La guerra conmueve a la opinión pública mundial

Irak: En solo dos días, 63 heridos en donde el temor ronda ante el arribo en cualquier momento del enemigo

Manar Hassan, de 8 años de edad, llora mientras los médicos tratan de curar sus heridas después de un bombardeo suicida. Su padre murió en el ataque el cual debió ser dejado en los escombros.

Manar Hassan, de 8 años de edad, llora mientras los médicos tratan de curar sus heridas después de un bombardeo suicida. Su padre murió en el ataque el cual debió ser dejado en los escombros.

Credito: Carolyn Cole / LAT

El capitán Osama Fuad Rauf, médico, comprueba el estado de un paciente del hospital de campaña de la 9ª Brigada Blindada del Ejército Iraquí, ubicada en una casa en el poblado de Karemlis, Irak.

El capitán Osama Fuad Rauf, médico, comprueba el estado de un paciente del hospital de campaña de la 9ª Brigada Blindada del Ejército Iraquí, ubicada en una casa en el poblado de Karemlis, Irak.

Credito: Carolyn Cole / L.A. Times

 

21/11/2016.- Una adolescente sangrando desde el cuero cabelludo llega descalza ante el hospital de campaña del Ejército iraquí, en sus brazos, carga a un bebé con su cabeza vendada.

Más tarde llega su hermano de apenas 4 años, en una sudadera de Angry Birds empapada de sangre. Se observa a una anciana vomitando sangre en la hierba. Luego, un niño de 5 años que lleva un viejo cochecito de niño con las piernas heridas, fragmentos de cristal  están en pequeña cabeza, mientras grita por su padre muerto.

"Es el comienzo", expresa uno de los médicos iraquíes, el mayor general Raad Mohssan Dakhel, mientras observa como el improvisado hospital instalado en el garaje de una casa arrebatada al Estado Islámico. No duda en afirmar el galeno militar, "en los próximos días, serán miles".

Las tropas iraquíes evacuaron a los 21 civiles luego de producirse un atentado suicida en el vecindario Intisar al Este de Mosul,  trasladados estos en la misma dirección pero a unos 18 kilómetros. Los médicos ya  se encontraban preparados para afrontar esta dramática situación de heridos y lesionados. 

Desde que las tropas iraquíes entraron hace más de una semana en la ciudad más grande de Irak  para enfrentar al Estado Islámico. Se generan numerosos heridos, pues solo en  dos días, llegaron 63 pacientes, junto con cinco soldados muertos. La carnicería generada por el fuerte conflicto puso a prueba a los cinco miembros del personal del hospital de campaña e incluso a los médicos veteranos.

Hubo momentos de frustración, ira y duda. Y para los tres médicos, una creciente conciencia de que el enemigo podría estar entrando al hospital por la puerta en una camilla de campo.

El soldado entró con la sangre de su primo salpicada por la pierna de su uniforme.

Salam Jabar Fayad, de 38 años, dijo que su primo, un soldado, había muerto en un ataque de mortero en Intisar mientras trataba de ayudar a una familia de civiles.

"Él estaba dando comida y agua a la familia. Estaba tratando de salvarlos ", dijo Fayad.

La mano derecha de Fayad estaba vendada. Cuando su teléfono móvil sonó, respondió usando su izquierda, diciendo solamente, "él logró ser martirizado."

El capitán Osama Fuad Rauf, que había estado ocupado con el cuerpo del muerto, miró a Fayad.

-¿Estás herido? -preguntó el médico, acompañándole a que lo trataran.

Fayad y su primo se habían unido al ejército iraquí  hace una década, sirviendo en el mismo batallón.

-“La muerte nos separó” -dijo mientras el médico examinaba su mano-.

 




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La fuente original de este documento es:
Periódico Web Los Angeles Times (http://www.latimes.com/world/middleeast/la-fg-iraq-doctors-20161113-htmlstory.html)



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