Como el viejo cuento del lobo, por años los opinadores de oficio hemos alertado sobre el tema de la violencia, que en esencia es consecuencia de la injusticia social. Es un tema añejo porque la humanidad ha vivido, desde la aparición de los imperios, las más oprobiosas violaciones de los derechos humanos. Por definición, un imperio es asesino, vejador, violador, exterminador y finalmente destructor cuando el sometido ya no le sirve a sus intereses. La historia no tiene en su memoria algún imperio que haya servido y protegido a sus conquistados y que les haya proveído de algún beneficio más allá de algún aporte tecnológico, que no era para el conquistado, sino para la viabilidad de la explotación y el sometimiento.
Francia fue uno de esos imperios. Desde el siglo XVII, sus barcos circundaron el mundo sometiendo y asesinando personas en todas las regiones que tocaron. Fue un imperio que se extendió hasta bien entrado el siglo XX, y sus cañones destruyeron y mataron a todo aquel que se puso en medio para tocar sus intereses. Aún quedan algunas colonias, ahora con nombres eufemísticos pero colonias al fin ubicadas en El Caribe. Pero los pueblos de Mauritania, Senegal, Guinea, Mali, Costa de Marfil, Benín, Níger, Chad, República Centroafricana, República del Congo, conocen muy de cerca lo que significaba ser súbdito del imperio galo. Hay una película extraordinaria que todo el mundo debería ver, "La Batalla de Argel" un film de 1966 que es la lucha del pueblo argelino por su independencia del poderoso y asesino francés. Es decir, que las cuentas de Francia con el mundo árabe son de vieja data. No es posible esconder la historia.
Y no solamente podemos hablar del comportamiento de Francia como Estado asesino, sino como partícipe en la planificación junto a otro imperio, el estadounidense, para desgraciarle la vida a la humanidad. ¿O es que Francia no participó en la invasión a Irak? ¿O es que Nicolás Sarkozy no fue el planificador de cómo robarle al pueblo libio 200 mil millones de dólares para repartírselo entre las naciones europeas? ¿O es que Francia no es uno de los creadores del Estado islámico?
Irak es un país que no existe. Lleva un millón de muertos y está dividido en bandas que van de un lado a otro controlando pequeños territorios. Ese maravilloso país que otrora fue Mesopotamia, la cuna de la civilización occidental, ya no existe. Todos dicen ahora hipócritamente que Saddan Hussein no tenía armas nucleares. Sus grandes tesoros –que son de la humanidad- se los robaron gringos, ingleses y franceses. Un país moderno, desarrollado, con universidades, industrias y organización, hoy día no es más que gente tratando de sobrevivir. ¿Cuántos de ellos que conocen su historia, que se saben sin futuro, están hoy en EI?
Y hablando de eso, en Libia solo bastaba casarse para que el estado le diera un apartamento al matrimonio. No había necesidad del ciudadano que el Estado no cubriera, y no había ciudadano que no fuera a la escuela o a la universidad. Una de las sociedades más planificadas del mundo árabe, hoy en día no existe. Acabaron con sus técnicos, sus profesionales, sus investigadores, y acabaron con el país. Hoy Libia es un país que no existe, solo grupos de ciudadanos tratando de sobrevivir o de existir. En esa destrucción estuvo metida la mano del Estado francés. ¿Cuántos libios de esos, que ahora conocen la historia, sin familia, sin hijos, sin futuro, estarán en el EI?
Y qué es el Estado Islámico sino una creación gringa con colaboración francesa, inglesa, alemana e italiana. Un engendro producido en laboratorios para que se enfrenten a los gobiernos nacionalistas y revolucionarios del mundo. Razón tiene Bashar al Assad cuando dice que Francia está sintiendo lo que el pueblo sirio lleva cinco años viviendo. ¿Cuántos bancos franceses estarán manchados con sangre gala por guardar los miles de millones de dólares del Estado Islámico? ¿Ya nadie recuerda que el Estado Islámico se inventó no solo para atacar a Siria, sino para piratear la venta de petróleo y bajar los precios con lo que ponen de rodilla a los países productores? ¿Acaso no son franceses los misiles que le disparan los sionistas israelíes al pueblo palestino?
Lo primero que el pueblo francés debe preguntarse es hasta dónde están metidas las cochinas manos de sus dirigentes, que han sido tan escorias que hasta ordenaron el asesinato de dos pacifistas de Green Peace por allá en los ochenta. ¿O ya se olvidó eso?
Esa cosa que se llama Estado Islámico, que nació como un mal experimento de los imperios y que ahora no sabemos exactamente qué es, está sin control y no sabemos cuáles son sus alcances. Es la segunda vez que los franceses lo viven en carne propia. Ya amenazaron a Inglaterra y ni hablar de Estados Unidos. Tampoco sabemos si llegarán a Italia, Alemania o España. Pero que curioso que los medios de comunicación apenas dan cuenta de un ataque del mismo grupo este jueves en el Líbano, donde dejó 41 muertos.
Es el lobo, es el lobo, dijo la oveja Lambsie. Más que nunca la paz es una necesidad. Pero la paz es, por sobre cualquier cosa, un acto de justicia social. Y no habrá justicia social mientras Francia sea uno de los partícipes y de los provocadores de la violencia, la que no quiere recibir en casa, pero no les importa que la reciban mujeres y niños del mundo.
Caminito de hormigas…
Dirigentes medios de la MUD exigen que les entreguen parte de los dólares que enviaron los gringos para la campaña, pero que a ellos no les está llegando y no pueden activarse. No olviden que en la oposición todo se paga… Increíble: solo Enzo Scarano está activo en el sur de Valencia. ¿Quién lo diría? Abrazando viejitas y tomándose selfies con la gente… Jamás imaginé ver gente de Voluntad Popular, Cuentas Claras y Primero Justicia caminar como los salvadores de la patria por Trapichito y Lomas de Funval. Ya llegamos a esos niveles… Por cierto, en la escuela de la Alcaldía Lomas de Funval, los maestros les están pidiendo a los niños 300 bolívares para pintar. Multiplique eso por 1.500 niños y verá qué tremendo negocio… Vean la película La Batalla de Argel. Entenderán el atentado de Paris.