La Saeta

S.O. S. al mundo en EEUU: Nos asesina la policía

Estados Unidos es un país sui generis. Desde que se acaballo en el potro de mando sin que nadie lo haya designado para tal posición, se ha permitido hacer y deshacer en el mundo al real antojo de la falange fascistoide que permea el congreso. El Tío Sam se abroga autoridad para juzgar a cualquiera en cualquier parte. Hace unos años la Corte Suprema validó el secuestro de cualquier persona en cualquier parte de la tierra, si esa persona era solicitada por un juez de la Unión sin importar tratados internacionales o el respeto debido a la soberanía de otros pueblos. Roma locuta, causa finita. Pocas instituciones en el mundo son tan antidemocráticas como la Suprema en tierras del Tío Sam: el ejecutivo tiene injerencia en el Poder Judicial habida cuenta que él es el nominador de sus magistrados de por vida. Peor que en la Europa feudal.

Los malos ejemplos cunden, decía mi abuelita, y a fe que es verdad. Deslegitimar o deponer gobernantes es el souvenir de la Casa Blanca, se cuentan por docenas los gobiernos depuestos y por millones los seres humanos asesinados por la violencia de sus cañones. Resulta natural terminar creyendo dictador a Fidel, Maduro o a Evo y genocidas a Mao, Stalin, o Ho Chi Min por la cantaleta diaria, contrario sensu Pinochet, Marcos o Somoza fueron demócratas respetables y ejemplo para la niñez en las escuelas y a Bush, el genocida de Irak, lo elevaron a rango de héroe nacional. Ese mal ejemplo repetitivo ha hecho metástasis en las agencias de policía en USA que terminaron siendo una rueda suelta. Cada agencia elabora sus reglas de conducta y cuenta con sus propias inmunidades así fue como la institución creada para garantizar la vida, bienes y honra de los ciudadanos es hoy el terror de la ciudadanía. Es más confortable encontrar a media noche a un asaltante de caminos que a un policía. El asaltante le despoja de sus bienes, el policía le roba el bien más precioso de todos: la vida.

He denunciado durante años los atropellos policiales que no cejan y que constan por millares en grabaciones de audio y video. Al ejecutivo federal como estatal y a los jueces les importan un carajo la actuación criminal de la policía, mientras les preserven su estatus quo. En otras palabras: la policía terminó prestando servicios personales a los señores en sus palacetes alejados del mundanal ruido, por ello no son punibles los crímenes contra negros y latinos, únicas comunidades que levantan la voz de protesta ante el atropello permanente de que son víctimas, porque los naturales de esta parte del continente fueron acallados a la fuerza. Pero lo verdaderamente vergonzoso es que la (ONU) Organización de Naciones Unidas y la (OEA) Organización de Estados Americanos, creadas para vigilar la vigencia de esos derechos y entre ellos el principal: el de la vida por sus estados miembros, solapa de manera cobarde los desafueros policiales en USA, por haber terminado de rameras al servicio del Tío Sam.

Uno de los últimos atropellos sucedió en McKiney-Texas el domingo anterior, el que como siempre se vio a todo color. Eric Casebolt, viejo policía imbuido de su papel de ranger de Texas arribó en compañía de doce gorilas a Craig Ranch Community North Pool sobre las 7 p. m., con el fin de averiguar a qué se debía un escándalo entre teenagers. Como es costumbre los policiales vieron en los jóvenes negros a sus enemigos y no a los ciudadanos que por vía de impuestos pagan su comida y el techo que comparten con sus mujeres. Llegada la jauría, Eric atropelló de manera cobarde a una niña negra de 14 años que en bikini disfrutaba de una tarde de piscina con sus amigos; niña que fue manoseada, pateada y ultrajada como ser humano y por último jalonada de los cabellos tirada al piso en donde se le acaballó el patán como si se tratara de una criminal. Hubiese sido de noche la asesina. El gorila con pistola en mano intentó asesinar a los muchachos que observaban el atropello, quienes corrieron por sus vidas.

Esa es la policía de los Estados Unidos. Cualquiera en cualquier lugar del mundo puede ver a color y en directo lo poco que valen los derechos humanos en USA. Razón no me falta para advertir, como lo he repetido cuotidianamente a negros y latinos, que si no quieren morir pronto deben mantenerse a metros de la policía, no ocurran a ella bajo ninguna circunstancia porque les sale el tiro por la culata. En tierras del Tío Sam los negros y latinos son una taifa para la policía como se enseña en sus academias, por ello siempre son exonerados de responsabilidad por sus crímenes en razón a que se ciñen al reglamento.

Pregunta para el Presidente Obama. Si la joven infamada por Eric, el criminal uniformado hubiese sido su hija ¿cuál hubiese sido su actitud? Y, Sr. Presidente, cuando hable de violación de derechos humanos no señale la tierra de Bolívar, miré las entrañas del Tío Sam en donde en un año han caído más de 300 ciudadanos inermes por el delito de ser negros o latinos. Como colofón de lo absurdo. El jefe policíal de McKinney, Greg Conley, justificó el atropello al decir que los agentes se encontraron con personas que no obedecieron las órdenes de sus agentes. Y-digo yo-, ¿eso justifica su asesinato?


tatayapio@hotmail.com





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