Auditórium

Jonathan Marín: ¡Allá va el ladrón, atrápenlo! para confundir

"Quien a tiempo corrige, ni se arrepiente ni aflige". Fin de la cita

Moraleja: Fabula El Niño Ladrón y su Madre. Un niño hurtaba en la escuela los libros de sus compañeros y los mostraba a su madre, quien, en vez de corregirlo, aprobaba su mala inclinación.

En otra ocasión, robó un reloj que también mostró a su madre, y ella, asimismo, aceptó el robo. Así pasaron los anos y el joven se transformo en un peligroso ladrón.

Pero un día, fue apresado en el momento de hurtar; le amarraron las manos a la espalda y lo condujeron a la cárcel, mientras su madre lo seguía arrepentida.

El ladrón llamó a su madre para decirle algo al oído, pero al acercarse ésta, el hijo le arranco de un mordisco el lóbulo de la oreja. ¿A pesar de tus delitos, aún me hieres? le recrimino la madre. Si me hubieras corregido a tiempo —le reprochó el hijo—, hoy no me vería en esta vergonzosa situación. Fin de la moraleja.

¡Atrápenlo!, gritan siempre aquellos delincuentes que buscando distraer a sus víctimas acusan a otros. Un modus operandi bien conocido en nuestro país, que tiene como objetivo generar confusión en medio del caos.

Hay quienes le creen al ladrón, y corren persiguiendo al señalado, pero la mayoría sabe que es solo una estrategia para ganar tiempo y escapar, sabe que la persona que grita más fuerte es precisamente la que te ha robado.

El delincuente actúa así, reparte culpas, y busca responsables donde no los hay, solo para que algunos incautos corran detrás del acusado. Un coro lleno de odio que repetirá como guión sin detenerse en los detalles, sin analizar lo más mínimo, solo guiado por la irracionalidad, y el ladronismo.

Quien iba a pensar que en pleno siglo XXI, en el año 2022, llegáramos a caer tan bajo.

Y esta vez no me refiero al nivel económico, sino al aspecto moral que uno observa en quienes hacen ruido desde Miami, producto de los dólares que le robaron al estado venezolano.

Jonathan Marín, el ex alcalde del municipio Guanta en el estado venezolano de Anzoátegui, solicitado por la justicia venezolana, de ser uno de los integrantes de la mayor trama de corrupción en PDVSA, y miembro de la mayor red de corrupción en Venezuela, según lo reveló el Fiscal General de la República Tarek William Saab.

Jonathan Marín, a través de un video difundido por las redes sociales, arremetió, y negó sus vínculos con la trama de corrupción de Pdvsa, develada por el Fiscal General Tarek William Saab, a quien atacó sin contemplación alguna con epítetos fuera de tono, desde su lujosa residencia en Miami, donde vive a todas sus anchas con el dinero robado al pueblo venezolano. Las declaraciones la realizaron a través de un Live en su cuenta de Instagram, donde comenzó diciendo que: "diría toda la verdad». Pero no dijo toda la verdad de donde salieron los dólares para vivir en el estado más caro de USA: "Por sus frutos los conoceréis" (San Mateo 7, 16). Según las declaraciones del Fiscal Tarek William Saab, el ex vicepresidente de Finanzas de Petróleos de Venezuela, Víctor Aular, declaró que en el año 2016, Jonathan Marín se encontraba en Estados Unidos formando parte de un equipo político, el cual, según sus declaraciones, trabajaba en conjunto con Rafael Ramírez para una eventual precandidatura presidencial, y que además le solicitó una reunión para solicitar un financiamiento para ese proyecto político.

Ante tales aseveraciones, Jonathan Marín dijo que a Aular lo obligaron a dar dichas declaraciones: «Pero sin decir de donde salen los ingresos para vivir como un Jeque en la bella Miami».

En sus insípidas declaraciones, Marín sostiene que los señalamientos responden a una retaliación del Fiscal Saab por problemas políticos, y personales que existen entre ambos.

Jonathan Marín se encuentra prófugo de la justicia venezolana en Estados Unidos. Además, está acusado de transferir altas sumas de dólares desde USA hacia Panamá, motivo por el cual se entregó a la justicia estadounidense, después de pagar 100.000 dólares como fianza para salir en libertad. ¿De donde salieron esos dólares para pagar esa fianza?

Pero el venezolano medio repudia dichas acciones, en la mayoría de los casos, las ignora. Lo de Jonathan son maniobras, solapadas, sin ocultar lo súbitamente de su enriquecimiento, haciendo ostentación de sus bienes mal habidos.

Con un "sencillito" de 100 mil dólares guardados en la caja fuerte de su casa para pagar la caución para salir en libertad, habiendo pasado subrepticiamente de chofer de Nelson Moreno, y alcalde de un municipio pobre a vivir en Miami, y según las malas lenguas mayameras, como propietario también de caballos pura sangre.

No guarda disimulo en la rapiña, que hizo con los dineros del estado venezolano, o al menos amainar las cifras que, si bien procuran el bienestar de este señor ladrón durante el resto de su vida, pero que afectan el funcionamiento de los servicios públicos venezolanos.

En el municipio Guanta donde dejó el pelero, no se ven obras construidas: ni autopistas, solo un hospital medio terminado, y escuelas sucias, y de las pocas contrataciones, para construirlas salían importantes "comisiones" que se repartía a cuenta de los contratos otorgados. Es decir, no había construcción de obras, si no había comisión.

Así se perdieron el producto acumulado de vender, el producto de más de dos millones y medio de barriles cada día del año en la época de su mandato, a cien dólares el barril, ahí una de las tramas de corrupción en pdvsa, por lo que es acusado, como testaferro.

Las graves acusaciones, como siempre, han tomado el rumbo más conveniente: por una trocha de tierra en la frontera con Colombia, que levantó una polvareda, ocultando por dónde se fue el ladrón Jonathan de Venezuela. Quien, por supuesto, no desmiente la denuncia, sino que descalifica al denunciante.

Ya los venezolanos conocemos el viejo truco. Tras un escándalo, se crea otro que distraiga a los ingenuos, como su famoso video. Y así hasta el infinito, un nuevo escándalo desvía la atención del anterior, hasta que el pueblo se olvida, y deja impunes a los corruptos, viviendo cómodamente en el exterior, mientras los venezolanos pasamos ronchas.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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