionan la calidad de su trabajo, los hace temblar.
Si pensara mal, de manera desconfiada, pensaría que la deformación educativa que ha logrado el Sistema Dominante en los técnicos institucionales ha sido tal, que son perros de la oligarquía, y desvían los fondos públicos o sea, del Pueblo Venezolano, a su clase social, minoritaria que no quiere aceptar que todos tenemos derecho a la vida, a soñar. Le están dando las balas al enemigo en esta guerra por la Soberanía (releer el pie de nota #1 y la reflexión en el texto).

Preferimos pensar que son ignorantes y/o mediocres, que simplemente se han acostumbrado a la comodidad de sus trabajos públicos. Si aún desearan cambiar, tienen una oportunidad. La Agroecología es incluyente y da la oportunidad de formarse a todos. Pero luego, dejada atrás la ignorancia, se debe hacer la elección, o se está con los pobres de esta tierra o las consecuencias serán proporcionales a la miseria y hambre que generan las transnacionales del agronegocio (no sólo nosotros lo decimos, por ejemplo, artículos de reflexión: http://www.ecoportal.net/content/view/full/61808, http://rocaboraure.blogspot.com/2007/09/quines-somos.html, otros en http://www.ecoportal.net/, http://www.redes.org.uy/, innumerables videos de denuncia como por ejmplo, «El Hambre de Soya»).

Exhortamos a los técnicos a luchar por el socialismo, a que destranquen los créditos mencionados y que no sigan haciendo el trabajo de manera tan excelente para las clases dominantes, minoritarias, del mundo.
Cuestionen su lugar histórico, como individuos dentro de un determinado momento, a quién le están dando (o «vendiendo al vil precio de la -fatua- necesidad») su fuerza laboral.

Pedimos disculpas si lo expresado ha ofendido y suena como una arremetida violenta. Sepan comprender que la violencia genera más violencia. Cohartar nuestra libre determinación, cuando la Ley nos ampara, y dejarnos sin trabajo (por falta de fondos), violando constantemente nuestros Derechos Humanos, es la forma que las clases dominantes siempre han tenido para con nosotros y de la cual hemos decidido liberarnos a como dé lugar.





Juan Carlos Mendoza, José Manuel Ochoa, José Manuel Ochoa Gómez, Luis Enrique Morales Martínez, Víctor Mendoza, José Durán -miembros de la Red de Organizaciones Campesinas Agroecológicas-.
Ignacio Birriel, Jimena Sosa -miembros de la Cooperativa Agroecológica 56 Mama Pancha, convenio de cooperación con la Red de Organizaciones Campesinas Agroecológicas-.
Miembros del Consejo Socialista Nacional de Agroecología -COSONA-.


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