Vengo a demandar el mal uso que hiciste de mi confianza

“El peculado y el abuso de poder, mal endémico en Venezuela, no se inicia con los gobiernos liberales, como sostienen los conservadores. Ni con la dictadora, como sostienen los demócratas. Ni con la República, como afirman los defensores del imperio perdido. Fueron varios gobernantes que en Venezuela debieron ser encausados por tales delitos.

Para los historiadores adscritos a una determinada corriente filosófica la historia no se repite. No es lo mismo la Venezuela precapitalista de 1928, pobre, agraria y despoblada que la Venezuela petrolera, ‘millonaria’ de nuestros días. Hay otros historiadores, sin embargo, que afirman que la historia sí se repite y que el pueblo que no conoce su historia repite sus errores. Uno de los mayores problemas que padece no sólo Venezuela, sino la totalidad de los países de nuestra Américas, es la usencia total de identidad de su clase dirigente, blanca por lo general, con el resto de la población, mestiza en su mayor parte.

La reestructuración se basa en las leyes objetivas de desarrollo del pueblo. Pero, al igual que en todo proceso evolutivo social, aquí es muy grande la incidencia del factor subjetivo, individual. Su influencia puede ser tanto positiva como negativa, por eso es muy importante proteger el proceso de renovación, de la reincidencia en los métodos de ordeno y mando y de los enfoques formulistas a los problemas. En ningún eslabón de nuestro sistema social y de producción puede ser desvalorizado el concepto de reestructuración. Aquellos casos cuando al socaire de dicho concepto proliferan el mimetismo social, las ambiciones individuales y los propósitos egoístas, en que el verdadero trabajo se ve suplantado por frases altisonantes y la palabrería, deben ser detectados, y hay que reaccionar sin demora ante ellos.

El pueblo capta con especial agudeza cuanto está relacionado con la probidad de los miembros del Gobierno y, ante todo, de los dirigentes. Nuestra principal tarea reside en restablecer la honestidad irreprochable del director socialista, venida a menos hasta cierto punto por los crímenes de varios degenerados. En general, teniendo en cuenta las exigencias presentadas por el tiempo, debemos transformar el trabajo con los dirigentes en todos los sectores de la economía nacional, en todos los campos de la vida social y en todos los niveles de dirección, tanto en el centro como en la periferia.

Ahí está precisamente el meollo del asunto. Si los que atentan contra las leyes de la República padecieran en vida lo que mal hicieron, otro gallo nos cantara. Si los gobernantes y sus colaboradores supiesen que la Patria puede demandarles el incumplimiento de sus deberes, la cosa sería diferente.

La justicia hipócrita de la MUD exalta la fiereza de los burlados. Mientras en Venezuela no hay justicia, y la selva, en vez de árboles, tenga escritorios pulidos, continuarán naciendo machos y por consiguiente hembras. Por los momentos, hágase justicia al macho, no se le confunda con don Juan pues ellos a veces son la única garantía contra la cayapa machista de un padrote y de su sarta de leguleyos.

Los procesos de descomposición se aceleran y agigantan frente a un ordenamiento jurídico que no se cumple, un poder ejecutivo inefectivo, ineficiente y corrupto, una administración pública indisciplinada y un poder legislativo que no es representativo ni democrático. Todas las medidas y programas son populistas y sólo persiguen mantener el clientelismo político, la altísima e inútil burocracia y la corrupción lo mina todo.

Un proceso similar en el cual se escinde la relación trabajo-riqueza ocurre también en otras sociedades subdesarrolladas y en las economías de subsistencia de Venezuela misma, el pueblo trabaja, se esfuerza y jamás obtiene el logro buscado. Pero lo singlar aquí es que la inserción de la renta petrolera en el pueblo produce el mismo efecto aunque en dirección contraria, es decir, una sensación de logro social, de beneficio y bienestar sin que exista el esfuerzo correspondiente. No se entiende que es necesario activarse en un esfuerzo para poder obtener las metas de bienestar o riqueza deseadas; consumismo, porque ni se conoce la importancia de la producción ni se valora el producto obtenido, simplemente esa tendencia propia del capitalismo se agudiza en todos los sectores sociales, pues es la manera como se entiende que llega la riqueza petrolera, es una situación donde hay consumo sin producción.
En vez de desplegar una búsqueda innovadora, algunos funcionarios del Gobierno muchas veces se muestran molestos por la iniciativa y el dinamismo del pueblo, considerándolas como si fuesen un cataclismo natural. Pero en la reestructuración, la primerísima tarea consiste en estar en la vanguardia de las masas creadoras, en ayudar al pueblo a erradicar las diferencias, en organizar el proceso.

“En Venezuela, la mejor forma de evadir el mal juicio de la historia es dejarle a la descendencia muy buenos caudales; y que éstos los conserven y acrecienten para mayor gloria. Nuestra historia está plagada de actos bochornosos, de irresponsabilidades que todavía padecemos; de traiciones, crímenes e indignidades, que muy pocos historiadores han destacado con el vigor que merecen; y si lo han intentado, la pelota se ha vuelto contra ellos”.

¡Chávez Vive, la Lucha sigue!


Esta nota ha sido leída aproximadamente 1417 veces.



Manuel Taibo


Visite el perfil de Manuel Taibo para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: