En su ordinal primero, punto 2, establece lo siguiente: “Toda persona detenida tiene derecho a comunicarse de inmediato con sus familiares, abogado o abogada, o persona de su confianza; y éstos o éstas, a su vez, tienen el derecho a ser informados sobre el lugar donde se encuentra la persona detenida; a ser notificados o notificadas inmediatamente de los motivos de la detención y a que dejen constancia escrita en el expediente sobre el estado físico y psíquico de la persona detenida.” Etcétera…
Complementariamente, en el ordinal segundo del mismo punto, se señala: “Respecto de la detención de extranjeros o extranjeras se observará, además, la notificación consular prevista en los tratados internacionales sobre la materia.”
Norma básica que, en el nombrado caso, el gobierno venezolano con su presidente a la cabeza se llevara de calle de modo muy de lamentar.
DE UN LADO TRAMPA Y DE OTRO FALTA DE PRINCIPIO E INCAPACIDAD EN GRADO SUMO
La trampa proviene del imperialismo estadounidense y el gobierno colombiano, éste en tanto colaboracionista suyo. Como es sabido, tal trampa consistía en la maniobra de Interpol de activar la alerta roja que ordenaba la detención de Pérez Becerra cuando éste ya había salido de Frankfurt y llegaría a Caracas, meta final de su viaje desde Suecia. Posible tal timo dado el control como socio principal que el mentado imperialismo ejerce sobre aquel cuerpo policivo internacional.
La falta de principio ha sido bastante analizada. No es de recibo por parte de ningún gobierno que se respete, esto es: independiente y soberano, entregar a persona alguna sin fórmula de juicio, así esté esa persona acusada de una acción delincuencial, de terrorismo incluso –que no es el caso del ciudadano sueco Joaquín Pérez Becerra. La presunción de inocencia y el debido proceso son arcos torales del llamado Estado de Derecho. Un triste comportamiento propio de un gobierno fantoche, al servicio de los peores explotadores y opresores del sistema capitalista dominante. Y no de uno que se reclama progresista y, todavía más, revolucionario.
La incapacidad comienza cuando el presidente venezolano Chávez se acobarda ante una llamada telefónica que le hiciera desde Colombia su homólogo Juan Manuel Santos; quien le pide que detenga al “terrorista colombiano” que en esos momentos estaba a punto de llegar a Venezuela. En su confusión, Hugo Chávez Frías no distingue una petición de extradición formal (escrita) de una oral como la hecha por Santos. Tampoco distingue una deportación de una extradición no solicitada formalmente (no escrita). En pocas horas –por orden del presidente– se deporta a Colombia de modo escandalosamente equivocada a Joaquín Pérez Becerra, director de la página web Anncol. Y no, en cambio, como era natural, al país del que procedía –Suecia.
¿Cómo puede explicarse esta actitud desabrochada en un hombre de las calidades del presidente venezolano? ¿O es que tales calidades, acaso nunca han existido en la persona del mandatario Chávez Frías? Hay muchas personas no sólo en Venezuela y Colombia, en el resto de Latinoamérica y aun en todo el mundo que, según yo lo veo, piensan así. Esto es: Que el proceder de Hugo Chávez Frías es producto de diversas cosas sumadas, en el que brillan el miedo, el afán, la incompetencia y, sobre todo, un interés de clase que nada tiene que ver con un proceso revolucionario de carácter proletario-popular.
MIEDO, AFÁN, INCOMPETENCIA E INTERESES DE CLASE DE TIPO BURGUÉS
El miedo lo causaría la sospecha de una represalia del gobierno colombiano, azuzado por el nombrado imperialismo, y que implicaría la no extradición a Venezuela –y sí a Estados Unidos- del sujeto Wadid Makled1. El afán estriba actuar prontamente, ya que eso llevaría tranquilidad al gobierno colombiano. Lo de la incompetencia se dilucidará seguidamente, unas líneas abajo. En cuanto a los intereses de clase de tipo burgués, más de una vez el presidente Chávez ha manifestado no ser comunista y, por ello, nada tiene él que ver con el marxismo2.
Bien habría podido el presidente Chávez no desbocarse3 y esperar a que llegase de Colombia una solicitud formal de extradición del refugiado en Suecia J. Pérez Becerra. ¿Qué habría pasado? Que si bien entre Venezuela y Colombia existe acuerdo de extradición, aquél no era extraditable por no ser, dicho sencillamente, colombiano. Hace años que el hoy nacionalizado sueco había renunciado a la nacionalidad colombiana y hasta ahora no ha intentado él recuperarla. Y como se sabe alguien que renuncie a la nacionalidad colombiana (un número grande de ciudadanos de origen colombiano residentes en Suecia se hallan en tal situación), para recuperarla tiene ese alguien que gestionar ello ante las autoridades colombianas. Y mientras esto no suceda, quien fuere colombiano en un tiempo pasado sigue no siéndolo. Joaquín Pérez Becerra, pues, no era extraditable a Colombia porque su nacionalidad es la sueca. Así las cosas, por el motivo explicado no podría el gobierno colombiano ejercer ninguna represalia contra el gobierno venezolano. A no ser que lo hiciera de modo arbitrario, ilegal, incurriendo por tanto en contumacia. ¿Cómo se llama, entonces, esta falta de sindéresis de Hugo Chávez Frías? Incompetencia pura y simplemente.
¿QUÉ HACER, PRESIDENTE CHÁVEZ?
Lo primero que aquí cabe es la autocrítica. No es permisible actuar injustamente, como se hizo, contra los derechos humanos de un ciudadano extranjero (en este caso, se repite, el nacionalizado Pérez Becerra) y luego quedarse callado como si nada hubiere pasado. Es urgente una autocrítica, compañero presidente Chávez. Por el bien de la nación y el pueblo venezolanos, particularmente. Si no, a mi parecer se pone en peligro la revolución democrático-nacional que desde 1999 se viene dando en la patria de Bolívar. Tan amenazada desde el interior y exteriormente.
No es posible que usted, presidente Chávez, que ha invocado y defendido tantas veces la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la viole –su artículo 44 en especial– en perjuicio de un ciudadano sueco, no colombiano, llegado a Venezuela; al que usted o algún alto funcionario de su gobierno se apresurara a señalar como “colombiano” dizque portador de un documento de identidad colombiano. Lo cual resultara una falsedad. Todo ese enredo para poder actuar de la manera señalada que tantos censuran. No hay derecho, compañero presidente, a echar por la borda la Carta Magna bolivariana para respaldar, valga machacar, una acción que a usted se le ha criticado y se le seguirá criticando, a menos que medie una autocrítica severa de su parte.
Vuelva por sus fueros, presidente Chávez. Que si no, es lo más seguro, crea usted las condiciones para una victoria electoral de sus adversarios, lo cual llevará al traste la revolución independentista en marcha en Venezuela. A riesgo de ser derrotada por la falta insólita de comprensión de su parte.
No hay campo para la tozudez en estos momentos. Le sugiero que convoque usted una manifestación a la que asistan miles y miles de venezolanos llegados de todo el país. Allí dé usted rendidas disculpas al ciudadano no extraditado, sí, en cambio, deportado de manera injusta a Colombia. Una actuación sincera y llena de modestia suya será respetada por los miles convocados. Sólo de ese modo, me atrevo a asegurarlo, el pueblo venezolano volverá a tomar las calles, profundizará su lucha revolucionaria y confiará de nuevo en su dirigente principal; conductor de una revolución admirada por miles de gentes en todo el mundo. Ahora menoscabada por su torpe comportamiento, presidente Chávez.
No hay tiempo que perder, compañero presidente.
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Notas:
- Makled, conocido como el Turko, está acusado de narcotráfico y sicariato. Se dice que la lucha en torno a la extradición de Walid Makled a Venezuela y no a Estados Unidos está relacionada con las amenazas de éste de hacer revelaciones sobre el grado de corrupción que afecta a sectores importantes del gobierno venezolano y de la organización política dirigente del proceso bolivariano, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Al parecer, con tales afirmaciones trataba Makled de ganar el interés de Washington y así buscar precipitar su extradición a los Estados Unidos.
- De hecho en la edición #287 -22/07/07- de su programa televisivo “Aló Presidente”, el presidente Chávez no sólo se apartaba del comunismo y el marxismo sino que ese día sometía a duro ataque tanto a esa doctrina revolucionaria como a su principal fundador.
- La expresión “no desbocarse” indica la falta de análisis en que incurría el presidente Chávez y su círculo más cercano respecto de la solicitud planteada por el gobernante colombiano Juan Manuel Santos arriba mencionada. Tal falta de análisis condujo, no hay duda, a la serie de errores que culminaban finalmente en la desafortunada deportación de J. Pérez Becerra a Colombia.
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