¿Qué son las comisiones, como nace un millonario?

Hablar de las comisiones en la entrega de contratos, es como hablar de nuestros mitos y leyendas, estas conversaciones se llevan solo en cenáculos, entre convidados, entre los que participan del gran negocio. Son muchos los que saben de la existencia de esta práctica, pero son pocos los que sueltan prendas al respecto. El dominio de esta maña lo tienen, los que son parte de la rosca, pero aquellos que se incorporan, inmediatamente mantienen el código de silencio no escrito que los rige. Como hablamos de revolución y condenamos a muerte la depravación que significó los 40 años del puntofijismo, que destrozó hasta llevar a la quiebra a nuestro país, se hace necesario que se conozca al enemigo que pudiera generar, que nuestra revolución se quede solo en el nombre. Por ello urge, que todos los que creemos en un mundo más justo, aquellos que imploramos por que la honestidad y la transparencia sean reinas en la administración de los recursos del estado, conozcamos sobre su funcionamiento y los estragos que esta práctica genera en nuestra economía, en el gasto social y en la moral del pueblo. Es bueno que los consejos comunales conozcan sobre esta maña, para que la acción contralora, sea más efectiva.

Tocar este tema no es fácil, porque se ha convertido en política, en la cosa de la que muchos saben y ejecutan, pero de la cual nadie habla. El secreto a voces mejor guardado, pudiéramos llamarlo.

A muchos les cuesta hablar, a pesar de que es uno de los elementos que carcome nuestra sociedad, y quienes osan referirse a dicho mal, son considerados personas que generan incomodidad. Y se busca que permanezcan alejados de cargos importantes, por interrumpir en situaciones que no son de su incumbencia. Son personas consideradas chismosas, seres que no entienden que el dinero que se utiliza, no es de nadie, y que el que llegó allí, tiene el derecho de tomarlo. Plantean que todos deben callarse y esperar su turno. A ese extremo, ha llegado la inmoralidad de estos camaradas.

¿Pero, que es una comisión?, es simplemente un porcentaje que exige un funcionario de gobierno, con capacidad para contratar, a la persona que ejecutará la obra. Dicha participación oscila generalmente, entre el 5 y el 20 por ciento, del monto a entregar al contratista. Si la obra implica bajos costos, el porcentaje exigido será mayor. El funcionario no se compromete, ya que en ningún momento queda prueba de haber recibido algún dinero. Lo que le toca, va incluido en el contrato de la obra. Es posible que en una sola obra, el funcionario saque varios millardos de bolívares. Para ser el rey de los comisionistas, no se necesita de nada, solo ser amigo de lo ajeno y ya sabemos que hay muchos que lo son, sin necesidad de haber estudiado o ser especialistas en ninguna área. Lo que si se exige, es mantener todo el proceso en silencio. Tratando de incluir en la jugada, a todo aquel que conozca de ella.

Los comisionistas expresan, que con esta práctica no están robando, simplemente restan una cuota parte de la ganancia del contratista. Pero esto no es más que una falacia, una forma no muy ética, pero quizás más bonita de llamar a un acto delincuencial. Con esta practica, están de una forma descarada, defalcando al estado. Porque ningún contratista va ejecutar una obra, prestar un servicio o generar cualquier producto, si esta va terminar afectando su patrimonio. El contratista va reclamar lo que considera justo, corresponde al funcionario entonces, elevar el monto del contrato por la cantidad que él espera embolsillar. De hecho, los presupuestos son realizados, incluyendo la cantidad que se va otorgar al funcionario, porque como ya lo he dicho, es parte del sistema y es un elemento conocido por todos los participantes del acto. En caso de que sea muy evidente, que el monto es exagerado, lo que hacen es disminuir la calidad de la ejecución. Al final de toda esta maraña, quien sale desangrado es el estado.

Esta es una destreza heredada de las formas del gobierno del pasado. Pero que ha sido adoptada por mucha gente de una forma magistral. Esta práctica se ejecuta en muchas de las instancias de gobierno y es de la más perniciosa, aunque no se perciba así, ya que el recurso que se roba el funcionario, es un dinero que se deja de destinar al gasto social. Por ello, vemos gente que con el primer contrato que otorgan, compran casas lujosas, vehículos y viven de forma ostentosa, mientras en los hospitales carecen de insumo, las calles presentan huecos, existe gente mendigando, deambulando por las plazas, a la intemperie. Recursos que pudieran ser utilizados para la mejora de la vida de muchos, es usado y despilfarrado por a lo sumo, una camarilla. El estado existe para administrar de forma correcta los asuntos de la nación. Sobre todo la justa distribución de los recursos. Pero si los representantes del estado, lo que hacen es desfalcar y chuparse los dineros de la gente. ¿Para que nos sirve el estado?. Este tipo de situaciones cuando se generalizan, cuando la aberración se hace corriente, se generan los sacudones tipo caracazo, se pierde el respeto. ¿Qué faculta a un funcionario para quedarse con dineros que no se ha ganado?, ¿Quién le otorga el derecho de solicitar una parte de ese dinero?. ¿Es ético que un trabajador tenga que sudar 30 días por un sueldo mínimo y estos bandidos de una sola pincelada se hagan multimillonarios?. Alguien que tuviera conciencia de sus acciones, de cómo afectan estas, no lo hiciera. Si entendieran que su papel consiste en velar por la correcta y justa administración de esos recursos, no ocasionara tanto daño. Ellos simplemente creen que se toparon con un tesoro sin dueño. Es la expresión contraria de lo que sería un estadista, que se mortificaría por el bienestar de su gente, lamentablemente llegan a los puestos con la locura del oro.

Cuando se cumple todo el proceso, el funcionario queda atado al contratista, este, por haber sido parte de un acto delictivo, se verá obligado a tener que proteger al contratista; si la obra fue inconclusa, si fue de mala calidad, si se desplomó, si se hizo con medidas distintas a las acordadas, tendrá que ingeniárselas, pero no va afectar a quien le engrasó las manos, esta es la razón, por la que las obras se deterioran antes de tiempo y no hay responsables, porque los posible demandantes estarían inmerso en el asunto. Y pudieran complicar su libertad, si van en contra del contratista.

(*)Lcdo.

PEDRO.G.FIGUEROA@GMAIL.COM


Esta nota ha sido leída aproximadamente 5290 veces.



Pedro Figueroa(*)


Visite el perfil de Pedro Figueroa para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: