Por fin nos duele Colombia

Muchas veces me pregunte, porqué el conflicto colombiano se tornaba eterno y no generaba anhelos para lograr un destino diferente para el país.

Los años, las vidas pasaban y el dolor continuaba, la guerra, los muertos, los desplazados, cuanta tragedia Dios mío. La lucha armada entre colombianos que al comienzo entendíamos como la búsqueda de la justicia social para un pueblo oprimido, fue poco a poco, borrada de nuestra mente, hasta lograr convertirse, en un difuso paisaje de caídos, sin voluntad nuestra por revisar los acontecimientos. Ya no sabíamos quien era quien, cual era su gran propósito, entonces, se termino de pintar el fracaso, la delincuencia, la usurpación y hasta el llamado terrorismo. Digerimos, la estrategia del capitalismo salvaje y usurpador, montada bajo un perfil mediático de terror.

Y ese, ha sido el caminar de nuestros pueblos latinoamericanos, caminos con demasiadas dificultades, pedregosos, llenos de fango, maleza, muros gigantes de maldad. Caminos difíciles de pasar porque se adueñaron de la patria, los amos sin corazón, que cobijados con la bandera del imperialismo impidieron la llegada a la hermosa cumbre de la felicidad social, de la igualdad, de la esencia colorida de los pueblos.

Seguiremos caminando hasta encontrar la cumbre de la verdad, porque ahí están los libertadores, los mártires, apoyándonos, dándonos su mensaje de esperanza, de valor y compromiso en sus tumbas encendidas como volcanes apasionados e incandescentes y los nuevos líderes, ellos y nosotros, con este amor, con este humanismo que debe relampaguear, con esta honradez para hacer vibrar nuestros pueblos.

Llegar a ella, se ha convertido en la sed más angustiosa que hemos tenido, por eso han surgido los grupos armados revolucionarios, por eso han bajado de los cerros de Caracas hombres y mujeres energizados, todo por el amor a la patria, por la justicia, por la soberanía. Por eso la voz que no calla, y vuela porque el viento esperanzador, la empuja hacia cada caserío de nuestros países, sigue en eco bañándonos de fortaleza y conciencia. La voz de Chávez, nuestro gran líder, la voz de los patriotas comprometidos con su pueblo. Por eso, hoy, estamos aquí, volviendo la mirada a Colombia.

Volviendo esta mirada sincera, a la tierra del sur que han prohibido acercarnos, tierra de hombres y mujeres esforzados que han ansiado siempre vivir en dignidad, nos transformamos en dolientes latinoamericanos que acercamos nuestros brazos abiertos al pueblo colombiano, para decirles con amor, luchemos juntos por la paz, ya basta de ceguera. Ustedes nos duelen, ay como nos duele el alma, estudiar de nuevo a Colombia, hermanos.

Volviendo esta mirada, a la usurpación de nuestros pueblos, al dominio que ejercen las oligarquías al impedir que nuestras sociedades se organicen y se gobiernen con prácticas transparentes de hermandad, justicia, de aprovechamiento de los recursos, de trabajo sólido y de solidaridad social.

Dominio que sabemos, permite la llegada de extranjeros a manejar los destinos de la nación, a decidir sobre el modelo económico social que debemos asumir y sobre el verdadero carácter de las relaciones entre hermanos de un mismo pueblo y de nuestro continente. Dominio que debemos suprimir.

Volvemos la mirada Colombia, nuestro país vecino, nuestro país hermano del sur, volvamos la mirada a ese duelo permanente por los que no están, los que murieron, los que salieron de sus tierras con tristeza, volvamos la mirada a la paz con amor.

carmenarelisc@yahoo.com


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Carmen Arelis Contreras M.


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