En 2003 el dueño del concesionario "La Venezolana" no tenía identidad

27/05/14.- No se sabe si feliz, pero con seguridad plena era un indocumentado. Hasta el año 2003, Jhon Wilmer Quiroz Fonnegra, el hombre que funge como presidente del concesionario La Venezolana, la empresa que desde los Altos Mirandinos habría estafado a cerca de seis mil personas con un plan de venta de automóviles, no tenía documentos de identidad.

Con una cédula con numeración mayor a 21 millones, que correspondería a la de un adolescente, Quiroz Fonnegra no tuvo partida de nacimiento porque sus padres involuntariamente no lo presentaron en su momento.

Por tanto, careció de cédula de identidad hasta el año 2003, cuando un tribunal de Apure ordenó crearle el registro natal e insertarlo en los libros del caserío donde decía haber nacido.

El procedimiento, denominado inserción de partida de nacimiento, lo adelantó la abogada Irlanda Quintero ante el tribunal de Primera Instancia Civil, Mercantil, Agrario, Tránsito y Trabajo de Apure, según  expediente 3.342-2003.

El juzgado, a cargo de la juez Francia Carrillo, usó los testimonios de Carmen Morelia Cravo Ortiz y de Verónica Castro, dos mujeres sin cédula de identidad, para determinar que Quiroz había nacido en el vecindario San Juan del municipio Páez, en la entidad llanera, el nueve de febrero de 1969.

Es decir, el exitoso vendedor de automóviles estuvo los primeros 34 años de su vida sin un papelito que certificara quién era y que había nacido de la unión de Eliécer Quiroz y Virgelina Fonnegra.

Ni siquiera le procuraron el sacramento bautismal, que en otros tiempos avalaba los nacimientos, dando fe de la conversión cristiana y ciudadana.

Ya con su orden judicial, emitida el 3 de septiembre de 2003, sacar la cédula con el número 21.320.874  y  comenzar a hacer negocios le debe haber resultado sencillo a Quiroz Fonnegra.

MADRE SOLO HAY UNA Y SE PERDIÓ EN 1986

Lo que olvidó Jhon es que madre hay solo una, y la que él dice que es la suya está perdida desde 1986.

Sus familiares reportan no saber nada de ella tras abandonar su residencia habitual en la población de  Guadalupe, Departamento de Antioquia, en Colombia.

Por ningún lado, en la publicación colgada en el sitio web http://davidnostas.pe/ mencionan al estado Apure y mucho menos a Jhon como su familiar más cercano.

A quien sí mencionan como su esposo es a Eliécer Quiroz, el presunto padre.

Una revisión del historial web de Quiroz demuestra que prácticamente no existe.

A excepción de su proceso judicial en Apure y su inscripción en el Registro Electoral (primero en Anzoátegui y luego en Apure), no hay otras menciones. Ni siquiera está registrado en el Seguro Social.

Fiscalía atiende el caso

La fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, convocó a las personas que realizaron transacciones para la adquisición de vehículos a través del concesionario La Venezolana a consignar su documentación en el módulo especial dispuesto en la sede principal del Ministerio Público.

Informó que tanto en las dependencias fiscales nacionales como en la planta baja de la sede de Parque Carabobo, entre las 9:00 de la mañana a las 3:00 de la tarde, los afectados pueden presentar factura de compra, relaciones de pagos, factura, cotizaciones y cualquier otra información de interés.

Calificó de importante que se presente la denuncia con el objetivo de buscar resarcir el daño, aunque ya el Ministerio Público logró que se congelaran los bienes y las cuentas de la compañía y sus dueños.

Acotó que se han practicado varios allanamientos, en los que se ha recabado la documentación necesaria para tener una idea general de la negociación entre los afectados y el concesionario.

Puntualizó que al frente de la investigación está la directora general Contra la Delincuencia Organizada de la institución, Yurima Gil Trías.

Con un capital de solo Bs 300 mil constituyeron el concesionario

La Venezolana nació en marzo de 2013, con un capital de solo 300 mil bolívares, en un apartamento del piso cinco del edificio Motatán, en La Rosaleda, San Antonio de Los Altos, según el acta constitutiva depositada en el Registro Mercantil Tercero del estado Miranda, con sede en Carrizal.

Ese capital inicial se constituyó sobre un inventario de bienes de los socios, ya que no aportaron nada en efectivo.

Los socios fundadores eran un hombre de 49 años, José Ramón Briceño, y el joven de 20 años Yesnel Néstor Aceituno.

De Briceño no hay ninguna referencia, ni buena ni mala. No tiene cuentas en Facebook, Twitter ni se toma fotos familiares. Mientras que Aceituno destaca por ser jugador de basket y formar parte de la categoría junior de Panteras de Miranda, tal como se comprueba en el portal web del equipo.

La presentación oficial de la firma fue en octubre, en el Autoshow 2013, una exposición con todas las marcas de automóviles distribuidos en Venezuela.

Con sus marcas Brilliance, Zoyte y Kawei, en pocas semanas conquistaba clientes pequeños y grandes. En su local del kilómetro nueve de la carretera Panamericana (municipio Los Salias) las colas eran enormes y permanentes.

Para el mes de diciembre de 2013, un acta de asamblea anunciaba un cambio en la composición accionaria y movimientos en los equipos de dirección.

En esa oportunidad quedaba claro que Aceituno ya no estaba entre los dueños y que ingresaban dos nuevos socios: Jhon Wilmer Quiroz y Angelis Quiroz. También se incorporaba una directora de finanzas, Neisa Castellanos, que no tenía condición de socia.

OTRO CASO DE IDENTIDAD CONFUSA

Lo que sí quedaba claro es que se trataba de un aumento de capital y que Briceño quedaba con 25%, mientras los Quiroz sumaban el 75% restante.

Sobre Angelis Quiroz se sabe que tiene 24 años, es abogada egresada de la Universidad Santa María y que actúa como representante de la empresa en operaciones de importancia. No se sabe cuál es el vínculo con Jhon Quiroz.

En su identidad también hay inconsistencias que incluyen una modificación en los apellidos. Eso se evidencia en el registro inicial del CNE, donde aparece como Gutiérrez Subero, Angelis Gibelli, mientras que los registros actuales la asientan como Quiroz Gutiérrez, Angelis Gibelli.

Lo cierto es que sus vidas son un misterio. No se sabe de dónde vienen o con quién están relacionados. Lo que sí revela uno de los clientes es haber visto llegar a Quiroz a la sede de la Panamericana con un sorprendente despliegue de seguridad, con vehículos, motos y escoltas. Solo pensó que sería alguien muy pesado.

Abonos de 70%

Con precios de venta que en varios modelos no superaban los 400 mil bolívares, la oferta de La Venezolana podía ser irresistible.

Juan Pierre, uno de los afectados, optó por un automóvil tipo sedán, modelo Z300, del fabricante Zoyte.

Abonó en marzo, con su esposa, 203 mil bolívares, equivalentes a 70% del costo del vehículo.

El restante 30% sería financiado por un crédito de Bancaribe, para lo cual el propio banco los contactaría.

Pierre espera que la intervención oficial permita una solución que les autorice obtener otro vehículo. Estaría satisfecho con un modelo Orinoco de la marca china Chery.

El jueves habló con uno de los fiscales, quien le transmitió que los fondos de las cuentas congeladas estaban bien resguardados.

Los afectados se han organizado a través de las redes sociales para compartir información y definir lneas de acción.

Hasta ahora han realizado dos protestas frente a la sede de la empresa en la carretera Panamericana.

Y además de la denuncia penal han acudido a la Comisión de Administración y Servicios de la Asamblea Nacional



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