¡Un No al bus Caracas, entre otros!

Una mujer maltratada, abandonada, violentada en sus derechos; valiosa y fuerte, pero con el autoestima por el suelo. Así es esta ciudad, otrora de techos rojos y hermosamente llamada por Billo Frómeta “la sucursal del cielo”. ¿Qué te pasó Caracas? Sencillo de responder: falta de amor.

Quienes han gobernado esta ciudad de manera sucesiva la han ultrajado, “choreándola”, como dice nuestro compa José Roberto Duque. Le han quitado lo que han podido y le han dejado el caso a cambio. Hablo de adecos y copeyanos, consabidos autores y cómplices del desfalco al erario público.

En 1959, Rómulo Betancourt pronunció una lapidaria frase para darnos la razón “¡Que se me quemen las manos si toco el erario público!”. Pocos días después se le quemaron durante un atentado.

Pero cuando hablo de responsabilidades, no puedo, por dignidad, honestidad y amor, excluir a los funcionarios públicos que en estos 10 años ha asumido alegremente su rol. Seamos autocríticos, por el bien de la Revolución.

El Che dijo que los errores de una revolución no deben ocultarse, que al contrario, deben ponerse en evidencia, para poder corregirlos. Y es lógico.

Recuerdo como si fuera hoy el extenso discurso pronunciado por Fidel en el Aula Magna de la UCV, luego de que eligiéramos a Chávez presidente de este país. “CHAVEZ NO PUEDE SER ALCALDE” dijo Fidel. Es obvio que lanzaba una crítica acerba a alcaldes y gobernadores que no cumplían diligentemente sus funciones públicas. Estamos cansados de ver los Aló Presidente y son pocos en los cuales no haya una demanda acerca de gestión local ineficiente. ¡Ah! pero cuando salen mal las cosas, cuando los numeritos no dan, ¡LA CULPA ES DE CHAVEZ! ¡PUES NO! ¿Hasta cuándo el chantaje? La lucha en contra del imperio sí tiene que ver con hacer bien nuestro trabajo. El fusil de cada día es nuestra responsabilidad y eficacia.

Caracas es una muestra del desarraigo, de la falta de voluntad política y de la desidia de todos y todas quienes han incumplido con su gestión.

Es cierto, se ha hecho algo como pintar algunas paredes, tapar algunos huecos, restaurar algunos edificios, colocar algunas banderas. Pero hay que admitir que tuvo que venir el Bicentenario para que le hicieran un “cariñito” a la ciudad, por donde pasa la novia. Pero Chávez lo sabe “todavía falta”, palabras más o menos, dijo a un funcionario del gobierno local.

Y sí que nos falta. No sólo conciencia sino planificación y sobre todo voluntad política. ¿Por qué no se informa a la comunidad de esta ciudad qué pasa con el proyecto del Bus Caracas?

Se convirtió en un elefante blanco; un estorbo para conductores y peatones, pero más para quienes viven en toda el área atravesada por este mamotreto. Colas, polvo, incomodidad y mentadas de madre es lo que ha traído esta manifestación de improvisación.

Qué nos costaba un proyecto económico, no contaminante y menos engorroso como un tren que circule por las principales vías con rieles incrustados en el asfalto que no interrumpa el paso del resto de los vehículos. Ejemplo: el ferrocarril de Estocolmo, Suecia (incluyo la fotografía). ¿En tanto viaje hecho fuera del país no podemos copiarnos de las cosas buenas que generen la mayor suma de felicidad posible a los ciudadanos y ciudadanas esta ciudad?

Si queremos ganar la batalla, debemos ganarle la pelea al burocratismo, a la corrupción, pero principalmente debemos recuperar el afecto, el amor y el respeto por el prójimo.

hindu.anderi@gmail.com


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Hindu Anderi


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