En la de la Universidad
Nacional de la Plata (UNLP) fueron halladas cerca de 500 fichas y
expedientes que dan cuenta de la coordinación y organización que militares
y civiles durante la dictadura militar tuvieron en las universidades
públicas nacionales. El objetivo: la persecución ideológica
de los estudiantes y profesores.
Docentes, investigadores
y estudiantes del Centro de Investigación
y Capacitación en Estudios de Opinión Pública (CICEOP)
de la UNLP realizan un trabajo de investigación para poner al
descubierto el plan sistemático para hacer desaparecer a alumnos
y docentes “subversivos” .
Este trabajo
se propone también demostrar que este accionar
trascendió las fronteras de Argentinas como un eslabón
más del Plan Cóndor.
La siguiente entrevista es producto del relato colectivo de profesores
e investigadores de la Universidad Nacional de La Plata.
Cecilia Rovito – ¿Cómo se inicia la investigación?
Profesores – Hace alrededor de ocho años se encuentran
en forma casi azarosa en el departamento de alumnos de la Facultad de
Periodismo, 495 fichas de alumnos en su mayoría de otras facultades
del país y extranjeros suspendidos, expulsados y a “disposición
del PEN (Poder Ejecutivo Nacional)”.
Cada uno de estas fichas tienen
un número de resolución
y lo que nos llamó la atención y origina esta investigación
es que las fechas van desde el 76 al 79.
Es decir, había casi 500 alumnos sancionados, expulsados o
con la leyenda a “disposición del PEN” del sistema
universitario nacional y cotejando esta información con el Nunca
Más y con los archivos de la CONADEP (Comisión Nacional
sobre la Desaparición de Personas), había varios de estos
alumnos mencionados en las fichas que hoy están desaparecidos.
En
su momento entregamos las fichas a la Comisión por la Memoria,
la cual integra la UNLP y nosotros empezamos a trabajar sobre los
expedientes, porque cada una de estas fichas estaba originada en un
expediente.
Encontramos que si un alumno de cualquier universidad pública
del país ( y figuraba también la universidad privada de
Morón) era suspendido por actividades contrarias a las leyes
dictadas durante el proceso militar, la facultad informaba a la universidad
de la cual pertenecía y esta lo informaba al sistema nacional.
Es decir, si un alumno era expulsado de una facultad era conocido
por todo el sistema universitario.
Por ejemplo en uno de los archivos
se puede leer: “Concepción
del Uruguay, 8 de abril de 1976. Señor delegado militar de la
UNLP (...) cumplo en informar a usted (...) la suspensión aplicada
a alumnos de esta Universidad Nacional de Entre Ríos” y
a continuación el detalle de los estudiantes sancionados.
En este
sentido, había una coordinación y una organización
sistemática de persecución ideológica y desaparición
de personas.
También encontramos informes a la Escuela Superior de Periodismo
de La Plata (ESP), hoy Facultad, pedidos por el rector a cargo - ya
sea interventores civiles o militares- acerca de qué personal
militar se hallaba trabajando en esa dependencia hasta qué libros
adeudaban los estudiantes en la biblioteca de la escuela. En este segundo
caso tenemos también la respuesta: la información que
se remitía era acerca de la lectura de ciertos materiales y por
lo tanto, quienes los leían.
CR – Los archivos en su mayoría ¿qué información
poseen?
P – El archivo más importante que tenemos
habla del sistema universitario nacional y algunas cosas de la entonces
ESP.
Lo que no tenemos es la información acerca de los alumnos expulsados
de aquí. Esa información tiene que estar en archivos en
otras facultades, en otras universidades. Los datos que nosotros mayormente
poseemos es sobre los expulsados de la Universidad de Córdoba
y de Cuyo.
Una sanción implicaba que quien fuese sancionado o expulsado
estaba dentro de los cánones que el proceso militar consideraba
como “subversivo”. Incluso tenemos casos de alumnos expulsados,
quines previo a la expulsión ya se encontraban desaparecidos
o bajo “disposición del PEN”. Es decir, la universidad
como institución tomaba la medida acorde a la detención.
En estos casos, lo perverso es que la expulsión era un complemento.
Por
ejemplo en uno de los expedientes dice: “Universidad Nacional
de La Pampa, Facultad de Ciencias Económicas (...) el señor
rector pone en conocimiento de este decanato de que obra en su poder
información emanada de los organismos de seguridad en virtud
de lo cual estudiantes que se citan pertenecientes a esta facultad se
encuentran detenidos a disposición del PEN, por haber participado
en acciones prohibidas por la legislación en vigor (...) Por
ello, el decano de la facultad de Ciencias Económicas (...) sanciona
(...) con suspensión por el término de dos año
contados desde la fecha en que fueron detenidos”.
CR –¿Quiénes aparecen firmando estos expedientes?
P – Muchos de los expedientes están firmados por el profesor
Daniel Alfredo Pavón, director de la ESP durante el proceso militar.
Cuando se difundió esta información Pavón inicia
una causa judicial al entonces decano de la facultad.
CR – Según los archivos ¿la persecución
incluía también a los profesores?
P- Si, encontramos pedidos
de informes sobre profesores que no se presentaban a trabajar. Y esto
claramente es una persecución ideológica
porque se entiende que aquellos que se ausentaban eran los docentes
perseguidos.
La persecución incluía todo el arco universitario: docentes,
alumnos y no docentes. Encontramos, además, caso de docentes
cesanteados de esta facultad. Pero la mayoría de los expedientes
y pedidos de informes es sobre estudiantes.
CR – La documentación que ustedes están revisando ¿sólo
comprenden a estudiantes de nuestro país?
P- Encontramos pedidos
de informes de la comisaría novena de La
Plata a la ESP sobre la cantidad y la nómina de alumnos extranjeros
inscriptos. Es decir, la policía de la provincia de Buenos Aires
solicitaba información a esta escuela.
La importancia de este
dato es que la comisaría novena durante
la dictadura militar funcionó como centro clandestino de detención.
En este sentido, nos conectamos con Martín Almada y estamos
trabajando con él la idea del Plan Cóndor universitario.
Estamos tratando de hacer un giro en la investigación que no
solo abarque el sistema universitario nacional sino, al menos, las universidades
del conosur. Pero es un desafío porque implica otras cosas:
acuerdo entre países y universidades.
Desde este marco, creemos
que Martín es la persona más
capacitada para esto. El es el primer desaparecido del Plan Cóndor.
Cuando lo detienen en Paraguay es hasta casi normal, si se me permite
el término, que lo torturaran militares paraguayos, pero lo que
no era normal es que lo torturaran militares argentinos y chilenos.
Y esos militares le pedían otro tipo de información, le
pedían información de La Plata.
Y en los archivos encontramos
que piden datos a la ESP de alumnos paraguayos, bolivianos, chilenos,
uruguayos, colombianos y ecuatorianos. Y eso tiene que ver con el Plan
Cóndor que es algo mucho más
amplio, mucho más denso, mucho más perverso. Y estamos
abocados a intentar desentrañar esa trama.
En uno de los expedientes
se solicita “información sobre
la situación de alumnos que se detallan a continuación
especificando si tienen o no medidas disciplinarias y razones por las
cuales no puedan ingresar a esta facultad”. Y los nombres que
se mencionan corresponden a aspirantes peruanos y colombianos.
Un pedido
de informe del rector dirigido a Pavón solicita que “tenga
a bien el envío a la mayor brevedad posible la nómina
de alumnos extranjeros es esa unidad académica designados por
carrera”
CR – ¿Se han propuesto algún análisis del
lenguaje utilizado en los expedientes?
P – Hay muy pocos trabajos
hechos en base a archivos. Y se han encontrados pocos archivos de
la dictadura y este es el primero hallado en una universidad.
Entonces,
lo que nosotros queremos hacer es un trabajo de investigación
que establezca las pautas, los patrones para el análisis de otros
archivos que se encuentren.
El análisis del discurso creemos puede ser un camino para establecer
responsabilidades en el ámbito de la justicia, de los que firmaron
esos expedientes y para poder avanzar en que el sistema universitario
y científico cuente con una forma de analizar archivos desclasificados,
encontrados o recuperados.
Qué otra lectura a los términos, calificativos se le
puede dar a estos documentos oficiales dentro de un sistema epistémico
o universitario.
En estos archivos se mezcla lo burocrático con la persecución
ideológica más siniestra. Estos papeles no dejan de ser
expedientes como cualquiera, lo terrible es lo que dicen. Y creemos
que todo este lenguaje no está desconectado de toda la idea de
persecución al pensamiento, pensamiento que la dictadura militar
venía a “aniquilar”.
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