No habrá diálogo con una oposición tan repulsiva

Viendo los últimos acontecimientos en las calientes fronteras de Colombia, Ecuador y Venezuela, estamos en presencia de la cruda realidad de los hechos: Uribe Vélez va directo a una confrontación regional sin importarle las graves consecuencias. Esto ya es harto sabido por nosotros y no vamos a redundar en el asunto del cachorro del imperio. Siempre consideré a nuestra frontera con Colombia como un rayo de problemas que día a día se complicarían. Ya lo escribió el camarada Luis Brito García: Estamos invadidos, tenemos al enemigo puertas adentro. Por los Estados Apure, Táchira y Zulia permean los grupos de delincuentes colombianos que se infiltran en territorio patrio para los tenebrosos fines de conspirar, desestabilizar y llevar a nuestro país a una crisis general de dimensiones incalculables.

Hemos acogido noblemente a millares de colombianos desplazados por el hambre y la guerra de ellos. Trabajan con nosotros y sus hijos son venezolanos pero muchos de ellos odian a nuestro noble presidente, me consta directamente. Pero apartando esos trazos de ingratitud e ignorancia foráneas, vemos a una oposición que se cuadra con todo lo que ofenda, vilipendie, agreda o tergiverse el discurso del presidente Chávez y la dignidad nacional. Esa gente está enferma en fase terminal pues terminan con insania endémica y contagiosa. Ver al pseudoanalista Julio C.Pineda decir por el pozo séptico de Globovisión, que Colombia respondió con altura y equilibrio a su agresión al territorio ecuatoriano, señores, eso no merece ningún comentario, como se dice popularmente, sin palabras. Ese asqueroso ex funcionario diplomático de la cuarta república es el ejemplo vivo de nuestra involutiva y apátrida oposición.

Algunos periodistas y políticos cacarean por los medios que es necesario tender puentes de diálogo con la oposición. ¿Cuáles puentes, los de la dignidad nacional y la traición a los postulados bolivarianos y socialistas? Esa gente no conoce ni le interesa nada que se relacione con la defensa de nuestra soberanía y los intereses patrios, para ellos lo único valedero es el billete verde, sus negocios y la visa para viajar a EE.UU., más nada. No habrá diálogo con esos orates de la política, o mejor dicho, de la anti política. Concentrémonos en nuestro proyecto, en escuchar las autocríticas para elevar la eficiencia de la gestión pública sin rasgarnos las vestiduras. Necesitamos el látigo de la crítica interna para corregir rumbos desviados, así la revolución podrá crecer. Tenemos que olvidarnos de esa gente. "Dejad que los muertos entierren a sus muertos".

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Efrain Jose Granadillo


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