Con gran alegría y satisfacción recibe el sufrido, pacifico y hambriento pueblo venezolano que vive honestamente de su trabajo, la noticia aparecida hoy en Aporrea sobre las nuevas sanciones económicas contra "el círculo cercano" del presidente venezolano, Nicolás Maduro, incluida su esposa, Cilia Flores, la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, entre otros que realiza el gobierno de USA y otros países, así como también sobre otros funcionarios corruptos, sus familiares, testaferros, etc., mientras el pueblo sufre todo tipo de necesidades de alimentos, medicinas, transporte y servicios en general.
Lo más preocupante de esta situación es que no exista un clamor general por parte de los intelectuales, periodistas, profesionales, artistas, líderes religiosos, dirigentes gremiales, articulistas, etc., que señalen, que si bien es cierto y necesario que necesitamos que nos ayuden a castigar el delito, también es verdad que todos esos bienes incautados pertenecen íntegramente a la población venezolana y no deben ser utilizados para beneficio de ningún gobierno o institución que se jacte de justa y honesta, máxime cuando la mayoría del pueblo venezolano estamos padeciendo tanta escasez y necesidades en la actualidad. La manifestación de su preocupación por el sufrimiento de los venezolanos debe estar acompañada de verdaderas obras humanitarias que le den sentido de colaboración y justicia, más que de rapiña y bajeza.
No olvidemos que todos los seres humanos tenemos derecho a una vida digna y que además, una de las principales y más nobles razones de nuestra corta existencia, es aceptar y luchar por que todos vivamos con el mayor respeto y dignidad posibles y no creer que la única preocupación o interés que debemos tener sea la felicidad, o el beneficio individual y egoísta de nuestro pequeño grupo o entorno.
Aparte de reconocer como principales responsables y culpables de la desastrosa situación del país a la clase dirigente y dominante, tanto la del gobierno como de "la dizque oposición", tenemos que aceptar también, que todos los pueblos del mundo se encuentran a merced de dos grandes grupos: los "explotadores", que quieren sacar provecho de las riquezas de los débiles y los supuestos "defensores" que también quieren beneficiarse de dichas riquezas.
¡Al pueblo nunca le toca!
