A propósito de Simonovis. En el Bronx faltó hablar de los 5 héroes cubanos

«Las leyes son buenas pero, desgraciadamente, están siendo burladas por las clases más bajas. Por cierto, las clases más altas tampoco las tienen mucho en consideración, pero esto no tendría mucha importancia si no fuese porque las clases más altas sirven de ejemplo para las más bajas. Os pido que sigáis las leyes aun cuando no hayan sido hechas para vosotros, porque así al menos se podrá controlar y vigilar a las clases más pobres»

Obispo Watson 1804 Sociedad para la supresión de los vicios


Con esta cita Michel Foucault* después de largas charlas a cerca de la historia de las formas jurídicas llega a la médula de la dominación capitalista: “las leyes son buenas, buenas para los pobres; desgraciadamente los pobres escapan a las leyes, lo cual es realmente detestable. Los ricos también escapan a las leyes, aunque esto no tiene la menor importancia puesto que las leyes no fueron hechas para ellos”.

La premisa general de que las leyes son para mantener a los pobres “en la raya” y a los ricos en el poder, es bastante conocida entre los militantes de izquierda. Lo que frecuentemente se nos olvida -y que Foucault explica históricamente- es que el derecho es una forma singular y reglamentada de hacer la guerra.

La misma legalidad que reglamenta la guerra entre ricos y pobres, también permite llegar a pactos o acuerdos. Por ejemplo puede suavizar una sentencia. Permite a Iván Simonovis (1) suavizar su sentencia de 30 años en la cárcel, por una que le permite ir a su casa a cumplir tratamiento médico. Estos pactos a veces se dan sin que la dirigencia se tome la mínima molestia de explicar por qué la excepción a la regla estaba justificada.

De un plumazo, un Juez de un tribunal “menor”, le ahorra mágicamente a la dirigencia la necesidad de explicar públicamente, acerca de como fuerzas económicas capitalistas nacionales presionaron para soltar a Simonovis y a Leopoldo López (2) y así poder avanzar en el pacto socialdemócrata. Ese Juez también economizó a nuestros dirigentes la penosa explicación de cómo sectores capitalistas del bloque sur exigieron lo mismo, como medida de coerción para que Venezuela pudiera ser seleccionado como miembro del consejo de seguridad en la ONU (3).

Pero toda la modificación a la legalidad para dar casa por cárcel a Simonovis, se hizo debajo de la mesa, de madrugada y sigilosamente para que casi nadie se diera cuenta.

Pero el gesto con Simonovis evidentemente no fue suficiente, porque el mismísimo Obama, en palestra mundial, recordó a nuestro gobierno: que el mandao no estaba completo. Que había que soltar a Leopoldo también (4).

Para Obama es injusto los siete meses de presidio de Leopoldo. Para Obama soltarlo simbolizaría la restitución de las relaciones diplomáticas entre EEUU y Venezuela y el restablecimiento de los intereses gringos en PDVSA, que le parecen justos y necesarios.

Pero hablando de presos e injusticias nadie habló de los 5 Héroes Cubanos. Hablar de ellos, significaba hablar de muchas cosas. Nos hubiese gustado escuchar en la ONU o al menos en el acto del Bronx (6) un inciso como este:

“La República Bolivariana de Venezuela no es ajena a las presiones del capitalismo. Nuestro pueblo no es ajeno a sus chantajes. Pero sabemos llamar a cada cosa por su nombre. Sabemos de la mal llamada justicia, de la mal llamada democracia. Luchamos para eliminar los crímenes que condenan nuestras leyes oficiales y nuestras leyes morales. Pero también luchamos para eliminar el crimen, que aprueban y santifican, la ley moral y la ley oficial capitalista, en su forma de explotación y opresión del hombre por el hombre. Sabemos de hipocresías, pero también sabemos de hombres justos.

En este momento cuando el Presidente Obama llama a la liberación de cabecillas que intentan derrocar presidentes que se oponen a las leyes imperiales alrededor del mundo, él tiene tras las rejas a tres hombres. Les llaman los 5 héroes cubanos. La verdadera razón por la cual están presos, es por representar a los pobres del mundo y a su derecho a construir una sociedad donde sean tratados como seres humanos y no como desechos.

Creemos que es un buen momento para relanzar la campaña de liberación de los 5. Ahora cuando Obama decide abogar por Leopoldo López, representante de los intereses gringos que intentan nuevamente secuestrar la industria petrolera venezolana, nosotros le contestamos que tenemos que hablar de los cinco.

Que ahora más que nunca en Venezuela hemos entendido que debemos reformular la campaña por su liberación, pues junto a nuestros hermanos cubanos hemos cometido algunos errores: hemos querido dar argumentos legales donde la ley estaba hecha para proteger el terrorismo más cruento. Que cometimos el error de enfocamos en repetir que aquellos eran “unos pobres hombres maltratados” apelando al buen corazón de los forajidos del capital.

Pero ahora sabemos que defender a los 5, es defendernos a nosotros mismos. De ahora en adelante la campaña por la liberación de los 5 héroes cubano-venezolanos repetirá hasta el cansancio, que solo una sociedad socialista es capaz de parir héroes verdaderos. Que cada día de presidio de aquellos hombres sintetiza ante los ojos del mundo, la prueba real de que estar en el banquillo de los condenados del imperio, es la colisión inevitable entre la clase oprimida y los ricos del mundo.

Que ser culpables aquí en el imperio significa que confraternizamos con la gente interesada en la educación del pueblo, ¿Por qué tanto odio hacia el pueblo cubano y venezolano? Porque escogimos un camino distinto. Porque queremos el socialismo. Porque acabamos con el analfabetismo. Porque le damos educación y atención médica gratuita a los más pobres. Por eso somos culpables? Bueno Obama, tu imperio y tus leyes son los tiranos entonces”

Aun hoy día, esa podría ser una buena respuesta a Obama.

Cuando nos pidan liberar definitivamente a Simonovis o a Leopoldo, contestemos parafraseando a Fidel:

“Los Cinco Héroes cubanos prisioneros del imperio son paradigmas a imitar por las nuevas generaciones. Afortunadamente las conductas ejemplares siempre se multiplican en la conciencia de los pueblos, mientras exista nuestra especie. Estoy seguro de que muchos jóvenes cubanos (y venezolanos), en su lucha contra el Gigante de las Siete Leguas, harían lo mismo. Todo puede ser comprado con dinero menos el alma de un pueblo que jamás se puso de rodillas” (7).

Creemos que el tema de la justicia y el derecho entendido como una guerra entre clases, entre el socialismo y el capitalismo debe ser retomado siempre. Para ubicarnos, para saber dónde está la verdadera justicia, la moral necesaria.


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Rosa Natalia

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