-
Con el apoyo de los Estados Unidos, la oligarquía colombiana generó una espiral de violencia, hoy, puesta al desnudo, por militares que confiesan sus crímenes. Crímenes de Lesa Humanidad, ejecutados con la anuencia de los últimos gobiernos de ese país, que enluta a los colombianos y mantiene a miles de madres y deudos buscando los cuerpos de sus familiares asesinados y en muchos casos desaparecidos.
Lo mil veces denunciado y tantas veces ocultado por la oligarquía colombiana sale hoy a la luz pública. La puesta en práctica de los denominados Falsos Positivos, procedimientos mediante los cuales se asesinó a millares de colombianos inocentes, todo bajo el manto de complicidad de los gobiernos de ese país, amparados por los Estados Unidos y camuflados por una diplomacia que mantuvo engañado al mundo sobre la crueldad de la violencia en Colombia.
Para refrescar la memoria, es necesario explicar en qué consistía ésta práctica, llevada, a sus más altos grados de refinamiento por los gobiernos oligárgicos de Colombia: Muertes, presentadas como bajas en combate. En forma más explícita, se detenía a inocentes (Campesinos, estudiantes, luchadores sociales, defensores de los derechos humanos), los desaparecían, los fusilaban, los vestían con supuestos uniformes guerrilleros, y los presentaban a la opinión colombiana e internacional, como combatientes de las guerrillas, muertos en combate.
Así, los Mandos del Ejército Colombiano y sus fuerzas de seguridad, con la anuencia y autorización de los gobiernos de la oligarquía que gobernó por tantos años a Colombia, bañaron de sangre a su propio pueblo y se presentaban al mundo como víctimas, defensores de una supuesta democracia y en defensa de una supuesta libertad, que siempre le negaron a sus conciudadanos.
Lo más asqueroso de este proceder, no sé si habrá un término más apropiado para calificar esta villanía, es que los ejecutores de estos procedimientos cobraban por la víctimas, es decir, el Estado Colombiano, en manos de la oligarquía, los recompensaba con dinero efectivo y otras prebendas. Por cada falso positivo presentado, se recibía una recompensa. Esto estimulo el voraz apetito y la ambición de estos mandos miliares que procedían a diestra y siniestra, buscando inocentes para eliminarlos, y presentarlos como guerrilleros, para luego pasar por taquilla y cobrar la recompensa.
Hoy lo tantas veces denunciado por las fuerzas opositoras de Colombia y por defensores de Derechos Humanos de toda la región que es afectada por la violencia en Colombia, desnuda ante el mundo, la crueldad de esta práctica, cuando militares investigados, incluido un General del Ejército Colombiano, reconoce haber asesinado a casi trescientas personas inocentes, que fueron presentadas luego como víctimas en combate.
Los medios de comunicación colombianos, que silenciaron siempre las denuncias, todavía, tratan de limpiar la imagen de esta cobarde conducta, calificando a los que han admitido los asesinatos como “Ex militares”. Nos preguntamos ¿Y es que acaso estos asesinos, actuaron por si solos o sus mandos militares no tenían conocimiento de estos repugnantes hechos?
Pienso que la confesión de estos asesinos, es apenas la punta de Iceberg, de la violencia en Colombia. Son miles de muertes causadas por la puesta en práctica de esta oprobiosa conducta.
Y los responsables no sólo son los ejecutores materiales de las muertes sino, los que dieron la orden. Es evidente que los ex presidentes que han gobernado a Colombia en los últimos años tienen responsabilidad directa en estos crímenes. Bajo sus órdenes y con su consentimiento se cometieron estos asesinatos. También hay responsabilidad internacional, porque gobiernos como los Estados Unidos, que abastecían de armas a estos gobiernos, que asesoraron a sus militares y que mantienen bases militares en su territorio para protegerlos, igualmente, les hacían el trabajo sucio de limpiar su imagen a nivel internacional y presentarlos como modelos democráticos, dignos de exportación.
Si las investigaciones continúan y se profundizan, veremos un escándalo tras otro, y se demostrará hasta dónde puede llegar una ultra derecha que por mantenerse en el poder no le importa cometer los crímenes más atroces contra cualquier pueblo.
Recientemente, al visitar Argentina, uno de los ex presidentes, responsables de estas Masacres, fue repudiado y pitado por los argentinos, me refiero a Álvaro Uribe; igual trato de rechazo, merecen en toda la región Iván Duque, y Juan Manuel Santos, entre otros, que estimularon y encubrieron estos crímenes atroces.